Los artículos más polémicos del proyecto de ley Trans que dividen las aguas son los referentes a la modificación del nombre y a la posibilidad de que los menores de edad cambien su sexo, mediante la ingesta de hormonas o intervenciones quirúrgicas, con o sin el consentimiento de sus padres.
Frente a esto, algunos colectivos médicos alzaron la voz para advertir los riesgos biológicos que supone la norma, en caso que se apruebe tal cual está redactada, aunque ya algunos legisladores de la oposición e incluso del oficialismo plantearon reparos. Y en las antípodas, otros especialistas salieron al ruedo con la intención de defender la redacción del proyecto que actualmente se encuentra en discusión parlamentaria.
En concreto el artículo 17 del proyecto de ley determina que "las intervenciones quirúrgicas totales y parciales y/o a tratamientos integrales hormonales para adecuar su cuerpo, incluida su genitalidad" serán accesibles para los menores de 18 años. Si bien los niños o adolescentes deberán solicitar los procedimientos acompañados de "sus representantes legales, o acreditando el conocimiento de éstos de la realización del trámite, y en todo caso prestando su anuencia expresa al mismo", si esto no ocurriera, prevalecerá "el interés superior del menor", es decir, su voluntad de cambio de sexo.
Un grupo de médicas endocrinólogas, especialistas en el estudio del comportamiento de las hormonas dentro del cuerpo humano, vinculado a altos grados de la cátedra, elaboró un texto al que accedió El Observador, donde sugieren tener "prudencia" respecto al tratamiento de los niños trans.
Cristina Belzarena, exgrado 5 especializada en pediatría, firmó el texto junto a Rosa Lang, Graciela Beriao, ambas exgrado 4, y a la exgrado 2, Patricia Bozzo sostienen que la ingesta de hormonas en niños o adolescentes puede tener consecuencias categóricas en la salud de los adolescentes. "El tratamiento es irreversible si tenemos en cuenta que, en la adolescencia, para lograr el normal desarrollo se necesita de la acción de varias hormonas en un proceso complejo y delicado", que quedaría bloqueado, advierten. Solo será reversible en la medida que los testículos y los ovarios podrán retomar su actividad biológica cuando se suspenda el tratamiento.
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Explicaron que al ingerir hormonas del sexo opuesto se alteran las secreciones biológicas naturales del cuerpo y eso impide la "importante acción" que tienen los estrógenos y la testosterona sobre el crecimiento puberal, provocando una desajuste en el desarrollo físico. El adolescente trans, entonces, quedará con una estructura distinta a la que hubiera tenido de no haber usado los bloqueadores de la pubertad.
Según este grupo de endocrinólogas, varios estudios internacionales concluyen que la "gran mayoría de los niños trans" se amigan con su sexo biológico una vez pasada la pubertad. Esto se da gracias a la acción natural que producen las hormonas sexuales durante la adolescencia. Los jóvenes "se bañan en hormonas que corresponden a su sexo biológico" y la auto-percepción de pertenecer al género opuesto desaparece en la mayoría.
"Si con el tratamiento médico bloqueamos el desarrollo sexual, impedimos que estas hormonas actúen y, por lo tanto, se obstaculiza la realineación espontánea que se da en la mayoría de los casos", afirma el texto.
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La ingesta de estrógenos en las mujeres trans puede provocar efectos irreversibles como crecimiento mamario definitivo, disminución del tamaño testicular e infertilidad permanente. En los varones, el tratamiento con testosterona puede provocar efectos irrevocables como voz grave, vello facial y corporal, calvicie masculina, entre otros.
Las endocrinólogas sostienen que "no existen trabajos científicos internacionales, serios, contundentes que avalen este tipo de tratamiento en adolescentes sanos". Asimismo, aseveran que la hormonización implica, además, efectos adversos como el riesgo trombótico, eventos cardiovasculares, hipertensión arterial y hasta la aparición de algunos cánceres.
"Prudencia en primer lugar por ser menores. Prudencia porque el tratamiento médico durante esos años de crecimiento provoca alteraciones irreversibles a corto y largo plazo. Y prudencia porque solamente una minoría persiste con esa auto-percepción distinta a su sexo biológico", concluye el comunicado.
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