Nacional > La sequía en el campo

Y un día volvió a llover

Los daños de la escasez de agua en el agro por ahora no pueden cuantificarse
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02 de agosto de 2015 a las 05:00

Producción: Hugo Ocampo y Juan Samuelle

Si hay algo que importa en el campo es el estado del tiempo y ello deriva de que se trata de una actividad a cielo abierto, donde las horas de sol y los días nublados, la abundancia o la escasez de agua, y los eventos imprevistos como vientos o granizadas siempre dejarán su marca.

La falta de lluvias que se prolonga desde fines de enero, que motivó la declaración de emergencia agropecuaria que rige en nueve departamentos –Cerro Largo, Treinta y Tres, Lavalleja, Rocha, Maldonado, Flores, Florida, Canelones y San José– dejará pérdidas al país, que aún no pueden cuantificarse.

"Disponer de ese dato ahora es inviable porque el fenómeno (climático) sigue manifestándose", dijo a El Observador el subsecretario de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), Enzo Benech, y agregó que la sequía que afecta a la mitad del país "no hay rubro al que no le pegue".

El jerarca adelantó que el MGAP "tiene previsto realizar una estimación de los perjuicios, pero lo hará una vez que la adversidad concluya. La seca es coyuntural, porque va a llover".

El hombre de campo ya sabe las pérdidas que ha sufrido y presume otras que no ha podido constatar aún, como el estado de las pasturas implantadas y la tasa de preñez del ganado vacuno de carne, que seguramente caerá por la baja condición corporal de la vaca, lo que provocará una pérdida de terneros no nacidos (ver recuadros). Pero ese balance aún no puede hacerse y solo cabe esperar que siga lloviendo como anuncian los pronósticos. (Producción: H. Ocampo y J. Samuelle)

Agricultura

Soja
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"Una dificultad adicional para los cultivos de invierno fue el frío y las heladas". Carlos Dalmás, productor y asesor agrícola

En la zafra de cultivos de verano, el maíz de primera no tuvo dificultades: el agua no le faltó en los períodos críticos y se cosechó cuando recién se iniciaba el período en que dejó de llover. Pero hubo inconvenientes para las posteriores cosechas de soja, sorgo y maíz de segunda. Como llovió más de lo habitual hasta fines de enero, hubo un desarrollo vegetativo importante, lo que incrementó la demanda de agua, que comenzó a faltar desde febrero pasado. Además, de la mano de temperaturas más calurosas de lo habitual, hubo aborto de vainas y el llenado con granos más pequeños. Y los rendimientos cayeron. La magnitud de los daños varió mucho según la zona del territorio, pues en algunos lados no llovió y en otros hubo algún chaparrón. En líneas generales, se estima que el rendimiento de los cultivos fue 60% inferior a lo esperado. En la zafra de cultivos de invierno que está en marcha, los que sembraron antes del 1° de junio ganaron la carrera, pero los que lo hicieron después tuvieron dificultades. En trigo y cebada no murieron plantas, en colza sí.

Ganadería

Ganaderia
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"Prácticamente están solo con tierra y no hay pasturas". Fernando Dighiero, presidente de la Federación Rural

La pérdida mayor que tendrá la ganadería de carne se verá el año próximo, ya que la baja condición corporal de las vacas –por una alimentación con falta de pasturas por la sequía– repercutirá en una caída de la tasa de preñez. En la zona declarada en emergencia agropecuaria se encuentra el 40% del rodeo de cría. Además de las pasturas, los productores ganaderos perdieron praderas y verdeos, además de encarecer su presupuesto con la compra de raciones para paliar tratar de paliar la situación. La escasez de lluvia provocó también la pérdida de agua, un alimento vital para el ganado, al disminuir o secarse aguadas y tajamares. También se perdieron kilos de carne al enflaquecer los animales en el campo. Cuando el estado del tiempo se normalice –y vuelva a llover con normalidad–, el tapiz del campo natural, que es el principal recurso de la ganadería uruguaya, demorará en recuperarse. Algunos productores deberán esperar 15 días después de que se concreten las precipitaciones para entrar a sus chacras plantadas para evaluar el daño que sufrieron por la seca.

Lechería

Lechería
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"El sector que está más perjudicado por la sequía es la lechería". Enzo Benech, subsecretario del MGAP

La escasez de lluvia que derivó en una sequía pegó fuerte en la lechería. Todos los departamentos donde se concentra la producción lechera del país están en emergencia agropecuaria por tres meses. De alguna manera, la lechería concentra todas las desgracias: los daños en las pasturas (que sufre la ganadería de carne), los problemas en las raciones (que sufre la producción de granos) y los propios del invierno. Para producir leche, la vaca necesita comer. Al deteriorarse las pasturas naturales, las praderas y los verdeos, en los casos que pudieron implantarse, los tamberos tuvieron que apelar a las reservas forrajeras que habitualmente acopian para pasar el invierno. Como la leche se paga por calidad –grasa y proteínas–, para lograrlo la dieta de la vaca no puede deteriorarse. Prueba de ello es que, a pesar de la sequía, las remisiones a las plantas industriales se incrementaron 3% en el primer semestre, respecto al año anterior. Los tamberos lo lograron a un costo muy alto. Como ocurre con la baja de precios de los granos, los tamberos reciben cada vez menos ingresos por la leche que producen.

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