¿Cuánto costará llenar el tanque?

La discusión técnico-política llegó a su fin. El Poder Ejecutivo anunció este miércoles un ajuste de las tarifas públicas que regirá desde enero de 2018. A diferencia de lo que ocurrió a fin de 2016 cuando se aprobó un alza promedio de casi 10% para 2017 –superior a la inflación– con una clara intención recaudadora y sin una justificación por el aumento de los costos, en esta oportunidad la suba está más alineada a la estructura interna de cada una de las empresas.

Las expectativas sobre inflación, evolución de los salarios y tipo de cambio para 2018, sumado al repunte de los precios internacionales del petróleo, fueron los elementos que "pesaron" en el análisis, dijo ayer en conferencia de prensa el subsecretario de Economía y Finanzas, Pablo Ferreri. Los servicios de OSE y ANTEL aumentarán casi a la par de la inflación (6,5%). En tanto, la electricidad lo hará 3,2% y en los combustibles el gasoil subirá 4,8% (por debajo de la inflación), y las naftas 9,8% (por encima). La variación del Índice de Precios al Consumo (IPC) en doce meses a noviembre fue de 6,3%.

Los informes técnicos que ANCAP intercambió con los ministerios de Industria, Economía y la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), dan cuenta de que los números del ente están "muy justos", por lo que sería un "riesgo" mantener las actuales tarifas de los combustibles sin comprometer las finanzas de la empresa, había dicho a El Observador una fuente del ente petrolero.

El costo de importar petróleo en pesos está alrededor de 30% por encima de la paramétrica que fijó el ente en julio pasado para establecer las tarifas. En ese momento se había fijado para la segunda mitad del año un precio para el crudo Brent de US$ 49 y un dólar a $ 29, lo que da un valor de $ 1.421 por barril.

Sin embargo, a fin de noviembre con el petróleo a US$ 62,7 y un tipo de cambio a $ 29,36, la cotización del barril llegaba a $ 1.842. En el acumulado julio-noviembre, la paramétrica estuvo en promedio 12% por encima de lo que proyectó al arranque del segundo semestre.

No obstante, ANCAP venía de beneficiarse desde el segundo semestre de 2015 y durante todo 2016 de una fuerte caída del precio del petróleo que nunca se reflejó en las tarifas a los consumidores.

La ministra de Industria, Carolina Cosse, argumentó este miércoles que la premisa fundamental ha sido la de "mantener el resultado de ANCAP para este año" y no tener que recurrir a nuevas capitalizaciones. "Se ha hecho además con una premisa de lograr importantes ahorros a nivel de la empresa. Se está planeando ahorrar US$ 25 millones en lo que es la gestión, y se ha hecho también teniendo en cuenta el esfuerzo que tenemos que hacer por la competitividad", dijo.

El encarecimiento del barril de petróleo también hizo que se fuera diluyendo la ganancia de US$ 77 millones que el ente obtuvo en el primer semestre. Los números para la petrolera también se vieron resentidos por la resignación de ingresos que le implicó la rebaja de $ 3 del gasoil en julio. Eso llevará a que el ente deje de percibir unos US$ 50 millones entre julio y diciembre. El aumento de precios es menor para el gasoil que para las naftas. Ese criterio busca atender la competitividad de los sectores productivos, según el gobierno.

En el caso de UTE el ajuste de 3,2% está más alineado a uno de los escenarios que habían trazado los técnicos del ente, que manejaban una cifra de entre 2% y 5% para que la empresa pudiera cumplir con sus compromisos. Inicialmente la OPP y Economía eran partidarios de subir las tarifas 7%. "Gracias al desarrollo eficiente de UTE, el ajuste es solo la mitad de la inflación", dijo Ferreri.

En ese sentido, consultada por las diferencias que hubo en la interna del gobierno, y en particular por la polémica que se generó en torno al ajuste de la tarifa de electricidad, la ministra Cosse, dijo que el gobierno es un "equipo" donde se da "total libertad" a los técnicos para que opinen, pero aclaró que la "dirección" y la definición es "política".

En los últimos tres años el ministro de Economía, Danilo Astori, ha dado prioridad a mejorar los números de las empresas públicas para ayudar encauzar el rojo en lascuentas públicas hasta la meta de 2,5% del PIB en 2019. Es por eso que las tarifas de UTE aumentaron 7,9% en enero de este año, pese a un notorio descenso en el costo de abastecimiento de la demanda que no benefició a los consumidores.

Pero hasta ahora, la receta de intentar mejorar el déficit fiscal de 3,5% del PIB en los 12 meses a octubre a costa de los usuarios de servicios públicos monopólicos no dio resultado, y se mantiene en niveles similares a los de hace dos años. Durante los últimos tres años el ente energético también se benefició de una reducción de los costos de abastecimiento que ayudó a mejorar sensiblemente los resultados, de la mano con una mayor participación de los parques eólicos. El ente energético cerró el período enero-setiembre con una ganancia de US$ 485 millones, que mejoró así en más de US$ 150 millones el resultado que había obtenido al cierre del primer semestre (US$ 317 millones).

De eso, poco ha llegado al usuario. "Vamos a trabajar en una fórmula transparente para que cuando hay más viento, llueve más, o exportemos más de lo supuesto, esas mejoras se vuelquen por encima de lo previsto a la ciudadanía. Eso es gracias a que cambiamos la matriz energética", afirmó Cosse.

La ministra anunció que para 2018 UTE lanzará una tarifa "triple horario" para el consumo residencial. Actualmente, la tarifa inteligente del ente contempla dos franjas de consumo. Con esa nueva opción, según la ministra, el ente aspira a reducir los picos de consumo, algo que ayuda a que el ente energético puede tener "cierto alivio" en las inversiones que debe hacer para reforzar las redes de transmisión.

El ajuste no cayó nada bien en el sector industrial. El presidente de la Cámara de Industrias, Gabriel Murara dijo a El Observador que viendo la evolución de costos de las empresas había margen para una reducción de las tarifas, al menos en algún caso.

"Este ajuste va a significar en el mediano plazo menos producción nacional y menos empleo porque seguimos perdiendo competitividad. El ajuste (de UTE) está por debajo de la inflación, pero ha tenido subas muy importantes en términos de 8 o 10 años que nos han ido sacando competitividad. Y el combustible también. Hoy tenemos una referencia de US$ 60 por barril, pero cuando pasó de US$ 110 a US$ 50 nunca se ajustó el combustible", dijo el empresario.

La baja de los precios internacionales de los productos nacionales, la evolución del dólar y el aumento de insumos (entre ellos los costos energéticos), encarece los precios de los productos uruguayos. "Uno no concibe que las empresas públicas estén para ganar plata así de esta manera, sino para dar bienestar a la población y ese bienestar se logra con trabajo, producción", añadió Murara.