El Ministerio de Relaciones Exteriores explicó –por omisión– en un comunicado de prensa la razón por la que el canciller Rodolfo Nin Novoa decidió no confirmar en el cargo de director de Relaciones Institucionales al embajador Álvaro Moerzinger y contestó –por omisión– al senador nacionalista, Luis Lacalle Pou, quien denunció la situación como un caso de "persecución política".
El ministerio argumentó que "la jerarquía" de la cartera hace designaciones de funcionarios en diversos puestos "en base a su idoneidad técnica y profesionalismo, lo cual implica que actúen con lealtad institucional y honestidad intelectual, de forma de construir una relación de necesaria confianza en la función".
En este sentido, la cancillería citó el artículo 2 del Estatuto del Servicio Exterior que establece que "los funcionarios del Servicio Exterior son designados para el cumplimiento de la misión que la República les encomienda". El artículo señala que los funcionarios "están al servicio de la Nación con entera independencia de personas, grupos políticos o partidos". Además indica que "su lealtad y obediencia se deben únicamente a la Nación y a su Gobierno, conforme a la Constitución, las leyes y los reglamentos y demás disposiciones emanadas del Poder Ejecutivo".
Nin Novoa había designado a Moerzinger como su director de Relaciones Institucionales pero le quitó el cargo luego que se conociera que el funcionario diplomático había participado en la confección de un documento para Lacalle Pou en el que se criticaba la política exterior del Frente Amplio.
En función de la respuesta del ministerio es posible interpretar que, a juicio de la cancillería, el embajador Moerzinger incumplió con el artículo 2 del estatuto. Y, de esta manera, justició la quita de la designación para el cargo que el funcionario desempeñaría en Montevideo.
El tema fue planteado este jueves por parte de Lacalle Pou en la comisión de Asuntos Internacionales del Senado que recibió la visita del ministro.