En Defensa de la Competencia cuestionan cierre del corralito mutual

La decisión del Ministerio de Salud Pública (MSP) de dejar cerrado el corralito mutual en febrero del año próximo para evitar casos de intermediación lucrativa afecta la competencia del sector.

"Si bien en el mutualismo no es primordial el fin de lucro, es una actividad que tiene un componente económico y que está en competencia", dijo el presidente de la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia, Javier Gomensoro, a El Observador.

Gomensoro explicó que en el período de apertura del corralito se verificaba una competencia muy importante entre las mutualistas, momento en el que rivalizaban entre sí para captar afiliados. "Durante estos períodos se veían claramente los beneficios de la libre competencia al consumidor. Todas las mutualistas ofrecían diferentes programas para captar afiliados. Eso en la medida que se perderá será negativo", expresó.

Asimismo, señaló que la medida podrá afectar la inversión en el sector de la salud en tanto el corralito les otorgaba a las mutualistas la posibilidad de ganar nuevos afiliados con cierta estabilidad.

No obstante, Gomensoro evaluó que la medida podría tener algunas ventajas.

Según cifras del MSP, durante el corralito de febrero de 2017, las instituciones privadas del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) gastaron US$ 18 millones en publicidad, dinero que podría invertirse en servicios.

Al respecto, reflexionó el secretario general de la Federación Uruguaya de Salud (FUS), Jorge Bermúdez: "El mal llamado corralito mutual a los únicos que ha beneficiado es a los que especulan y lucran con la salud de los uruguayos. Los que van a estar preocupados son quienes ya tenían impresos los volantes con los beneficios de cada institución", señaló.

El presidente del Casmu, Gustavo Bogliaccini, dijo a El Observador que cree que la medida no afectará a las mutualistas desde lo económico por esta razón. No obstante, expresó que no apoya la decisión en tanto "quita la posibilidad de elección a la gente".

Las personas que ahora quieran cambiarse de proveedor deberán presentarse a la Junasa y argumentar algunos de los tres motivos permitidos para hacerlo: razones económicos, cambio de domicilio, o disconformidad con el prestador.

Luego, comienza un procedimiento que aún se desconoce, para que finalmente la Junasa se expida y determine si habilita el cambio de mutualista.

La única idea que se maneja hasta ahora es que la solicitud incorpore una declaración jurada personal para verificar la voluntad de cambio de prestadora del usuario, explicó el presidente de la Junta Nacional de Salud, Arturo Echeverría.

El jerarca dijo a El Observador que aún se está trabajando en el procedimiento para atender las solicitudes que superarán de ahora en más las que la junta estaba acostumbrada a recibir, que eran unas 300 o 400 por mes, a las que se sumaban unos 50.000 en febrero, cuando se abría el corralito pero que eran automáticas.

El problema es que la Juanasa cuenta con cinco funcionarios para esa tarea. Echeverría explicó que intentarán hacer uso de las nuevas tecnologías para facilitar el mecanismo. También se evalúa poder trabajar con el Banco de Previsión Social (BPS) para procesar los cambios.

"Nos gustaría que el cambio de mutualista pudiera hacerse a través de la "cuenta persona" de BPS –una clave que permite ver online la relación del usuario son el sistema de previsión social–, pero esto requiere ciertas actualizaciones de software que no llegan a febrero. Seguramente lleve cerca de un año de trabajo", indicó.

En caso de que la persona alegue la mala atención, se le dará traslado al prestador para que haga su defensa y tendrá la posibilidad de negarlo.

"Para comprobar si el usuario está en lo cierto, tenemos personal médico acostumbrado a leer historias clínicas que podrá verificar si esto es una excusa para cambiarse de institución o si realmente sucedió algo que amerita el cambio", dijo Echeverría.