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Cae apoyo a la democracia pero a los políticos les cuesta reaccionar para cuidarla

Según Latinobarómetro, se trata del punto más bajo de apoyo en 21 años
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10 de agosto de 2017 a las 05:00
El informe de Latinbarómetro 2016 asegura que en Uruguay se registró una "caída abrupta" del apoyo a la democracia pasando de un 86% de personas que están "de acuerdo" o "muy de acuerdo" con que la democracia es preferible ante cualquier otra forma de gobierno, en 2009, a 68% el año pasado. Se trata del punto más bajo de apoyo a la democracia en 21 años. El informe asegura que los uruguayos tienen la percepción de que los políticos están más preocupados por buscar su beneficio propio que por resolver los problemas del país. A esto se suma un alto porcentaje de indecisos de cara a las próximas elecciones (40% según la última encuesta de Cifra) y la actitud que asumen los políticos ante situaciones irregulares en las que se los señala, elementos que no colaboran para revertir esa desconfianza.

A los políticos y a los partidos, la población los ve como una corporación y da la sensación que "se cuidan entre ellos", dijo a El Observador el sociólogo y consultor en comunicación política Federico Irazábal.

Es que los políticos tienden a "pedir la cabeza" cuando el implicado es del partido contrario pero son mucho más cuidadosos para tomar una decisión cuando se trata de un dirigente del propio. "Hay una dualidad de criterios que termina generando cierta desconfianza en la gente", explicó el analista aunque sostuvo que esa desconfianza es "desmesurada".

Desde el Partido Nacional pidieron la renuncia del vicepresidente, Raúl Sendic, cuando El Observador publicó que se presentaba con un título que no tenía pero decidieron esperar a que la Justicia resuelva para analizar el caso del diputado, Wilson Ezquerra, que atropelló a una mujer manejando alcoholizado (se le detectó 1,4 gramos de alcohol por litro de sangre, según la espirometría). Más allá de las diferencias entre los casos, la reacción de los partidos tiende a ser la de señalar al otro rápidamente pero demorar las decisiones internas.
Tanto Jorge Larrañaga como Luis Lacalle Pou aseguraron que van a esperar a que actúe la Justicia para analizar el caso del diputado blanco, Wilson Ezquerra, que protagonizó un accidente alcoholizado.

"Nada erosiona tanto el prestigio de la democracia como la corrupción o la sospecha de corrupción. Cuanto más tajante sea la reacción del sistema político, mucho mejor para la credibilidad", apuntó por su parte el politólogo Adolfo Garcé en diálogo con El Observador.

Mientras Sendic dice que va a esperar a la Justicia en su cargo de vicepresidente, con los fueros parlamentarios que lo respaldan, consultado por El Observador el diputado Ezquerra aseguró que no ha pensado en renunciar para continuar sin fueros el proceso judicial, ni sabe "cómo es el tema".

Sobre este caso la senadora nacionalista, Verónica Alonso, aseguró que los legisladores no deberían tener fueros. "Eso hace a ese malhumor que hoy tiene la población hacia los políticos. Por algunos privilegios que tenemos, que no deberían existir", dijo a VTV, aunque opinó que hay que "dejar actuar a la Justicia" antes de tomar medidas respecto al diputado blanco. En el mismo sentido se expresó el senador Luis Lacalle Pou, quien en 2011 presentó un proyecto de ley para eliminar los fueros ante delitos comunes.

El "malhumor" que tiene la gente respecto a los políticos no sólo preocupa a Alonso. El presidente Tabaré Vázquez habló de autofagia (autodestrucción del sistema político) cuando salió en defensa de Sendic. "El espectáculo con mucho reality show, de operativos masivos de destrucción de actores políticos –operativos impulsados desde el sistema de poder– conlleva a infundir en la sociedad la imagen de una élite política corroída, en la que resulte imposible creer o confiar", escribió el politólogo Botinelli en una columna publicada a principios de julio en El Observador.

Sin embargo, apuntó que la crítica pública es de los elementos que permiten que el sistema goce de buena salud. Botinelli afirmó que la confianza en el sistema político es "baja" y está en "creciente caída". "La confianza en el Parlamento está algo por debajo del 30% y la confianza en los partidos políticos más bajo aún, apenas por encima del 20% (...) Esa pérdida afecta a los tres partidos clásicos del país", escribió el politólogo.
El apoyo a la democracia como la mejor forma de gobierno cayó 18% en siete años en Uruguay, según Latinbaróemtro 2016. Es una "caída abrupta", según el informe.

Este decaimiento de la confianza en las instituciones y en los partidos que registran las encuestas de opinión no es un fenómeno particular de Uruguay, sino que reproduce lo que sucede en varias partes del mundo y permite la aparición de liderazgos de personas que provienen de fuera de la política, como ha sido el caso de Donald Trump, presidente de Estados Unidos.

Los episodios de irregularidades o sospechas de corrupción en el sistema político se repiten en los últimos años y la reacción suele ser la de mirar para el costado o buscar que pase desapercibido (ver recuadro). "Muchas veces le pedimos a los políticos niveles de ética que nosotros mismos no estamos dispuestos a cumplir. Se da como una suerte de hipocresía", apuntó Irazábal.
"Nada erosiona tanto el prestigio de la democracia como la corrupción. Cuánto más tajante sea la reacción del sistema, mucho mejor", dijo el analista político, Adolfo Garcé.

De todas formas, explicó que los dirigentes en muchas oportunidades priorizan el capital político antes que la credibilidad. "¿Quién se va a perder de tener a Ezquerra en sus filas, cuando reúne una cantidad de votos en Tacuarembó?", se preguntó en referencia a una posible sanción del Partido Nacional al diputado.

Los indicadores que muestran una caída de apoyo a la democracia, al mismo tiempo reflejan un aumento del "autoritarismo". Más de 70% de los uruguayos piden "mano dura" y los reclamos por priorizar el "orden" sobre las "libertades individuales" también crecen en los últimos años, según el Latinbarómetro.

Los casos

Entre el título y las tarjetas corporativas

Las encuentas ubican al vicepresidente Raúl Sendic como el dirigente político que concita menos simpatía. Presentarse con un título que no tenía, sumado a su gestión al frente de ANCAP que está siendo investigada por la Justicia y el gasto con las tarjetas corporativas, pusieron al vicepresidente bajo la lupa de la opinión pública. Por ahora decidi{o mantenerse en su cargo y esperar a la Justicia con fueros.

Sanabria y el Cambio Nelson

El diputado suplente del Partido Colorado, Francisco Sanabria, fue procesado en abril por libramiento de cheques sin fondos, apropiación indebida y falsificación ideológica luego de probarse que se quedó con dinero ilegalmente depositado en Cambio Nelson. El Partido Colorado decidió expulsarlo recién cuando la Justicia libró una orden de captura nacional. Sanabria primero huyó a Miami , pero regresó al país para entregarse.

Diputado chocó alcoholizado

Ezquerra conducía por la ruta Interbalnearia cuando en el kilómetro 84 se desvió hacia la banquina e impactó contra una mujer de 60 años que viajaba en moto. Mientras ella era trasladada al hospital en estado delicado con una fractura de cadera, que todavía la mantiene internada aunque fuera de peligro, el espirómetro en la boca del legislador arrojaba resultado positivo: 1,4 gramos por litro de sangre.

Astori y los aportes al BPS

El sector Asamblea Uruguay no abonó los aportes jubilatorios de la secretaria del dirigente Jorge Orrico por más de 20 años. El caso saltó luego de que Orrico y el líder de Asamblea Uruguay, Danilo Astori, cruzaran acusaciones sobre quién era el responsable de esos aportes. El Banco de Previsión Social (BPS) determinó que le correspondía al sector y Astori aceptó el fallo sin hacer mayores comentarios y sin recibir cuestionamientos del FA.

Títulos inexistentes en Interior

El fiscal Gustavo Zubía pidió la prisión del director de Asuntos Sociales del Ministerio del Interior, Leonardo Anzalone, por conjunción de interés privado y público y por usurpación de título universitario. Anzalone contrató a su hermana al frente del Área de Evaluación Psicológica, donde firmó como psicóloga a pesar de no tener título. A su vez, el subdirector del INR, Gustavo Belarra, debió renunciar por presentarse como sociólogo sin serlo.

Vuelve Andújar

El líder del Partido Nacional, Luis Lacalle Pou, expulsó de su sector (Todos) al diputado por Canelones Sebastián Andújar, por haberle "perdido la confianza" a raíz de "conductas personales". El legislador canario se involucró en maniobras económicas y no hubo dudas en sacarlo del sector. Sin embargo, el senador anunció a fines de julio el regreso de Andújar a Todos. "Próximamente va a volver al sector del herrerismo", dijo al canal TVL de Pando.

Apartamento polémico

El Ministerio de Economía y Finanzas destituyó a Laura Remersaro, quien era la contadora general de la Nación, luego de un informe que indicaba que la jerarca tenía un apartamento en el que funciona un prostíbulo clandestino. En su propiedad convivían adultos y menores. Los vecinos habían advertido a Remersaro, pero no lograron ninguna respuesta satisfactoria. Tampoco hubo consecuencias más allá de la renuncia de la jerarca.

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