Ven "altamente probable" que agua tenga mal sabor en verano en Maldonado

A principios de 2015, el agua de las canillas de Maldonado salió durante casi 80 días con gusto a barro y, si bien según las autoridades no generaba perjuicio para la salud, la situación perjudicó tanto a los ciudadanos que el gobierno decidió exonerar el pago del servicio. Para 2016 todo hace pensar que la situación podría repetirse, dijeron a El Observador desde la comuna, por lo que ya comenzaron a tomar medidas para intentar evitar que el agua llegue en esas condiciones a la población.

Según había explicado en abril a El Observador el director de la Unidad de Gestión Desconcentrada (UGD) de OSE en Maldonado, Luis Hourcade, el mal sabor, olor y en algún momento color amarronado del agua se debió a la aparición de una especie nueva de algas (la cianobacteria cylindrospernasis) en la Laguna del Sauce, de donde OSE extrae el agua para potabilizar y alimenta a unas 140 mil familias. Lo que propició esa concentración de cianobacterias fue que a las altas cantidades de nitrógeno y fósforo en la laguna –algo que se arrastra desde 1989–, se sumó una época de pocas lluvias y de mucha luminosidad, condiciones propicias para el desarrollo de esas especies.

Las mismas condiciones climáticas de sequía prolongada y gran penetración de la radiación solar están previstas para la próxima temporada –entre febrero y marzo–, indicó a El Observador la directora de Medio Ambiente de la Intendencia de Maldonado, Bethy Molina, por lo que "es altamente probable que ocurra otro imprevisto de esas características". "Es una preocupación por la salud de la población y porque la principal fuente de ingresos que es el turismo se vea perjudicada por no poder tener la calidad del agua y otros servicios que siempre ofrecíamos", agregó.

Con este panorama las autoridades de OSE y de la Intendencia de Maldonado están tomando medidas para intentar evitar la situación de principios de año. Además, la intendencia en conjunto con la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) y el Ministerio de Ganadería trabajan en el control del nivel del agua, ya que cuanto menos caudal tenga la Laguna del Sauce, es más probable que se repita el problema. En ese sentido se establecerá un nivel de alerta ante el cual se prohibiría el uso del agua para fines productivos, y luego un nivel de emergencia. "Quienes sacan agua de la laguna tienen un permiso especial, están identificadas por lo que se puede controlar fácilmente", afirmó.

Además se controla que se respeten las franjas de seguridad establecidas de 150 metros alrededor de la laguna, de 40 metros para los principales arroyos que desembocan en ella y de 20 metros para los secundarios, donde no se puede intervenir, hacer construcciones, ni aplicar agrotóxicos.

El control de la calidad de agua también alcanza a los depósitos particulares. "El problema evidentemente nos puso en alerta a todos con lo que puede pasar con el agua potable", dijo a El Observador Molina y se detectó que había tanques de reserva de agua de particulares que no se limpiaban hacía varios años "y nadie se había dado cuenta". La intendencia, como una decisión política, decidió traspasar el control de empresas embotelladoras y depósitos de agua de edificios a laboratorios externos. Así, "la intendencia no se hace responsable de si el agua es o no potable" en esos casos, dijo por su parte el coordinador de Higiene del departamento, Carlos Medina.

En tanto, OSE apuesta a tener una nueva planta de potabilización con tecnología más moderna para filtrar las toxinas de las cianobacterias antes de que se transmitan al agua potable. Se trata de filtros que funcionan con carbono granular y que permite que la dosificación sea más eficiente y económica. "Esos filtros van a permitir incorporar una unidad adicional de tratamiento en el agua que funcionaría en episodios de que aparezca olor o sabor en el agua", aseguró a El Observador el gerente general de OSE, Daniel García. El costo estimado es de US$ 12 millones. Además, dijo, "se están tomando medidas de ajuste y mejora en la dosificación de los parámetros de tratamiento". Si bien no se puede asegurar que no se de un episodio similar en el futuro, con esas medidas y las obras, "va a mejorar sensiblemente la respuesta", señaló García.