Crítica de discos: Los Buenos Modales, Bruno Mars y Regina Spektor

Después de dedicarse a baladas edulcoradas, en Unorthodox Jukebox (2012) exploró su costado más Michael Jackson con el tema Treasure, con el cual hizo bailar a multitudes con su mezcla de disco y funk. Esta es la línea que parece continuar, desde el posterior éxito de Uptown Funk y ahora con el nuevo single de su próximo disco, 24K Magic.

Este corte le debe la existencia al hit compuesto por Mark Ronson; sin embargo, Mars lo toma como punto de partida para presentar su propia fiesta, con un funk reforzado, una actitud fanfarrona y un ritmo que sonará todo el verano (KL).

¿Cómo es que pasó el tiempo tan rápido? ¿Cómo es que estamos en 2016 y Regina Spektor ya debería ser –dictadura de la velocidad de los tiempos y bombardeo de estímulos mediante– algo del pasado, de un año que no se sabe muy bien cuál fue? El contexto cultural empuja cada vez más a la canción inmediata y, con ella, a la renovación permanente del género. Quizá esto sea lo que hace difícil recordar los diez mejores discos de hace cuatro años si no son de artistas que editan todo el tiempo.

Regina Spektor ya es, entonces, también una visitante de un tiempo pasado, tanto como (¡horror!) los Strokes, con quienes compartió escena y productor. Su explosión, si así se lo puede llamar en una época en la que el consumo musical ya se empezaba a fragmentar, está asociada Begin to Hope (2006), un disco grabado en el mismo estudio en el que precisamente los Strokes grabaron sus primeros dos discos. Spektor, dentro de la escena pero en otro estilo, imprimía a su angelical voz una impronta pop que le iba perfecto a una época en la que el indie recién empezaba a ser un concepto hegemónico (con Fidelity como hit quintaesencial). En esa época, entre pianos y sintetizadores, Spektor maduró un estilo que conquistó todos los Coachellas y Lollapaloozas por los que pasó.

Pero dos discos después, la música de Spektor no suena a nada que parece viejo, con ella insistiendo en un registro que –no termina de quedar claro por qué– por más que ya suene conocido sigue siendo capaz de ejercer el mismo efecto emotivo y catártico. Spektor puede hacer una canción a piano y voz o en este caso pasarse a un registro rapero más atípico (lo hace en Small Bill$ y le sale bien), pero también es cierto que la verdadera conexión aparece cuando canta la nostálgica Older and taller, que bien adoptarían esas personas que iban a verla hace diez años y crecieron como ella. Aún así, la sentencia del estribillo parece ir para alguien más también y que es tan vieja como la poesía de Homero: "Disfrutá tu juventud / suena como una amenaza / pero voy a hacerla igual". (Sebastián Auyanet)