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Unos 30 mil jóvenes estudian matemática para competir sin apoyo estatal

Para los jóvenes es una vidriera al mundo y terminan yéndose a vivir a otro país
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11 de junio de 2017 a las 05:00

A pesar del cuco que suele representar la matemática para los estudiantes, cada año 30 mil niños y jóvenes participan en Uruguay de la Olimpíada Nacional de Matemática, un certamen que se desarrolla durante el segundo semestre, organizado por la Com-Partida de Matemática del Uruguay.

La convocatoria es abierta y voluntaria. De ella pueden participar tanto alumnos del sector público como privado, desde cuarto de primaria hasta sexto de liceo, divididos en distintos niveles. Aunque parezca de otro mundo, quienes se inscriben lo hacen de forma voluntaria, por el simple hecho de disfrutar de los números.

"Son chicos que deciden dedicar tiempo a resolver problemas. Tienen una cabeza distinta, estudian por el placer de estudiar", dijo a El Observador Leonardo Lois, profesor de matemática, integrante y fundador de la Com-Partida de Matemática.

La Com-Partida de Matemática es un proyecto educativo que nació en 1992 por iniciativa de cinco profesores de matemática, que se plantearon el desafío de atacar las carencias en la resolución de problemas de matemática que detectaban en los estudiantes.

"Pensamos que era una buena herramienta para terminar con el mal mito que tenía la materia y también para apuntalar a los alumnos en muchas cosas que veíamos que estaban fallando", señaló a El Observador Nelson Chocca, profesor de matemática, integrante y fundador de Com-Partida de Matemática.

Para los profesores el nivel de los estudiantes más grandes ha disminuido desde la reformulación de los planes de estudio de 2005, cuando en la orientación científica de bachillerato se quitó la materia geometría métrica.

Con este propósito, los cinco profesores comenzaron a aplicar el proyecto en cinco de los colegios donde trabajaban: organizaron talleres y empujaron la investigación en matemática, así como la participación en competencias.

En 1993 organizaron la primera competencia, en la que participaron 160 estudiantes de los cinco colegios. Al año siguiente comenzaron a participar alumnos de escuelas y liceos públicos. En 1996, el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) les pidió que se hicieran cargo de la organización de la olimpíada nacional, tarea que hasta ese momento dependía de esta cartera. Hasta el día de hoy llevan organizadas 21 de las 32 ediciones de las olimpíadas nacionales. Y a pulmón.

Vidriera para el mundo

Hoy los 30 mil chicos que anualmente participan de la olimpíada nacional suelen participar también de otros certámenes locales, regionales e internacionales, que les abren puertas y oportunidades.

El calendario de la Com-Partida está activo todo el año. Empieza en marzo con la participación en la olimpíada de Asia Pacífico y sigue con la Iberoamericana y la prueba Canguro. A mitad de año comienza la olimpíada nacional y también se realiza la del Conosur. A su vez, en julio suele organizarse la olimpíada mundial. El calendario cierra en diciembre con la olimpíada rioplatense y el cierre de la nacional. Con el paso de los años se han ido creando además polos regionales, como es el caso de la olimpíada de Canelones, la de Carmelo (Colonia) y la de Casavalle (Montevideo).

Desde 1997, en que Uruguay comenzó a participar de las olimpíadas mundiales –concurren seis estudiantes por cada país– los jóvenes uruguayos ganaron dos medallas de bronce. Una se obtuvo el año pasado, pero el joven que la ganó ya no vive en Uruguay. "Es lo que nos está pasando. Este joven tiene 18 años y ya se nos fue", se lamentó Chocca.

Lois explicó que la participación en las olimpíadas y las medallas que obtienen los expone al mundo y las universidades extranjeras les terminan ofreciendo becas para llevárselos. Lo mismo ocurre a nivel nacional. "Hay muchos chicos que han hecho la escuela en Casavalle, pero cuando llegan a Secundaria algún liceo privado les ofrece una beca y se cambian", manifestó el profesor.


"(Los jóvenes que compiten) son polos de aprendizaje en sus propias clases. Por más que puedan ser más o menos nerds, en matemática les gusta compartir el conocimiento", apuntó Lois.

Más allá de las medallas, para los profesores el nivel de los estudiantes más grandes ha disminuido desde la reformulación de los planes de estudio de 2005, cuando en la orientación científica de bachillerato se quitó la materia geometría métrica. "Uruguay era pionero en geometría. Ahora esto se ha perdido porque nosotros hemos sacado contenido y otros países han incorporado nuevos", manifestó Lois. "La geometría que tenían nuestros alumnos en quinto científico era solo comparable a la de Hungría. Eran los únicos dos países que tenían en su ciclo liceal un curso anual de geometría. Hoy eso no lo tenemos y nos mató", afirmó Chocca.

Falta financiación

Hoy día integran la Com-Partida de Matemática 200 profesores de todo el país, que realizan este trabajo de forma honoraria. Al respecto, Chocca expresó que si bien la Com-Partida tiene el aval de ANEP y del MEC, no reciben de ellos ningún tipo de apoyo económico. "En todos los demás países los cargos de la gente que trabaja en esto son rentados. También los chicos viajan a las olimpíadas sin gastos. En el caso nuestro, no. Nosotros buscamos formas para ayudarlos a financiar", señaló.

Más allá de esto, explicó que cuando el chico es alumno de un liceo público, Secundaria se hace cargo de los gastos. Pero si viene de un liceo privado, no. "Es un contrasentido, porque muchas veces se trata de los mismos chicos de extracción muy humilde que están en un colegio privado porque se les dio una beca gracias a la medalla que ganó en una olimpíada anterior", subrayó.

Por su parte, Lois mencionó el caso de Argentina, donde a los chicos que clasifican para la olimpíada mundial, el gobierno los cita durante las dos semanas previas para reforzar conocimientos. En Uruguay los estudiantes se preparan solos, con el apoyo de sus profesores. Para contrarrestar, el profesor destacó lo beneficioso que resulta para el país y el sistema educativo tener este tipo de estudiantes. "Son polos de aprendizaje en sus propias clases. Por más que puedan ser más o menos nerds, en matemática les gusta compartir el conocimiento", apuntó. Agregó que muchas veces ayudan al profe.

Mejores resultados en PISA

Las pruebas PISA 2015 demostraron que los estudiantes de centros educativos que participan de competencias científicas logran en los resultados un promedio de 36 puntos más que los que van a centros que no les ofrecen esta posibilidad. A su vez, tienen 55% más posibilidades de dedicarse a una carrera científica. La prueba también verifica la eficacia de los clubes de ciencia, como los que ANEP desarrolla en centros educativos de todo el país. Los estudiantes que participan de estas instancias obtienen en promedio 21 puntos más que el resto y además tienen 30% más de posibilidades de realizar una carrera científica.


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