Uruguay busca expandir el flujo comercial e inversor con África

El cuarto puesto de la selección en el Mundial de Sudáfrica en 2010 generó una fascinación creciente por ese país y por un continente que históricamente estuvo lejos de los intereses uruguayos. Un año después el intercambio comercial pegó el salto. La misión del gobierno que partió el lunes hacia Angola confirmó un incremento en las relaciones uruguayo africanas, tanto culturales como de negocios. Estos últimos sobre todo.

La cumbre de Jefes de Estado y de gobierno de África y América del Sur que tuvo lugar el fin de semana pasado en Malabo, capital de Guinea Ecuatorial –la tercera del tipo en siete años–, estableció un manifiesto coqueteo entre ambas regiones donde Uruguay y el Mercosur pretenden ser protagonistas. África, donde casi todo está por hacer, creció en torno al 5% anual desde 2005. En el primer lustro del siglo XXI el comercio entre el Mercosur y África se duplicó, según la cancillería.

Las exportaciones de Uruguay a ese continente alcanzaron los US$ 392 millones en 2012 –4,5% del total– y las importaciones más de US$ 86 millones, según datos de la agencia de promoción de inversión y exportaciones Uruguay XXI. En concreto, hacia el África subsahariana, donde se enmarca Angola, las exportaciones fueron de casi US$ 78 millones y las importaciones de poco más de US$ 10 millones. Los mercados fuertes siguen siendo Sudáfrica y Egipto, las dos potencias africanas, donde Uruguay tiene sus dos únicas embajadas en el continente.

El vínculo comercial se profundiza año tras año, pero fue en 2011 cuando se disparó el acercamiento entre las partes, según Luis Taboada, presidente de la Cámara de Comercio Uruguayo-Africana. Mientras que en 2008 las exportaciones apenas llegaban a unos US$ 80 millones, tres años después se encontraban en torno a los US$ 360 millones, dijo a El Observador. “El año pasado solo a Nigeria le vendimos US$ 32 millones de pescado”, señaló Taboada.

El directivo indicó que el mayor desarrollo en África se encuentra en el norte y en el sur, y que el desarrollo hacia la zona subsahariana es más lento y complicado, ya que hacer negocios puede resultar más engorroso. Por eso es clave que exista una tercera embajada en África, que bien podría ser en Angola. “Ahora se ven mejoras (en el continente) en el nivel de gobernanza, en la organización, en la transparencia, desde el punto de vista jurídico y bancario, lo que permite cada vez más hacer negocios. Imaginate un mercado como Nigeria, de 170 millones de habitantes”, cuando mejoren su nivel de vida y “empiecen a consumir”, aseveró Taboada.

Explicó que con Angola hay un comercio complementario. Por el lado angoleño, se espera que provea de gas y petróleo –“que es de muy buena calidad”– y se evalúa como potencial proveedor de la planta regasificadora que se instalará en el país.

Uruguay, por su parte, proveerá alimentos, aspecto en el cual Angola “es muy débil y nosotros somos potencia”, según el presidente de la cámara.

Taboada dijo que esa institución nació para facilitar los canales de negocios y para que fluyan los vínculos comerciales. En general, “negociar con África es dificultoso y se debe realizar a través de terceros. Por eso nació la cámara. Por ejemplo, vendimos vino a Benín y se tuvo que hacer a través de un nexo que trabaja en las islas Mauricio”.

“Uruguay apostó al relacionamiento político, cultural y social con África pero también está interesado en incrementar el flujo comercial para el crecimiento y el desarrollo mutuo de nuestras regiones. Se multiplicó el comercio con África en los últimos años y tiende a continuar creciendo”, dijo el subsecretario del Ministerio de Industria, Energía y Minería, Edgardo Ortuño, a mediados del año pasado durante el seminario África y su Diáspora: Nuevos Vínculos hacia Nuevas Realidades.

En el continente donde campea el sida, las guerras civiles no acaban y la pobreza extrema mella el desarrollo, sigue estando un tercio de las reservas mundiales de recursos minerales: oro, platino, cromo, magnesio, cobalto, uranio y diamante, entre otros, todo en abundancia. Los hombres de negocios uruguayos ven que allí hay potencial.

A todas partes

Sudáfrica, Egipto, Congo, Argelia, Senegal, Kenia, Liberia, Costa de Marfil, Burkina Faso, Níger, Ghana, Togo, Tanzania, Sudán y Benín son algunas de las naciones africanas con las que Uruguay y empresas del país mantienen negocios. También Angola, país con el que el gobierno de José Mujica quiere estrechar relaciones.

Un informe del Ministerio de Relaciones Exteriores de 2012 indicó que Angola, hacia donde van las exportaciones de una treintena de empresas uruguayas, era un país “atractivo” desde el punto de vista “económico-comercial”, y donde se concentran riquezas en hidrocarburos y diamantes. Angola, después de Nigeria, es el segundo exportador de petróleo de África. El reporte de cancillería, en línea con el presidente de la Cámara de Comercio Uruguayo-Africana, agrega que los angoleños importan casi todo lo que consumen internamente al carecer de producción propia de bienes.

Además de la venta de alimentos, también hay empresas uruguayas instaladas en ese país. Es el caso de CSI Ingenieros-Ciemsa, que hace más de seis años está en Angola involucrada en proyectos de consultoría, de agua y saneamiento en varias ciudades del país, en plantas de almacenaje para granos y en plantas potabilizadoras.

Además una empresa forestal uruguaya inició negocios en Mozambique. Por el momento, adquirieron 1.000 hectáreas y recién están iniciando la forestación.

En líneas generales, a África se le vende, según Uruguay XXI, carne, lácteos –leche, queso, manteca, entre otros–, arroz, fosfatos, abonos minerales o químicos, alfombras y otros revestimientos para el suelo de materia textil, artículos de joyería, y máquinas y aparatos para la agricultura, horticultura, silvicultura, avicultura y apicultura, teléfonos celulares, madera, cables, miel, lana y cueros, entre otros.

Desde África se importa pescado congelado, hortalizas, especias, semillas, pasta de cacao, levadura, alcohol etílico, productos naturales para uso terapéutico, abonos, insecticidas, cueros, pieles, alfombras, abrigos y otras prendas de vestir, elementos para la construcción, aparatos mecánicos, eléctricos y para medicina, y municiones, entre otros productos.

Egipto suele comprarle carne a Uruguay, así como Argelia es un buen mercado para los lácteos. De acuerdo a un informe del Instituto Nacional de la Leche (Inale), 2% de la leche en polvo entera del país fue a parar a tierras argelinas, 7% de la leche en polvo descremada y 5% de la manteca. El 11% de la exportación de manteca llegó a Marruecos, otra nación del norte africano. Sudáfrica también consume lácteos uruguayos
–Conaprole cerró un contrato importante con este país–, así como pescado. Fripur logró buena presencia en este mercado desde 2012. Con los sudafricanos, además, se concretó un intercambio de embriones de ovinos. Desde el año pasado también está entrando vino uruguayo al continente.