"Cuando pase esta ola de moda de la fotografía latinoamericana tendremos que estar preparados"

Janowsi habló con El Observador sobre San José Foto, su rol como curador y la visibilidad que la fotografía latinoamericana tiene en la actualidad.

¿Cómo concibe la fotografía latinoamericana hoy?

La pregunta tiene múltiples interpretaciones, pero tiene que ver con una pregunta que se viene replanteando desde hace tiempo: ¿qué significa la fotografía latinoamericana? No se puede responder con una única respuesta, pero me parece que la fotografía que se está desarrollando en la región está vinculándose cada vez más con ciertas dinámicas y abriéndose a nuevas propuestas, que tienen que ver con la ficción, con la búsqueda de historias mínimas, con mirarse internamente.

Esta muestra apunta a los vínculos. ¿Qué relevancia tienen para la fotografía?

Hoy pensaba mucho en el porqué de repensar y repasar esta temática de los vínculos, y considero que de algún modo es acertado, porque estamos en un momento que singular y colectivamente repensarse y reconstruir lo que significan los vínculos humanos que establecemos diariamente –y pautarlos a través de la fotografía– no solamente es válido sino que necesario.

¿Qué implica su curaduría?

Primero, me llena de orgullo. Segundo, me implica una responsabilidad que intento tomármela con la mayor responsabilidad posible. Sé que cada autor que llega a San José Foto no lo hace necesariamente desde el mainstream o el ámbito comercial, sino que son propuestas autorales, que tienen implicancias de su autor, son trabajos de largo aliento, temas muy internos y espirituales. Creo que a las propuestas hay que considerarlas con mucho respeto, intentando ver cómo opera el mundo del otro. Es muy lindo y esperanzador.

Usted también es antropólogo. ¿La fotografía le funciona como herramienta antropológica o la antropología como vehículo para llegar a la fotografía?

No creo que para ser fotógrafo tengas que tener una visión particular. Los fotógrafos son personas curiosas por definición, y por supuesto que si sumás herramientas desde las ciencias sociales o de la antropología quizás empezás a tener, sí, determinada visión. Está más vinculado a esta idea del fotógrafo como alguien curioso que intenta develar alguna verdad, de descubrir más el mundo en el que vive. Alguien que se hace muchas preguntas.

¿Puede definirse al fotógrafo, entonces, como un curioso por naturaleza?

Hoy la fotografía es muy amplia y representa un ápice de la comunicación. No estamos en la era de la imagen, estamos en la era de la comunicación. La imagen está cumpliendo un rol fundamental. Pero es necesario que empecemos, como sociedad e individuos, a leer imágenes y saber interpretarlas, porque en un momento en que todo está manipulado, una imagen decodificada erróneamente puede derivar en cualquier otro tipo de manifestación que no es la real. Es un momento en el que la imagen tiene un rol fundamental, que tiene algo que decir y que es necesario que nos eduquemos para entenderlas.

¿La fotografía puede ser un fin en sí mismo, más allá de lo que quiere comunicar?

La fotografía es un medio, la cámara lo es. Los que comunican son las personas. La fotografía que me interesa está vinculada a aquella que tiene algo que decir, que tiene una posición subjetiva, más allá de la técnica. Hoy cualquiera hace imágenes con celulares y esta máxima de que cualquiera es fotógrafo me parece perfecta, pero la fotografía también tiene un proceso de tiempo sostenido, ciertas necesidades y es una herramienta de autoconocimiento.

¿Cómo ve la situación de la fotografía en Uruguay?

Está en un gran momento, y el rol del Centro de Fotografía ha sido fundamental. El papel de todo el equipo de la institución es indudable y no solo es referencia en Uruguay, sino la región. Para nosotros en Argentina es un placer estar atentos a lo que sucede en la vecina orilla.

¿América Latina, así como en otros ámbitos culturales, está ejerciendo más atracción en el mundo con su fotografía?

Sí, pero viene de un proceso sostenido de cuatro o cinco años en los que la industria nos está buscando, así como la buscó en África, en Asia, y ahora en América. Por eso, más que vanagloriarnos el desafío, una vez que pase esta ola de moda de la fotografía latinoamericana tenemos que sostener el trabajo y el compromiso, algo que creo que nunca faltó. No es una etapa que comienza y termina, pero la realidad es que muchas veces esas lecturas tienen que ver más con lo que se quiere desde fuera que lo que realmente pasa acá. Me parece importante remarcar la idea de que una vez que pase esto tenemos que estar preparados y seguir aprendiendo y esforzándonos. A eso tenemos que aspirar.