Adele y el sonido detrás del éxito

El 2015 ya era un año repleto de lanzamientos interesantes. Ahí llegó Adele para echar todo por la borda y conquistar cada uno de los récords que la industria discográfica se había impuesto. Vendió solo en Estados Unidos 3,38 millones de copias de su disco 25 en una semana, transformándose por supuesto en el disco más vendido del año y desbancando al lanzamiento más exitoso hasta entonces, el No Strings Attached de *NSYNC, con 2,42 millones en 2000. Es, además, el 20º álbum en la historia estadounidense en vender al menos un millón de copias en la primera semana. En su Inglaterra natal, Adele logró el disco más vendido del año y de su historia, venciendo a la marca de Oasis con su álbum Be Here Now (1997), 800.307 versus 696.000 copias.

Todo esto sucedió antes que sus fans escucharan el disco. Adele movió estas enormes cantidades de álbumes con solo su nombre y un single, Hello, que luego de su lanzamiento el 23 de octubre, sigue consiguiendo que su "Hello, it's me" haya adquirido la popularidad de un meme y la ubicuidad de un éxito mundial.

Hasta que el disco llegara a las tiendas, 25 solo fue conocido por apenas unas canciones que la cantante dio a conocer en programas de radio y televisión. Y solo Hello llegó a los servicios de streaming. Por convicción, la londinense rechazó este nuevo modelo de difusión.

Los grandes temas de 25 son, como siempre, el amor, su pérdida y los resultados de la ruptura, pero con la edad y la maternidad también llegaron las preocupaciones por la adultez, la fama y la distancia con su ciudad natal. Sin embargo, todo esto entra dentro del canon clásico de la obra de Adele. Lo más interesante que tiene para ofrecer 25 es, primero, una voz más madura de la cantautora y, por otro, un leve cambio en el sonido.

Al contrario de trabajos anteriores, donde contó con un puñado de colaboradores más o menos fijo, en 25 reclutó a algunos productores y compositores que se ubican del lado más pop del espectro y, si se quiere, con una impronta más actual.

De esta manera, inspirada en Taylor Swift y su tema de 2012, I Knew You Were Trouble, contactó al súper productor sueco Max Martin (que ostenta seis nominaciones a los Grammy para la próxima ceremonia) para que aplique su magia pop en el estilo tan personal de la cantante inglesa. El resultado fue Send My Love (To Your New Lover) una de las canciones indiscutiblemente más animadas de 25, y que –sin saber la anécdota de su creación– recuerda indefectiblemente al estilo de composición de Swift, desde el comienzo con un arpegio apagado a la manera en que repite las vocales en el estribillo.

I Miss You, la primera de las canciones del disco con su colaborador Paul Epworth –con el cual realizó desde Rolling in the Deep a Skyfall–, es una balada que lleva el peso emotivo en su percusión. Es un ritmo simple y repetitivo: cuatro tiempos marcados por los toms y un fill de redoblante al finalizar el verso, lo cual hace de esta canción algo diferente e interesante.

Le sigue When We Were Young, el segundo de los cortes de 25 y otro intento de Adele de salir de su propia caja y colaborar con un cantautor joven en pleno ascenso: Tobias Jesso Jr. Aquí a la inglesa se la puede escuchar en momentos incorporando la dicción del canadiense –la forma en que el tono desciende en el verso "To the way you move" es muy "jessoniana"–, para luego ostentar con altura su personalidad y expresividad vocal en el estribillo.

Otro ejemplo del nuevo sonido que incorporó Adele en 25 es Water Under the Bridge. Forma parte de los temas más enérgicos del disco, que cuenta con riff de guitarra y un ritmo que cita al revival del R&B noventoso que se ha consolidado como tendencia desde hace unos años.

Su influencia en el soul la marca River Lea, una canción emotiva dedicada al río que atraviesa su barrio natal, Tottenham. En su estribillo –que con templanza inglesa se restringe para no alcanzar la pomposidad exagerada de un himno–, Adele demuestra la ambivalencia entre querer volver a sus raíces y la inadecuación que siente al haber superado los límites de su pequeña localidad. En este caso, contó con la colaboración de otro productor de renombre, Danger Mouse, responsable de discos de Gnarls Barkley, U2 y The Black Keys.

En la misma línea aparece la melancólica y rememorativa Million Years Ago, cuyos sentimientos son exacerbados por su formato a guitarra y voz.

El resto de los temas pueden entrar en la burda categoría de "más de lo mismo". Sin desmerecer a la calidad emotiva y letrística de cada una, no tienen la cualidad de hit y una al lado de la otra pueden llegar a sonar repetitivas.

Las baladas basadas en piano como Remedy y Love in the Dark no resaltan sonoramente por nada en particular. Pero el track prescindible totalmente es All I Ask,que realizada junto a Bruno Mars, no logra ser más que una canción dramática de lo más básica e impersonal.

Por último, el final con Sweetest Devotion, una canción optimista y expansiva sobre el júbilo de la maternidad, pero que no tiene nada que produzca querer escucharla más de una vez.

Si Hello es la versión superada y adulta de Someone Like You, no hay otras canciones que lleguen a las alturas de Rolling in the Deep o Chasing Pavements. Decidió subir a volumen 10 su espíritu pop, cuando jugársela de verdad hubiese sido llegar a 11. No por ello 25 no deja de ser una buena escucha, derrocha emotividad y demuestra la sobresaliente voz de Adele. Podrá ser un disco doble, triple, cuádruple platino, pero no es un disco icónico.