Diez años pasaron desde que la serie
Will & Grace se fue de las pantallas de
televisión. Con 16
premios Emmy, además de ser una sólida comedia, trascendió en la historia televisiva como una de las primeras
series en contar con personajes protagónicos gays.
Horas antes del debate entre Donald Trump y Hillary Clinton, los cuatro actores originales: Debra Messing (Grace), Eric McCormack (Will), Sean Hayes (Jack) y Megan Mullally (Karen) volvieron a encarnar a los personajes que los hicieron reconocidos para hablar precisamente de las elecciones.
Tanto Will como Grace están indignados por la candidatura de Trump, sentimiento que se alimenta una vez que Karen confiesa ser una de sus más viejas amigas. "Hasta lo ayudé a elegir a Melania", dice.
El voto indeciso se manifiesta en Jack, que no sabe aún a quien votar, pero le disgusta Clinton porque "usa pantalones". Ambos protagonistas entonces deciden convencer al despistado amigo, con argumentos elaborados, solo para conseguirlo solo con nombrar una celebridad.
Esta suerte de regreso no fue exactamente una sorpresa. Durante el fin de semana, las estrellas dejaron entrever en sus redes la posibilidad de una reunión, motivando a sus fanáticos a especular sobre este proyecto secreto.