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Cómo usan los organismos del Estado sus tarjetas corporativas

Cenas, whisky en free shop y pago de Netflix figuran entre las compras
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19 de noviembre de 2017 a las 05:00

El mal uso de la tarjeta de crédito corporativa terminó de empujar al vicepresidente Raúl Sendic a la renuncia. Desde ese momento, la discusión sobre las compras con ese medio de pago en organismos públicos se instaló. El Observador tramitó 35 pedidos a las oficinas que las usan, amparado en la ley de Acceso a la Información Pública (18.381), y a partir del análisis de 25 respuestas surge que lo más común es la ausencia de un reglamento interno de uso, más allá de una intención general.

También queda claro que en la mayoría de los casos las compras son válidas y justificadas, aunque algunas parecen dudosas, sobre todo por la falta de datos que las expliquen.

El organismo que cuenta con más tarjetas de crédito corporativas es Uruguay XXI, encargado de promover exportaciones y que funciona como apoyo del Ministerio de Relaciones Exteriores. El uso de ese medio de pago responde al "cúmulo de actividades que debe cumplir en el exterior del país por la naturaleza de la misión", dice la respuesta al pedido de información que fue entregada a El Observador.

Los comprobantes se cuentan de a miles, y los gastos allí registrados no contemplan la totalidad del uso de fondos por parte de los funcionarios, ya que al ser parte de la cancillería tienen viáticos asignados de acuerdo al régimen diplomático.

Uruguay XXI tiene un reglamento interno que incluye sanciones si se comprueba que la tarjeta de crédito fue usada con fines personales o ajenas al servicio. Efectivamente, desde 2014 se registraron en esa oficina siete compras irregulares, las cuales debieron ser reembolsadas por los funcionarios. El director ejecutivo, Antonio Carámbula, por ejemplo, hizo compras en la tienda de ropa H&M, pero repuso el dinero al igual que los demás funcionarios. Sin embargo el organismo entendió que no correspondía sanción, en el entendido de que se trató de distracciones o errores involuntarios, subsanados luego.

Cerca de fin de año, el gerente general de Uruguay XXI, Álvaro Inchauspe, suele comprar en el free shop del aeropuerto de Carrasco botellas de whisky Johnnie Walker. El gerente de administración, Pablo Quagliotti, dijo a El Observador que las bebidas son usadas para fiestas de fin de año.

El Banco República tiene siete tarjetas corporativas, una para cada director, una para el gerente y otra para el secretario general. El año con mayor gasto en total, desde 2010, fue 2014, cuando hicieron compras por $ 887 mil (algo más de US$ 30 mil a la cotización actual).

En los gastos aparecen hospedajes en el exterior, almuerzos y cenas en Uruguay y afuera del país. Hubo una compra por US$ 182 en la tienda de ropa Forever 21 por parte de la directora Silvia Naveiro a fines de 2014, cuyo monto luego fue devuelto. Entre las cenas se destaca una paga con la tarjeta del expresidente del BROU Fernando Calloia en el restaurante La Casa Violeta para seis personas y a un costo de $ 15 mil, que incluyó el pago de un salón vip y tres botellas de vino a un costo superior a los $ 1.000 cada una.

Subsidiados

El Directorio de UTE publicó los estados de cuenta de las tarjetas de los directores a partir de un pedido de información tramitado en verano. De allí surge que el director colorado de Soriano, José Amy, usa ese medio de pago para sustentar sus estadías en Montevideo, tanto en hoteles como en bares y restaurantes.

Los gastos con tarjetas corporativas por parte de los directores de la Corporación Nacional para el Desarrollo ya fueron informados por El Observador. Allí se destacó también el subsidio al director blanco Rodrigo Goñi, quien vive en Salto y usa la tarjeta para comprar nafta, hoteles y comida en Montevideo en los dos o tres días que viene por semana a trabajar a la oficina en Ciudad Vieja.

En abril de 2015, autoridades de la CND participaron en Punta del Este (Maldonado) de una conferencia sobre contratos de Participación Público Privada. El presidente Pablo Gutiérrez usó su tarjeta para pagar la estadía, que fue en el hotel Enjoy Conrad. En la factura en poder de El Observador se indica que el costo fue de US$ 531, compuesto por US$ 100 de la habitación y el resto en distintos gastos, como en el minibar. En el comprobante se asegura que Gutiérrez pernoctó con otra persona, la cual no fue identificada. Tras una consulta, la encargada de asuntos legales de la CND, María José Palomeque, informó que Gutiérrez compartió el cuarto con el economista Calloia.

Streaming

La Intendencia Municipal de Montevideo tiene una tarjeta que usa el intendente, generalmente para gastos en hotelería y alimentación tanto en el interior como en el exterior del país. En los escasos registros de Daniel Martínez, se encuentra uno realizado en octubre de 2016 en un free shop en Perú, por US$ 25.

En ANTEL hay tres tarjetas de crédito corporativas. Dos están a cargo del titular de la gerencia Económica Financiera, y la otra la usa el gerente general de Relaciones Internacionales e Imagen Corporativa. En los resúmenes de gasto aparecen compras habituales para la empresa de telecomunicaciones; se incluye el pago mensual de la plataforma de streaming internacional Netflix, desde mediados de 2012 a la fecha, cargado en una de las tarjetas del gerente general de Relaciones Internacionales. El funcionario explicó a El Observador que la cuenta fue contratada para ser "probada" por parte del departamento de marketing, y que no se trata de algo personal. "Yo soy un medio de pago, los gastos de la tarjeta no son míos", dijo.

En la tarjeta de la gerenta de Administración y Finanzas de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), aparecen varias compras de entre $ 5.000 y $ 6.000 en el supermercado Devoto y en la tienda Arredo. Del mismo modo figuran compras en Devoto en la tarjeta de la responsable de Comunicación. La subsecretaria ejecutiva realizó gastos en un free shop con la tarjeta corporativa que está a su nombre(*). En la mayoría de los estados de cuenta de las nueve tarjetas corporativas de ANII se adjuntó un escrito explicando gastos superiores a $ 3.000 o algunos que salieron de lo común. En ningún caso se detallan los antes descritos.

(*) Esta nota fue modificada porque se había mencionado a dos funcionarias de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) que no son ordenadoras del gasto. La ANII comunicó además que tiene un reglamento interno de uso de las tarjetas corporativas que está publicado en su web. Está es la carta completa que envió la ANNI



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