Cataluña vuelve a tensar la cuerda

Parecía ser un secreto a voces. Era muy difícil que el flamante presidente del Parlamento catalán, el independentista Roger Torrent, pudiera zafar y escapar a la presión, sistemática, insistente, del expresidente del gobierno regional, Carles Puigdemont, para volver a ocupar su puesto.

Es que el resultado de las elecciones autonómicas realizadas el pasado 21 de diciembre –tras ser convocadas por el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, como uno de los primeros pasos dados apenas dispuso la intervención de Cataluña– avalaba esa posibilidad.

Incluso, más allá de las ambiciones personales del principal dirigente secesionista y responsable para muchos analistas de la crisis política que afecta desde octubre a una de las regiones más prósperas de España.

En esos comicios, los partidos en favor de la independencia catalana –con Juntos por Cataluña, con Puigdemont a la cabeza– reconquistaron la mayoría parlamentaria, al conseguir 70 bancas sobre un total de 135, a pesar de que la votación individual fue ganada por Ciudadanos.

El candidato

Entonces, en ese contexto, que Torrent propusiera este lunes a Puigdemont como el candidado para volver a presidir Cataluña no extrañó a nadie.

De todas formas, el diputado de Izquierda Republicana de Cataluña, aliado de Puigdemont, –quien sorprendió en su asunción la semana pasada con un discurso de talante más bien conciliador–, al menos se mostró respetuoso de las formas.

Fue así que envió una carta a Rajoy en la que no solo fundamentó las razones por las cuáles propuso al expresidente regional para ser investido, sino que además le pidió una entrevista para abordar la coyuntura política en Cataluña.

La intención de Torrent es analizar con Rajoy las "vías políticas" que permitan la investidura de Puigdemont y al mismo tiempo discutir sobre la "anómala" situación del Parlamento catalán, pues cuatro diputados electos, entre ellos el expresidente regional, se exiliaron en Brusales y otros tres continúan en prisión en Madrid.

El presidente del Parlamento reivindica la "absoluta legitimidad" del destituido presidente de la Generalitat para volver a ocupar el cargo, más allá de conocer su situación judicial y la advertencia que "pesa sobre él".

En caso de que Puigdemont decidiera regresar a España, sería inmediatamente detenido, pues la Justicia española lo acusa por sedición y rebelión, por haber sido impulsor de la declaración unilateral de independencia realizada en octubre, y que tanto el gobierno español como la Justicia consideraron un acto ilegal.

Para evitar esa situación, Puigdemont pidió asumir a distancia y delegar su voto cuando ocurra la designación en otro diputado.

Pero los servicios jurídicos del Parlamento catalán se habían pronunciado la semana pasada al señalar que esa posibilidad es ilegal. Y Torrent quedó entonces prisionero de sus palabras, porque afirmó entonces que se avendría a lo que dijeran los expertos jurídicos del cuerpo.

Por lo tanto, la situación sigue planteada en los mismos términos: Puigdemont fue propuesto, pero el gobierno español no acepta su investidura al considerar que no está sujeta a derecho.

Por lo tanto, la región se expone a continuar sumida en un estancamiento político, pues a su vez Rajoy no levantará la intervención en esas condiciones y el artículo 155 de la Constitución continuará vigente por tiempo indefinido.

Esa era justamente una de las principales reticencias que algunos sectores independentistas tenían respecto de una eventual proclamación de Puigdemont.

En los hechos, el dirigente les impuso su candidatura pero los dejó sin opciones y maniatados políticamente. Porque lo que algunos dirigentes no querían es lo que precisamente puede llegar a pasar, es decir que a Cataluña le lleve más tiempo del previsto recuperar su autonomía.

Mientras la sola mención de Puigdemont provoca tirria en Madrid, así planteadas las cosas el conflicto con el gobierno español amenaza con recrudecer.

A todo esto, desde Copenhague, ciudad a la que viajó para asistir a un debate con universitarios, el expresidente catalán echó más fuego a la hoguera.

"No vamos a capitular frente al autoritarismo, a pesar de las amenazas de Madrid; pronto formaremos un nuevo gobierno", dijo desafiante durante un debate sobre el conflicto catalán.

Rechazan pedido sobre detención europea

El Tribunal Supremo de España rechazó este lunes un pedido de la Fiscalía para volver a poner en vigencia una orden de detención europea contra el expresidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, el mismo día en que viajó desde Bruselas a Copenhague.

Apenas el dirigente independentista llegó a la capital danesa, la Fiscalía pidió al Tribunal Supremo enviar "con la mayor urgencia" la orden de detención a esa ciudad por los delitos de rebelión y sedición.

Pero el Tribunal Supremo denegó esa posibilidad al considerar que no estaban dadas las condiciones para hacerlo.

"El instructor encuentra razonable la petición del fiscal si se contempla que el investigado se encuentra fuera del territorio nacional para eludir un procedimiento penal, pero añade que tal solicitud se enfrenta a matices que conducen a que deba posponerse la orden de detención solicitada", señaló el juez, Pablo Llarena, al fundamentar la decisión.

Pero el magistrado amplió el concepto: "Frente a la imposibilidad legal de optar a una investidura sin comparecer en el Parlamento, la provocación de una detención en el extranjero busca que el investigado pueda pertrecharse de una justificación de que su ausencia no responde a su libre decisión como prófugo de la justicia".

DE AQUÍ EN MÁS

Encuentro. El presidente del Parlamento catalán, Javier Torrent, quiere reunirse con el presidente del gobierno españo, Mariano Rajoy, para analizar la coyuntura regional.

Investidura. El expresidente catalán, Carles Puigdemont, insiste en ser investido en ese cargo, a distancia.

Intervención. Rajoy no está dispuesto a eso, lo que puede prorrogar indefinidamente la intervención de Cataluña.