El período julio–setiembre muestra que la venta de este tipo de unidades fue un 84% superior a lo observado en igual lapso de 2015, con 335 unidades comercializadas según datos relevados por el consultor inmobiliario Julio Villamide.
El experto dijo a El Observador que el repunte se explica por una mayor oferta de este tipo de unidades, pero también refleja que "el peor momento" del mercado inmobiliario, que se concentró a fin de 2015 y principios de 2016, habría llegado a su fin. "Va un poco en línea con esa sensación de haber dejado atrás ese año muy malo en materia de compra-ventas. Hay que irse hasta 2004 para encontrar un año más bajo. Fue el peor de los últimos 12 años", recordó.
Los datos toman en cuenta las promesas registradas de compraventa de unidades nuevas, es decir, cuando la vivienda deja de ser propiedad del promotor y pasa a manos de un tercero.
Para Villamide, aun sin llegar a niveles de actividad como los alcanzados en 2010 y 2011, los últimos datos del mercado de vivienda nueva, sumados al contexto regional y local, permiten suponer el inicio de una recuperación
"No es para tirar manteca al techo, pero hay una mejora en los fundamentos del mercado inmobiliario: baja tasa de desempleo, consolidación de los ingresos de las familias por encima de la inflación y una economía que volvería a crecer algo más que en 2016. En ese contexto, y con vecinos que ya no van a tirar tanto para atrás, esperamos una mejora en los niveles de actividad", proyectó Villamide.
El repunte que muestra el mercado de vivienda social se enmarca en un mayor dinamismo del mercado de obra nueva. Los últimos datos relevados por la Asociación de Promotores Privados de la Construcción (Appcu), ya daban cuenta que entre abril y junio la venta de viviendas a estrenar en la capital había aumentado 13% en la comparación interanual, con 545 unidades .
Esa recuperación incluso sorprendió a los empresarios del sector. Un debilitamiento temporal del dólar, tras haber alcanzado valores en el entorno a $ 32 a comienzos de 2016, podría haber sido un elemento que influyó en el ánimo de los inversores al momento de comprar según habían señalado a El Observador varios agentes consultados.
Las cifras positivas continuaron entre julio y setiembre. En ese período, la cantidad de unidades nuevas comercializadas trepó a 605 unidades, con 335 levantadas bajo el régimen de VIS (que sigue siendo la modalidad que dinamiza el mercado), y las restantes 270 que corresponden a promoción privada. Eso reporta un crecimiento de 22% en la comparación interanual.
Hay muchos inversores que se han volcado a las VIS, sobre todo para ofrecerlas luego en el mercado de alquileres. De hecho, ese régimen ha tenido como consecuencia una estabilización del mercado de los arrendamientos.
La demanda sigue concentrada en unidades "pequeñas", monoambientes y de un dormitorio en el caso de la zona costera, y viviendas de un dormitorio si se trata de una VIS. Por eso, uno de los pedidos de Appcu al Ministerio de Vivienda (Mvotma) es que revea el tope de 50% de unidades de un dormitorio que puede haber por edificio, según lo estipulado en la reglamentación de la ley de VIS.
Los promotores privados siguen esperando que el Poder Ejecutivo dé a conocer el nuevo decreto para que entren a regir las modificaciones anunciadas en la ley de VIS, que pasará a denominarse Vivienda Promovida.
Esos cambios, y el mejor desempeño proyectado para la economía uruguaya el próximo año, también se visualizan -a priori- como dos elementos que ayudarán a reactivar la inversión y a ampliar la oferta de inmuebles, según han señalado distintos expertos de la construcción y el sector inmobiliario.
Pero también existen dudas. La nueva reglamentación anunciada por el Mvotma prevé que el 90% de las unidades que se construyan en Montevideo y el 80% de las que se levanten en el interior del país no tendrán topeado su precio de comercialización. En la actualidad, esa regla rige para el 25% de las unidades de la capital y el 100% de las que se construyen en los restantes 18 departamentos.
Lo que despierta dudas entre los promotores es el efecto de las que seguirán con topes, porque el precio sería menor a los valores que hoy están vigentes. Eso porque ingresarían dentro de un programa que tiene vigente el Mvotma con una cuota subsidiada para aspirantes que cumplen determinados requisitos.
Ello implicaría que esas viviendas se construyan "a pérdida", y que luego los promotores tengan que trasladar al precio del resto de las unidades. Tampoco se sabe por cuánto tiempo los privados deberán entregar esas unidades topeadas al Mvotma para que las coloque dentro de su cartera de aspirantes, si es solo durante el período de construcción de la obra o por más tiempo.Inicio de sesión
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