Vázquez está "impactado" por el caso del Hospital de Rivera

La presidenta de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), Susana Muñiz, salió a buscar respaldo político en el Frente Amplio ante las denuncias en torno a presuntas irregularidades en el hospital de Rivera, pero siguen apareciendo elementos que comprometen la gestión del exdirector Andrés Toriani, a quien la titular de ASSE defendió a capa y espada aún después que el presidente Tabaré Vázquez había pedido la remoción del jerarca.

Ante la información publicada por El Observador y por VTV Noticias acerca de que Toriani contrató tomografías a una clínica privada en Brasil, Muñiz transmitió a sus compañeros frenteamplistas que existen leyes que habilitan a contratar servicios en la frontera. Lo que Muñiz no aclaró es que Toriani apeló a contratar un servicio que no solo se presta en Rivera como son tomografías, sino también en centros estatales de todo el país. Y no se trataba de tomografías urgentes sino de coordinación, que se programan con antelación. Se estima que son miles los estudios realizados en Brasil a usuarios del hospital de Rivera.

Otro aspecto turbio es cómo se facturaban esos servicios. Una explicación la puede dar la orden de compra de una resonancia que se adjunta a esta nota (ver imagen) remitida por el hospital de Rivera a nombre de la mutualista riverense Comeri, que carece de resonador.

Mientras que ASSE inició una auditoría interna en el hospital riverense, el fiscal de Corte, Jorge Díaz, envió a la fiscal de Rivera, Patricia Rodríguez Trindade, las notas aparecidas en ambos medios para que proceda como estime conveniente ante lo que considera "hechos de apariencia delictiva".

Fuentes políticas dijeron que Muñiz envió una nota a dirigentes frenteamplistas en los que le atribuye las notas de El Observador y de VTV a "un mandado comercial" y cuestiona a mutualistas que cobraban un 50% más caro las tomografías.

Más allá de los costos, una de esas empresas había ganado una licitación para realizar los estudios. En cambio, según fuentes médicas y políticas, la contratación a la firma brasilera no responde a ninguna licitación.

La facturación de una resonancia a Comeri, que carece de resonador, parece un negocio similar al que el hospital de Rivera hizo con la contratación de casi 100 empleados con rubros destinados a otros fines y que se concretó con la intermediación de la firma Cuaró, cuyos directvios eran varios jefes de sección del hospital y hoy aparecen defendiendo la gestión de Toriani. Esos gastos que beneficiaron a esa empresa de subalternos de Toriani se multiplicaron por 130 en 10 años.

El argumento de Muñiz de que no se quiso beneficiar a una cooperativa obvia el hecho de que directamente se benefició a la otra que compite en Rivera y en la que revistan como socios amigos y exsubalternos de Toriani.

Por otra parte, en estas horas ocurrió un episodio cuyos resultados se mantienen en reserva: terminó la investigación administrativa que se había iniciado contra el administrador del hospital de Rivera y contra su ex subdirector, Víctor Recchi -removido junto a Toriani- quien era el ordenador del gasto. El dictamen de estas investigaciones resulta importante para mensurar la legalidad de la gestión de Toriani.

Un allegado al presidente Tabaré Vázquez relató a El Observador que cuando se enteró de las contrataciones a Brasil, el mandatario sacudió la cabeza y comentó que la situación en el hospital de Rivera lo tiene "impactado".