Opinión > Editorial

Desenfocado control del alcohol

El gobierno debe controlar el consumo de alcohol de los menores, lo que hoy no existe
Tiempo de lectura: -'
23 de noviembre de 2017 a las 05:00
Es acertado que la campaña del presidente Tabaré Vázquez contra el consumo excesivo de alcohol incluya la prohibición del absurdo Primer Torneo Nacional de la Bebida u otras competencias similares, consideradas suicidas en el ámbito médico. Por otro lado, es casi anecdótico el caso que ahora preocupa al gobierno con la Semana de la Cerveza, que se celebra anualmente en Paysandú desde hace dos décadas. El prosecretario de la Presidencia, Juan Andrés Roballo, dijo que el nombre de ese festival y su patrocinio por una marca de cerveza "tiene un contenido que roza" la promoción del consumo de alcohol, por lo que convendría "rediseñarlo".

Pero a menos que se prohíba directamente un evento que incluye actividades artísticas y culturales y promueve el turismo, lo cual no parece estar en la agenda oficial, el único rediseño factible sería un cambio de nombre. La Semana de la Cerveza se inspira en la desorbitada Oktoberfest bávara, cuando los alemanes y miles de turistas consumen cerveza a raudales. Pero no se la puede llamar Fiesta de Octubre porque se realiza en coincidencia con Semana Santa, que cae habitualmente en marzo o abril. Tal vez la única opción sea pasar a llamarla Semana de Paysandú.

Tanto la intención de algunas decenas de inconscientes que quieran suicidarse en un torneo de bebida como la preocupación con la Semana de la Cerveza no son, de todos modos, los temas prioritarios en la campaña gubernamental para abatir los excesos alcohólicos de cientos de miles de uruguayos. Tampoco lo es la tolerancia cero impuesta a los conductores de vehículos, medida injusta con los consumidores responsables y que afecta la actividad comercial al reducir las salidas nocturnas de mucha gente de seguro comportamiento irreprochable.

En vez de dispersarse en secundarios temas puntuales, el gobierno debe concentrarse en el área de mayor importancia, que es el control efectivo del consumo entre los jóvenes, el sector poblacional que más perjudica su futuro con el alcohol. Ese control es actualmente parcial e incompleto. Hay centros nocturnos que sistemáticamente ignoran la prohibición de vender bebidas alcohólicas a menores de 18 años. Es frecuente ver en la calle a grupos de adolescentes de ambos sexos entonándose con cualquier tipo de bebidas previamente a la ida a algún boliche. En los frecuentes festivales masivos de música moderna, cuya concurrencia de miles de personas es mayoritariamente juvenil, el alcohol corre con irrestricta abundancia junto con las drogas, en tanto la intervención oficial se limita a asistir a las víctimas de sus propios desmanes. Excesos similares se registran en la fiestas de adolescentes en diferentes instituciones públicas cuando se festejan cumpleaños o el fin de cursos educativos, al punto de que hay clubes que ya no aportan sus instalaciones a ese tipo de eventos.

Más importante que enredarse en el papel de un proyecto de ley contra un torneo para ver quien se toma varios litros de alcohol sin desplomarse, o preocuparse por el nombre de una fiesta tradicional en el interior o imponer la tolerancia cero, es instrumentar un sistema efectivo de control que hoy casi no existe. Requiere inspecciones estrictas por personal competente en las áreas y lugares donde el peligro de los efectos del alcohol es mucho mayor. l

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...