Mezclando danza, música y
teatro, la obra de Natalia Burgeño,
El Ojo de la Cerradura, propone en estas
vacaciones de julio una experiencia artística integral para niños de entre 2 y 8 años.
La historia, que cuenta la llegada de una nueva vecina a un barrio bastante conservador, busca ser narrada no tanto desde el diálogo o el lenguaje tradicional, sino que es a través de gestos, acciones y canciones que la trama va avanzando.
Se trata de una puesta en escena en la que se busca rescatar valores esenciales para la convivencia humana y manifestarlos de manera creativa a los más pequeños.
Lucía Severino, una de las protagonistas de la obra, comentó en diálogo con
El Observador que se trata de una obra diferente, ya que parte de la base de que los niños no son simples espectadores, sino que su participación es clave para un correcto desarrollo de la obra. "Es interesante trabajar incluyendo al público en la historia y más cuando se trata de niños tan chicos", explicó Severino. Y agregó: "La obra cambia todos los días dependiendo del nivel de actividad y ganas de participar que traiga cada niño".
Otro agregado interesante, según sus creadores, es que el espectáculo posee varios niveles de interpretación. Los más grandes suelen entretenerse captando las sutilezas en las acciones de los personajes, mientras que los niños más chicos responden a otro tipo de estímulos, como la música y los colores en el vestuario.
La obra se presenta durante las vacaciones de invierno hasta el sábado 11 de julio, de martes a domingo, con una función diaria a las 15 horas, a excepción del viernes 10 en que habrá una función especial a las 19 horas y el sábado 11 otra extra a las 17 horas. Las entradas se puede adquirir en servicio de atención al cliente en el Portones Shopping a $ 250.