Los gobiernos de Uruguay, Argentina y Chile -a través de sus cancillerías- emitieron este viernes un comunicado formulando "un urgente llamado" a Venezuela para que concrete "un efectivo diálogo político genuino", en un momento de "grave polarización" que enfrenta a la administración del presidente Nicolás Maduro con la oposición que domina el Parlamento.
La tensión en Venezuela se origina en reclamos de libertades -el Poder Ejecutivo emitió un decreto que le dio al presidente la posibilidad de tomar medidas excepcionales-, por la liberación de presos que la oposición considera políticos, y el pedido de un referéndum revocatorio para el cual se juntaron cerca de dos millones de firmas. Por ese mecanismo constitucional la ciudadanía debería decidir si continúa Maduro en el poder.
Además, en el terreno económico, el país enfrenta una crisis por los bajos precios del petróleo, su principal producto de exportación, la alta inflación, falta de alimentos, de energía eléctrica y medicamentos.
Las cancillerías firmantes aclararon su respeto al principio internacional de no injerencia en asuntos internos, y que los problemas de Venezuela los resuelvan los venezolanos "de conformidad a su institucionalidad y observando los compromisos internacionales de plena protección de los derechos humanos y las libertades individuales", dice el comunicado.
Expresaron su confianza en que se respete "la tradición democrática del país" y se desalienten "alternativas radicales". En el final de la nota, los tres cancilleres se ponen a disposición de Venezuela para "acompañar mediante un grupo de amigos" la "imperiosa tarea del reencuentro nacional".
Desde la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) también se busca el acercamiento de las partes en Venezuela.
La carta de los ministros de Relaciones Exteriores de Argentina, Chile y Uruguay surgió luego del enfrentamiento público entre el presidente Maduro y el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.
Maduro opinó que Almagro es un "traidor" y "espía" de la CIA (el servicio de Inteligencia de Estados Unidos) a lo que el excanciller uruguayo respondió negando las imputaciones y acusando al presidente venezolano de "dictadorzuelo".
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