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Crisis de industria láctea persiste por la escasez de materia prima

El gremio de trabajadores está preocupado por el futuro de Pili y Coleme
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05 de marzo de 2018 a las 05:00
La industria láctea uruguaya sigue bajo amenaza. Si bien la decisión que tomó el Banco República (BROU) –sobre fines de enero de dar un año de gracia para la amortización de créditos– implicó una bocanada de oxígeno para las empresas Pili, Calcar y Claldy, los problemas no desaparecen.

La falta de materia prima para el procesamiento es hoy una "limitante" que tiene todavía en aprietos a dos industrias: Pili y Coleme, informó a El Observador el dirigente de la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (Ftil), Carlos Cachón. "La situación es bastante compleja por la falta de leche en ambos casos", alertó. A este panorama adverso –que se arrastra desde hace un par de años–, ahora se sumó un verano seco que ya está pasando factura en los niveles de remisión de las principales cuencas lecheras del país, situación que puede agravarse en otoño si las pasturas de invierno no logran implantarse en tiempo y forma. "Si bien los precios internacionales de los lácteos parecen estabilizarse, el gran problema hoy es de dónde aparece la leche", resumió Cachón.

El integrante del sindicato de Pili, Teodoro Petrib, informó a El Observador que para este lunes la empresa convocó al gremio para una reunión bipartita, donde podría comunicarse el envío de parte de la plantilla de 130 trabajadores a seguro de paro.

Eso porque la firma sanducera hoy apenas está procesando unos 110 mil litros diarios de leche, y todavía no alcanzó un acuerdo con Conaprole para que la derive producción para trabajar a façon para la principal industria del país. La única información que maneja el gremio es que las partes estaban negociando pero sin avances hasta el momento. Para Pili se hace imprescindible obtener un flujo mayor de leche para amortizar su costos fijos y cumplir con sus obligaciones financieras.


"La situación de los trabajadores sigue igual. Seguimos cobrando fuera de fecha, y para este 20 de marzo estaríamos cobrando la última cuota del medio aguinaldo de diciembre", comentó Petrib. El pasado 28 de febrero los trabajadores de Pili recibieron el adelanto de la primera quincena de ese mes, y todavía no hay fecha para la liquidación de fin de mes.

"Sin dudas que la cuestión se puede complicar si no se logra la negociación con Conaprole para que venga la leche", admitió el dirigente sindical de Pili. En su momento, la principal industria del sector estuvo dispuesta a ayudar a Pili con la condición de que su gremio aceptara no cubrir unas 50 vacantes que se generarían a lo largo de este año por retiros de parte de su plantilla. Sin embargo, una asamblea de la Asociación de Obreros y Empleados de Conaprole rechazó esa alternativa, por lo que el auxilio a Pili quedó en un limbo.

La industria sanducera tiene un pasivo que ronda los US$ 40 millones producto de fuertes inversiones que realizó en la modernización de su planta industrial. Cachón indicó que la Ftil solicitó una reunión al Ministerio de Trabajo para este miércoles para intentar revertir un posible envío de trabajadores por parte de Pili al seguro. Ese mismo día se abordará la situación de la Cooperativa de Lechería de Melo (Coleme), donde trabajan otros 60 trabajadores. Acá también la situación es compleja porque la remisión a planta no llega a los 30 mil litros diarios, y los remitentes de leche a esa industria tienen atrasos en los cobros superiores a los tres meses.


El gobierno nacional, el intendente de Cerro Largo, Sergio Botana, y los diputados del departamento están buscando opciones para mantener en pie a la cooperativa que fue fundada en 1932, pero la "salida no está fácil", admitió Cachón.

Discusión de fondo y salarios

La Ftil pretende dar discutir en el seno de la Mesa Láctea –que agrupa a todos los actores de la cadena junto a distintos ministerios del gobierno– una política de Estado que apuntale y proteja a las cooperativas uruguayas frente al arribo de capitales de industrias extranjeras en el sector. Tras el cierre de Schreiber Foods y Ecolat a principios de 2015, actualmente la única industria en manos de extranjeros que opera en el país es la gigante francesa Lactalis –propietaria de la marca Parmalat y las plantas de Indulacsa en Uruguay–.

En paralelo con esta discusión, la Ftil deberá encarar una negociación en las próximas semanas por la renovación del convenio salarial para los trabajadores de la cadena industrial. Cachón consideró que el Poder Ejecutivo "ha sido sensible" con la problemática del sector lechero con la instrumentación de un Fondo Lechero por US$ 30 millones, y la declaración de emergencia agropecuaria por la sequía para algunos departamentos del país. "Parece a que los productores los márgenes nunca le dan. Por eso tenemos que evitar que la variable de ajuste sean siempre los trabajadores", afirmó Cachón. El sindicalista indicó que la "prioridad y centro" del convenio que se negociará será la de "preservar empleo" más allá de las conquistas que cada gremio pueda obtener luego con su empresa.

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