"Es increíble lo mal que nos preparamos para un evento inevitable como la muerte"

Para empezar, se debe hablar de ello. Los niños deben estar informados de la muerte porque es lo único seguro que tenemos en la vida. Es increíble lo mal que nos preparamos para enfrentar un evento que va a ser inevitable y con el que vamos a convivir. A la vez es uno de los temas, junto con la sexualidad, que más les cuesta a los adultos enfrentar con los niños. Probablemente sea porque es algo que no tenemos muy solucionado a nivel personal, entonces transmitirlo cuesta más. Además, como en nuestra cultura la muerte está asociada al dolor, uno a los niños pretende allanarles el camino y no enfrentarlos a algo que los haga sufrir, lo que es un error.

En la serie Black Mirror, por ejemplo, hay un capítulo donde una madre le pone un chip a su hija para pixelar aquellas cosas que la ponen nerviosa. Eso genera que la niña tenga una debilidad brutal. Yo creo que muchas veces los adultos pretendemos hacer eso que muestra la serie, que es evitarle lo que los hace sufrir. Entonces si se muere una mascota es muy frecuente que le digan que se perdió. Pero la muerte de una mascota puede ser una excelente manera de enfrentar el fenómeno.

El cine nos da buenas oportunidades, a pesar de que hoy los niños conviven con el fenómeno independientemente del cine y están recibiendo de manera frecuente mucha información. Puede ser muy efectivo, claro. Cuando está bien encarado permite poner sobre la mesa muchos temas. Además, si la película está buena, mejor, pero tampoco es imprescindible. Es otro vehículo que se suma a una cantidad de oportunidades que tenemos para hacerlo.

Es bueno que los niños puedan ir entendiendo desde siempre los ciclos y las etapas, y poder ir aceptando los cambios. Eso es muy fácil de hacer con los ejemplos que nos da la naturaleza, con los brotes, los verdes que se ponen amarillos y se caen. Son preconceptos que pueden ayudarlos a entender las etapas de la vida.

Uno tiene que transmitir su verdad sobre la muerte. No hay una sola versión, pero está bueno que no les enseñemos inventos en los que uno no cree. Si vos creés que existe el cielo, hablale de él, pero si no creés en el cielo no le hables de eso para salir del paso. Y hay que tener presente que cuando los niños son muy chicos tienen un pensamiento muy literal y realista. Entonces si se les dice que una persona que murió fue al cielo, están pensando en lo que tenemos arriba de nuestras cabezas. Hay que tener cuidado en cómo se transmite la información para no darles ideas equivocadas.