Cenizas del volcán causaron nacimientos prematuros

La mala calidad del aire en la capital en esos meses provocó que se registrara 11% más de nacimientos prematuros entre las mujeres que cursaban el tercer trimestre de gestación, según un estudio realizado por los economistas Marcelo Caffera, Ana Balsa y Juanita Bloomfield, de la Universidad de Montevideo (UM), y en el que colaboró el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Los investigadores analizaron la relación entre la calidad del aire montevideano y los 60.100 nacimientos que hubo en la capital entre 2010 y 2012, sin incluir embarazos múltiples.

El aire se midió en material particulado menor a 10 microgramos, denominado PM10, que está compuesto por una mezcla de partículas muy pequeñas de aire y líquido que contienen ácido, químicos orgánicos, metales y partículas de polvo.

En 2010 y 2012 la calidad del aire en Montevideo no superaba, en promedio 40 PM10, lo que implica un aire de “bueno” a “muy bueno”. Lo mismo sucedió en 2011, a excepción de junio, julio, junio y octubre, cuando estuvo por encima de 70. En esos tres meses el aire que se respiraba era malo (ver gráfica en página 3).

Para estudiar la relación del aire con los nacimientos en Montevideo, los economistas tuvieron en cuenta la edad, el nivel educativo, el estado civil y el estado de salud de las mujeres que tuvieron a esos niños.

El 70% de esas madres tenía entre 20 y 34 años, el 32% había terminado el liceo. Una de cada cuatro había fumado durante el embarazo.

De los 60.100 casos analizados, 24 mil eran mujeres que habían estado expuestas a niveles altos de PM10 en junio y noviembre de 2011 por las cenizas de la erupción del volcán chileno, en el momento en que e cursaban el tercer trimestre de embarazo.

Cada embarazo fue analizado semana a semana y relacionado con el nivel de PM10 de esa semana. Así fue que obtuvieron datos para el primer, segundo y tercer trimestre del embarazo de los más de 60 mil casos.

Un bebé es “prematuro” cuando nace antes de las 37 semanas de gestación. El 7% de los nacimientos de las madres embarazadas entre 2010 y 2012 ocurrió entre las semanas 32 y 36. Sin embargo, cuando los últimos meses de embarazo coincidieron con la llegada de las cenizas a Montevideo fue que de ese porcentaje se pasó a 11%.

La mala calidad del aire en esos meses influyó también en el bajo peso al nacer. En promedio, los bebés pesaron 52 gramos menos de lo que deberían si hubieran nacido luego de un embarazo a término.

Una excepción

Según estudios de la Intendencia Municipal de Montevideo, la calidad del aire de la capital va de “buena” a “muy buena”. De hecho, en enero de 2014 un índice realizado por la Universidad de Yale, Estados Unidos, concluyó que Uruguay tiene niveles perfectos de calidad del aire. Para medirla, se tuvo en cuenta la población expuesta a PM10, el promedio de personas expuestas a niveles críticos de material particulado y la calidad de aire generada en hogares, medida en porcentaje de quema de madera, residuos y carbón usada para cocinar.

Los economistas de la UM encargados del estudio dividieron la calidad del aire en tres niveles: cuando el PM10 se ubicaba entre 30 y 50, entre 50 y 70 y cuando superaba 70.

En los dos primeros niveles, no hubo un aumento de nacimientos prematuros. El crecimiento más significativo se dio cuando el PM10 fue mayor a 70 para las mujeres que habían estado expuestas a ese aire mientras cursaban su tercer trimestre de gestación. Eso solamente sucedió en junio, julio y octubre de 2011, los meses en los que llegaron las cenizas del volcán a Montevideo.

Esas cenizas estaban compuestas por vidrio volcánico, roca pulverizada, ácido sulfúrico y clorhídrico. Como se encontraban en la “alta atmósfera” no representaban una amenaza tóxica, sino pulmonar, según explicó en esa oportunidad Daniel Panario, profesor titular de geomorfología de la Facultad de Ciencias.

A raíz de la llegada de las cenizas, el Ministerio de Salud Pública había recomendado evitar la exposición al aire libre e impedir que la bruma que provocaban ingresara a espacios cerrados.

Las principales afecciones que puede provocar estar en contacto con aire contaminado por cenizas volcánicas se vinculan con irritaciones en la vía respiratoria y los ojos, en especial en aquellas personas que padecen afecciones crónicas, como asma, EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), bronquitis y conjuntivitis.

El aire de mala calidad también puede generar hipoxia, es decir, falta de oxígeno en la sangre, los tejidos y las células del organismo. Precisamente, la hipoxia en mujeres embarazadas puede causar que sus hijos nazcan antes de lo previsto.