Deloitte espera una leve baja del área de soja para la campaña 2018/2019
La consultora Deloitte prevé una leve baja del área plantada de soja en lo que sería la campaña 2018/2019 con resultados que deberían ser "sensiblemente mejores" a los de la última zafra que tuvo mínimos históricos.
En el marco del 7MO Encuentro Nacional de la Mesa Tecnológica de Oleaginosas (MTO) realizada este miércoles en la Cámara Mercantil de Productos, el economista Pablo Rosselli, socio de Deloitte, dijo que "son resultados que pautan con claridad, por un lado, la falta de rentabilidad en la agricultura y por el otro, que los costos de Uruguay no han terminado de ajustarse a este nuevo escenario de precios más bajos en las materias primas".
Un número que, entiende, sigue siendo bajo respecto a la renta de la tierra y sigue planteado problemas por lo que trae un montón de desafíos para los cultivos.
Según datos de la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (DIEA) del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca (MGAP) el área a sembrar con cultivos de verano para grano seco correspondiente a la zafra 2018/2019 se estimó en 1.037 mil hectáreas. Eso involucra 934 mil hectáreas de soja, 69 mil hectáreas de maíz y 34 mil hectáreas de sorgo. Es decir, en la próxima zafra el cultivo estrella del Uruguay, la soja, tendría casi 300 mil hectáreas menos en relación a la campaña previa, caracterizada por una sequía que mermó fuertemente los rendimientos y la producción.
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Los costos de producción en la próxima zafra van a tener un cierto incremento (14%), producto del encarecimiento de la semilla, de los fertilizantes y los agroquímicos.
Rosselli apuntó que los mayores rendimientos van hacer subir el costo por hectárea post cosecha, aunque entiende que esto es bueno porque "razonablemente se van a tener rendimientos normales".
En materia de área agrícola, estiman que el área 2018/2019 va a "bajar un poco". Los problemas financieros van a jugar en contra.
También mencionó que podría darse una mayor "tentación" de abandonar el cultivo en las zonas más marginales, debido a que son tierras que exigen más. Pese a ello, Rosselli comentó que "no hay otras alternativas más atractivas".
En tanto, señaló que lo razonable es esperar una recomposición de los márgenes y la posibilidad de que China demande más en el Cono Sur, podría convertirse en un condimento que ayude a estimular la decisión de plantar.
Frente a esto último comentó que, la guerra comercial entre Estados Unidos y China está afectando a la baja a los precios en Chicago –donde los futuros para mayo 2019 se ubican en US$ 329 por tonelada–, pero "lo más importante" de este conflicto es el "nivel de incertidumbre política y económica" que acarrea.
Explicó que, "por suerte, hasta ahora las medidas implementadas han sido mucho menores que las anunciadas. Además de los efectos directos de los precios, en el caso de la soja en Chicago, algo que no es bueno para los países exportadores de materias primas, como es el caso de Uruguay, es la devaluación del yuan y el fortalecimiento del dólar. En el mundo, que el dólar se fortalezca es una presión inflacionaria que debe llamarnos la atención y preocuparnos".
Sistematización de indicadores
En el marco de condiciones climáticas poco favorable para el buen desarrollo y posterior cosecha del cultivo, el rendimiento medio de la soja descendió en gran medida frente a lo que fue la última zafra ubicándose en mínimos históricos. El rinde promedio fue de 1.200 kilos por hectárea y se retrajo cerca de 60%, situándose un 50% por debajo del nivel normal de rendimiento (2.400 kg/ha).
Los datos son estimaciones elaboradas por Deloitte en el marco del trabajo de actualización de la consultoría "Sistematización de Indicadores para el conglomerado oleaginoso", realizado entre junio y agosto de 2018.
La producción de soja este año habría sido algo menor a 1,5 millones de toneladas, cayendo más de 60% frente a lo que fue el récord histórico de la zafra anterior.
De esta manera, es previsible que las exportaciones de la oleaginosa caigan bruscamente respecto al año previo, situándose en el eje de los US$ 500 millones. Es así como la soja se ubicaría en el tercer lugar de las exportaciones del país, detrás de la carne y la celulosa.
El valor bruto de producción del sector oleaginoso ascendería en esta campaña a cerca de US$ 560 millones. Este valor representa una caída del 60% en relación al ciclo 2016/17 y significa una pérdida de ingresos para el país de casi US$ 840 millones.
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Teniendo en cuenta los impuestos directos e indirectos a lo largo de la cadena de valor, el cultivo de oleaginosos generó un valor agregado de casi US$ 300 millones en este ciclo, equivalente a 0,5% del Producto Bruto Interno (PIB). Si se lo compara con la zafra anterior el valor agregado se retajo poco más de 1,3% del PIB.
Para Deloitte, era "esperable" esta reducción de la contribución al PIB porque los rendimientos del año pasado habían sido "excepcionalmente favorables", aunque la sequía supuso un impacto adicional de 0,9% del PIB.
