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Ventana al mar
Por Ina Godoy
Producción Agustina Amorós
Monte Indio es una chacra marítima de ocho hectáreas sobre la costa de Portezuelo, con una laguna natural, que es un brazo del arroyo El Potrero. La construcción de 900 m2 tiene el sello inconfundible de su autor, el arquitecto y escultor argentino Pachi Firpo, reconocido por el manejo de grandes volúmenes y las líneas rectas. Firpo cruzó los límites de la arquitectura y diseñó también gran parte del interiorismo, involucrando a carpinteros, mimbreros y otros artesanos de la zona.
La propiedad se desarrolla en tres módulos: la casa principal, la casa de huéspedes y el atelier del dueño de casa, con vista a los olivos. El acceso a la vivienda principal es un jardín de invierno con mucho vidrio, luego se dispuso un living comedor de grandes dimensiones, estufa de leña y hermosas vistas. En la misma planta está la encantadora cocina con comedor diario, una toilette y un cuarto con baño en suite. En la segunda planta se dispusieron dos amplias y confortables habitaciones, con las mejores vistas.
Mediante amplias ventanas que parecen cuadros, el mar está presente en todos los ambientes, lo que convierte a la vivienda en un excelente lugar para descansar, inmersa en un contexto que reúne playa, campo y cerros.
La casa recibe a sus visitantes con un amplio jardín de invierno. Las paredes que dan al frente son de vidrio y aluminio, lo que garantiza las hechizantes vistas al mar. El juego de living es de caña de bambú, antiguo y la mesa ratona de madera es un diseño de Firpo. El piso del ambiente se revistió con grandes baldosas de cemento alisado.
Con sus antiguas puertas ventanas traídas desde una casa argentina de estilo francés, el living tiene aires de otros tiempos. Las típicas celosías de metal son ideales para proteger del sol de verano y dejar pasar la fresca brisa oceánica. En el techo se hizo una claraboya moderna que riega de luz el amplio ambiente. La estufa a leña es una gran protagonista, tiene incorporados nichos donde se colocaron libros y objetos decorativos. La sillita matera es de madera con asiento de lonja tejido. La escultura de la mujer con el mundo a sus pies es de Pachi Firpo y los cuadros son del pintor argentino Luis Frangella.
Compartiendo el amplio ambiente con el living se dispuso una larga mesa de comedor, diseñada por el anfitrión de la casa en una pieza única de lapacho. Las tres luminarias blancas también son diseño suyo.
Las mesas de trabajo de carpintero como mesadas, la mesa inglesa del siglo XIX y las antiguas sillitas de bar sugieren aires de campo en la cocina. La mesada y el revestimiento trasero de la bacha son de mármol de Carrara. Las estanterías son de lapacho.
La bañera se ubicó a los pies de un gran ventanal con vista al mar. El piso se revistió con tocones de mármol de 10 x 10 centímetros. La mesada es de madera pintada de blanco.
En las ventanas de este cuarto se colocaron postigones ciegos de madera blanca. La cama es de hierro forjado, la ropa de cama es de Laura Ocampo y se colocó un sugestivo mosquitero de tul blanco. Las mesas de luz son antiguas, de madera, compradas en un remate y las luminarias son diseño del dueño de casa.
Como sucede en casi todos los ambientes de la casa, las grandes aberturas parecen cuadros que acercan el majestuoso paisaje exterior. Respaldos franceses, ropa de cama de Morph. Las mesas de luz son antiguas, una inglesa de patas torneadas y la otra art déco, ambas recicladas.
Gran parte de la fachada de la casa está cubierta por una Ampelopsis, una enredadera que también apuesta a la fusión que propone la casa de los espacios interiores con los exteriores.
Próxima a la piscina se dispuso una altísima pérgola de lapacho. Las esculturas son de Pachi Firpo y del artista uruguayo Ricardo Pascale.
