El Directorio del
Banco de Previsión Social (
BPS) aprobó ayer por seis votos a favor y uno contrario de la representante del sector empresarial, Elvira Domínguez, el balance del ejercicio 2016 que arrojó una pérdida contable superior a los US$ 300 millones, informó a El Observador el delegado de los pasivos, Sixto Amaro.
El director dijo que el número del balance del año pasado "no fue ninguna sorpresa" porque el organismo debe responder por ergociones no contributivas como el pago de 441 mil jubilaciones, además de otras 350 mil pensiones y prestaciones sociales.
Amaro indicó que el balance del año pasado también reflejó el impacto que tiene la última flexibilización del régimen jubilitario que permite a trabajadores que no cuenten con los 30 años de aportes a la seguridad social o 60 años de edad poder tramitar su jubilación. "Eso tiene un costo porque se trata de un colectivo importante que pasó a tener cobertura social", explicó el director de los pasivos.
Por otro lado, el enlentecimiento de la actividad económica durante buena parte del 2016 pasó factura a los ingresos del BPS. Un aumento en el número de trabajadores amparados bajo el subsidio por
desempleo y/o despido, y un menor número de cotizantes respecto al promedio de 2015 resintieron la caja del organismo de seguridad social.
Amaro comentó que durante la discusión del balance "hubo consenso" en el Directorio en hacer foco en mejorar los niveles de formalidad y reducir el número de trabajadores que aún hoy no están registrados o sus ingresos están subdeclarados por parte de los empleadores. El BPS espera que una reactivación de la economía y los niveles de empleo durante el 2017 puedan revertir el deterioro de los ingresos que registró durante el ejercicio 2016.