Lechería: un sector pujante

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Uruguay: 2.000 millones de litros de leche en 2012

La producción lechera de este año será récord: creció 20% en 2011 y el sector tiene muchas enseñanzas que aportar al conjunto de la economía uruguaya
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09 de febrero de 2012 a las 15:41

La lechería uruguaya fue el rubro con comportamiento más destacado en 2011. En el comienzo de este año es el que mejor ha pasado el examen de la sequía de enero y se encamina a otro año de comportamiento excepcional.

Cuando este año termine, muy posiblemente los productores lecheros habrán marcado un nuevo hito: enviar a plantas industriales 2.000 millones de litros, algo que lleva la producción de leche por habitante a 600 litros por año.

Pero, sobre todo, será remarcable que sostenga tanto crecimiento tras haber aumentado 20% la producción en el año calendario 2011, una tasa inédita para la lechería y para cualquier rubro.
Esa cifra va a ser seguida por una tasa de 10% este año y tras ello vendrán seguramente nuevos planes industriales y nuevas discusiones sobre los senderos tecnológicos a recorrer para seguir aumentando la producción.

Más allá de cifras, algo agrega interés a la tendencia: el crecimiento es exclusivamente en base a productividad. No hay más hectáreas lecheras, no hay más vacas lecheras y muchas terneras se van en barco rumbo a China.

Todo el crecimiento es productividad y eso quiere decir que las vacas lecheras uruguayas están dando 20% más de leche que un año atrás.

El cambio genético es siempre muy gradual (aunque acumulativo). La clave esté en un cambio muy fuerte en la alimentación del ganado, que tiene distintas vertientes. La principal es el aumento en el uso de grano por parte de las empresas lecheras.

Hay tambos que se van acercando a sistemas de confinamiento –de hecho ya hay emprendimientos nítidamente de alimentación a grano–. Pero la generalidad ha sido apostar a complementar la base forrajera con un mayor uso de grano. Eso tiene que ver con la mayor disponibilidad de maíz y sorgo, un cierto afloje de los precios de los granos, pero esencialmente una relación de precios favorables al aporte de grano en la dieta.

Los tamberos han debido enfrentar una fuerte competencia por la tierra con la agricultura. Muchos de ellos son arrendatarios, al menos en parte de sus empresas, y algunos no han podido sostener sus áreas ante la expansión agrícola.

Otros lo han logrado volviéndose más agricultores. El área de maíz y sorgo en los tambos ha crecido. También la superficie con forrajeras de alta producción como la alfalfa.

Lechería de precisión

En opinión del asesor lechero Luis Martínez hay una mayor conciencia integral en lo que tiene que ver con la alimentación. “El cambio no es sólo dar más maíz. Es pensar integralmente la alimentación desde el preparto hasta ver la dieta como un conjunto. Por eso es que la lechería ha cruzado la sequía de enero con una muy importante inercia de crecimiento productivo”, remarcó.

También es están cuidando otros detalles de manejo, como es un mejor abastecimiento de agua a las parcelas, cuidar también la presencia de sombra para los animales. Ha habido mucha inversión en “plazas de alimentación”, se ha incorporado mucha maquinaria para distribución de alimentos como los mixers. Hay cada vez más tambos en el entorno de 100 a 170 vacas que incorporaron mixers, lo que permite dar una ración bien mezclada y mejor distribuida. Eso permite combinar mejor la fibra con el grano. Hay un control mucho mayor del alimento que se proporciona a los animales y por lo tanto lo que determina el nutricionista es exactamente lo que se proporciona a los animales: se va terminando la alimentación “a balde”, explicó Martínez.

La lechería enfrenta una restricción clave en la mano de obra. Pero ante eso también reacciona. Gradualmente se va mejorando la capacidad de ordeño. Se ordeñan más animales en menos tiempo, eso permite un uso más eficiente de los recursos humanos.

Ese es un cambio que también redunda en más productividad: “menos tiempo de ordeño es también más tiempo de pastoreo a las vacas”, dijo el asesor lechero.

En materia forrajera, Martínez destacó la emergencia de la alfalfa como uno de los cambios fuertes y los momentos de estrés hídrico han sido confirmatorios de la importancia de esta leguminosa. “Si a fines de enero se veía un potrero verde, era porque tenía alfalfa. Resiste sin quemarse y, con lo que llovió en estos días, los tambos sobre alfalfa empiezan a recuperarse con fuerza, explicó el agrónomo.

¿Crecimiento sostenible?

En el futuro esta tasa de crecimiento no se puede sostener en base exclusivamente a productividad. En algún momento llegará una nueva etapa en la que para crecer será necesario aumentar la cantidad de animales en ordeñe.

“Hay que pensar en una vaca y media por hectárea (hablando de vacas totales, o vaca masa). En algunos tambos eso ya se supera esa referencia. La integración con la agricultura es un proceso que no tiene retorno. Pero hay otros procesos que están empezando y son complementarios. Algunos tambos de punta ya usan semen sexado, que aseguran que por lo menos 90% de las pariciones correspondan a hembras, lo que permite un uso más eficiente de la superficie del tambo. Una tecnología que en virtud del cambio tecnológico irá gradualmente bajando de precio y puede en el mediano plazo revolucionar no solo a la lechería, sino también a la ganadería de carne y la ovinocultura.

Inercia para 2012

A lo largo del año pasado, el aumento de producción fue creciente, mes tras mes. En la comparación con 2010, se pasó de un 3% de aumento en enero a un 13% en febrero y superó el 20% de abril en adelante hasta alcanzar un récord de producción en octubre, cuando la producción remitida superó los 200 millones de litros por primera vez en la historia de Uruguay.

El año terminó con un 23% de aumento en la producción en diciembre para cerrar con un récord de remisión anual, que según los datos oficiales del Instituto Nacional de la Leche (Inale) se situó en 1.855 millones de litros. Lo importante es que el año 2012 ha mantenido o aún acelerado ese crecimiento respecto a 2011.

En enero la remisión superó la del primer mes del año pasado en 25% y las lluvias de febrero permitirían un crecimiento igualmente fuerte este mes y en marzo. “De aquí a mayo, tengo la seguridad de que la producción mensual seguirá superior a la del año pasado. En 2011 también había sequía en enero, pero ya se estaban sentando las bases de ese crecimiento. Hoy el promedio de producción se mantiene arriba de 20 litros por vaca por día. A partir de mayo próximo, seguramente el crecimiento de la producción lechera se va a hacer más lento en términos porcentuales”.

Estabilidad y transparencia son dos pilares

Más allá de las razones tecnológicas que explican las causas directas del crecimiento, hay motivos estructurales que explican el proceso de cambios radicales que la lechería está confirmando este año. Uno de ellos es la estabilidad que el sector mantiene desde 2010 en adelante. Los precios tuvieron una trayectoria ascendente desde la crisis del segundo semestre de 2008 en adelante y, aunque han ajustado levemente a la baja desde entonces, no han tenido un descenso relevante. Con un costo de producción que se sitúa algo por debajo de los US$ 0,30 por litro, los precios que se sitúan cerca de los US$ 0,40 por litro son un estímulo claro para incrementar la producción. Porque, además, ese precios se ha mantenido estable a lo largo de los últimos 12 meses. Detrás de estos precios estables y altos hay un factor que diferencia a la lechería del resto de la mayoría de los sectores: el precio al productor cotiza en pesos. Algo que históricamente pudo ser una desventaja se ha convertido en una ventaja. Otro factor de gran importancia es el acceso diferencial que Uruguay obtiene en los mercados de América Latina. El precio al que Uruguay coloca la leche en polvo se sitúa en unos US$ 3.900 por tonelada, mientras que en los remates de Fonterra, los precios de la leche en polvo están en el eje de US$ 3.500.

Expansión

El crecimiento de la producción y de las exportaciones llevan a que se programe una sostenida expansión industrial. Conaprole ya tiene encaminada la ampliación de sus plantas en Villa Rodríguez con capacidad de captar 600 mil litros por día y otra en Mercedes (800 mil litros diarios) con el objetivo de captar más leche y fabricar leche en polvo. La fuerte expansión del consumo interno también lleva a que la empresa proyecte duplicar su capacidad de elaboración de postres y yogures y la planta de San Ramón elaboradora de quesos. Y Claldy e Indulacsa llevan adelante junto a la argentina La Sibila un proyecto industrial de US$ 60 millones en el parque industrial de Mbopicuá.

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