UPM cerca en medio de dudas

Parece que esta vez va en serio la firma de un acuerdo preliminar con UPM la semana próxima, luego de varios anuncios frustrados del presidente Tabaré Vázquez que lo daban como inminente. Vázquez afirmó que se ha completado el 99% de los puntos en discusión. Pero aunque se haya avanzado hacia la instalación de la nueva planta de celulosa de la empresa finlandesa después de más de un año de negociaciones complejas, está todavía pendiente el sí final. El acuerdo cercano que augura el presidente es solo el primero de tres que deben confirmarse, según se cumplan los compromisos contraídos por el gobierno como contrapartida a la inversión de UPM de US$ 4 mil millones.

El Estado tiene que completar vastas obras de infraestructura que en buena parte no han salido aún de la etapa de planificación. Incluyen el tendido ferroviario entre Montevideo y Paso de los Toros para llevar la producción al puerto capitalino, donde se requieren trabajos para adaptarlo, y mejoramiento de carreteras para el traslado de la madera desde diferentes puntos del país hasta la proyectada planta. Según informó el ministro de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi, su costo será de US$ 1.000 millones, suma que no se ha anunciado públicamente de dónde saldrá. Rossi admitió el jueves que viene demorada la idea de financiar la parte uruguaya mediante la ley de participación público privada (PPP). Y si no se aseguran rápidamente capitales privados que se asocien con el Estado, la opción será endeudamiento, ruta peligrosa por su incidencia en el persistente déficit fiscal, que el gobierno ha prometido bajar para proteger el grado inversor.

Adicionalmente la oposición ha protestado con dureza contra el secreto en que se mantienen las negociaciones y la negativa de Vázquez a adelantarle información antes de que se firme el acuerdo preliminar. El senador nacionalista Jorge Larrañaga se anticipó a acusar al Frente Amplio de "entreguista con una multinacional" y el líder del Partido Independiente, Pablo Mieres, sostuvo que "no informar a la oposición es el gesto más grave de todo el mandato de Vázquez". Los reclamos opositores se basan, por un lado, en el derecho del sistema político a estar informado de los avatares negociadores en un tema de enorme trascendencia para el país. Y por otro, señalan con razón que el gobierno no puede asumir, sin acuerdo opositor, compromisos que excederán al actual período y recaerán sobre administraciones futuras.

Es posible que incida en la actitud de Vázquez el temor a filtraciones públicas prematuras sobre una negociación de extrema complejidad. Pero existe la sospecha opositora de que, en el afán presidencial por cerrar el acuerdo, se hayan hecho a la pastera finlandesa concesiones excesivas en varios campos. Detrás de esta presunción está lo ocurrido con Andrés Masoller. Esta respetada figura clave del Ministerio de Economía renunció hace pocas semanas porque consideró que el gobierno estaba accediendo en demasía a las exigencias de UPM. La instalación de una tercera planta de celulosa, con la inversión más grande en la historia uruguaya, es obviamente de profunda incidencia como bienvenida generadora de actividad y empleo. Pero habrá que esperar a que se conozcan los términos acordados para que se disipen dudas y temores y para saber si Larrañaga tenía o no razón con lo del entreguismo.