Opinión > Opinión

Destino del país, educación y la cuarta revolución industrial (11)

Cinco aspectos que diferencian la propuesta EDUY21
Tiempo de lectura: -'
16 de noviembre de 2017 a las 05:00
Por Renato Opertti
EDUY21

En los próximos dos artículos y como cierre de la serie, nos proponemos señalar 10 diferencias fundamentales entre lo que entendemos que son hoy componentes de larga data de la política pública en educación y lo que propone EDUY21 como alternativa. Lo hacemos con la intención de clarificar opciones y caminos, y sus implicancias. Analizaremos hoy cinco de esas diferencias.

En primer lugar, nos referimos a cómo se entiende la inclusión en educación. Desde la política pública actual predomina la idea que inclusión es garantizar la accesibilidad a la educación con foco en universalizar la educación media. Las estrategias para su logro implican principalmente inversión en infraestructuras y equipamientos, así como la articulación de iniciativas ancladas preferentemente en el territorio. El concepto de inclusión tiene esencialmente que ver con mejorar condiciones de enseñanza que puedan fortalecer los aprendizajes.

Desde EDUY21 sostenemos que el principio rector de la inclusión es que todos los alumnos preocupan y preocupan por igual. El foco es darle a cada alumno una oportunidad real personalizada de educarse y de aprender donde además de garantizar accesibilidad, se recurra a diversidad de estrategias de aprendizaje para igualar en resultados en cuanto a la adquisición de conocimientos y competencias. Educación inclusiva es congeniar inclusión social y educativa reduciendo las disparidades que obstaculizan los aprendizajes, así como reconociendo la singularidad y la diversidad de cada estudiante como punto de partida para descubrir y alimentar su potencial de aprendizaje.

En segundo lugar, nos referimos a cómo se organiza la educación. La política pública actual se estructura en niveles de educación formal - a saber, inicial, primaria, secundaria, técnica y formación docente - donde cada uno define los trazados de qué enseñar y aprender y cómo hacerlo. No hay necesariamente una visión educativa común y compartida entre los niveles. En general, la coordinación entre los mismos no es prescriptiva ni vinculante y más bien depende de la voluntad de los jerarcas de turno en cada nivel y de iniciativas de coordinación del Codicen que están bajo su mandato. La propuesta reciente de un Marco Curricular Referencia Nacional (MCRN) para las edades de 6 a 18 años, impulsado por el Codicen, apunta en la dirección de armonizar y articular el sistema educativo.

Desde EDUY21 argumentamos que una propuesta de educación unitaria de 3 a 18 años define el para qué, el qué, el cómo, cuándo y dónde de educar y aprender. Se estructura en dos modalidades - educación básica de 3 a 14, y de jóvenes de 15 a 18 – que abarcan la educación formal, no formal e informal bajo una perspectiva de formación a lo largo y ancho de toda la vida. La educación 3-18 orienta y tiene carácter vinculante para todas las ofertas educativas con independencia de la modalidad (básica/jóvenes) y del tipo de prestación (gestiones público/privada).

En tercer lugar, nos referimos a cómo se estructura la formación y el desarrollo de los aprendizajes. Cada nivel define actualmente por cuenta propia planes de estudios y programas que a grandes líneas se estructuran en torno a áreas de aprendizaje y asignaturas. Esencialmente se transmiten conocimientos e información que no están necesariamente coordinados entre sí, que no tienen una referencia fuerte a contextos y situaciones de vida y que no están muchas veces concebidos para facilitar una progresión coherente y fluida de los aprendizajes a lo largo de y entre los niveles educativos.

Desde EDUY21 proponemos que el marco curricular de 3 a 18 años se estructure en torno a un conjunto de competencias que forman en valores, determinación, conocimientos, capacidades y actitudes para abordar diversos desafíos de la vida como persona, ciudadano e integrante de la sociedad. El marco común y vinculante para los niveles de educación básica y jóvenes garantiza que los aprendizajes mantengan unicidad y coherencia sin interrupciones ni cambios de dirección por niveles o docencia. Cada uno de los dos niveles elabora lineamentos curriculares para la gestión de los centros alineados con el marco curricular, que sustituyen a los planes y programas de estudio vigentes.

En cuarto lugar, nos referimos a en qué se forma. Actualmente, cada nivel forma en una serie de saberes disciplinares principalmente a través de asignaturas y sin que necesariamente exista una relación vinculante y de sinergia entre los mismos. El nuevo Marco Curricular de Referencia Nacional (MCRN) ya mencionado propone perfiles para los niveles primario y medio básico que buscan vincular los contenidos disciplinares a habilidades y competencias.

Desde EDUY21 proponemos que la educación básica y de jóvenes forme en cuatro bloques de competencias de 3 a 18 años: (i) alfabetizaciones fundamentales que son la base imprescindible de todo aprendizaje; (ii) herramientas metodológicas (por ejemplo, pensamiento crítico y creatividad) que fortalezcan las capacidades de los estudiantes de responder a diversos órdenes de desafíos; (iii) cualidades de carácter de la persona que le permita al estudiante liderar y desarrollar sus propias vidas; y (iv) compromiso global y local que permita al estudiantes desempeñarse en un mundo interconectado en múltiples formas.

EDUY21 entiende que el perfil de egreso refleja los saberes y las competencias (los cuatro bloques) que se esperan lograr al final de la educación básica y de jóvenes incluyendo los tipos de proyectos y desempeños que los estudiantes deberían poder realizar. Esencialmente, las asignaturas son entendidas como herramientas de pensamiento para entender y actuar sobre diversas realidades que a la vez contribuyen al desarrollo de temas transversales (por ejemplo, educación para la ciudadanía), a proyectos interdisciplinarios y al logro de las competencias.

En quinto lugar, nos referimos a dónde se forman los alumnos. Actualmente se forman en espacios presenciales donde son en gran medida receptores de contenidos curriculares que mandatan y en muchos casos encorsetan al docente. Existe poco margen para que los estudiantes puedan desarrollar actividades que impliquen producir y compartir conocimientos a la luz de desafíos de sus contextos. La tecnología se expande significativamente como inclusión digital y recurso de aprendizaje, y se avanza positivamente en su uso a través de la iniciativa de la Red Global de Aprendizajes. Sin embargo, la tecnología dista mucho de ser aceptada y usada como instrumento para personalizar la formación y los aprendizajes. El alumno tiene una incidencia muy limitada en contribuir a definir su propia formación.

EDUY21 plantea que los alumnos se formen en modos híbridos de aprendizajes donde se integran tiempos presenciales y en línea con el objetivo que los mismos puedan aprender con recursos de aprendizaje adaptados a sus necesidades. La tecnología tiene un uso extendido para personalizar los procesos formativos y para que los estudiantes puedan producir conocimientos en respuesta a problemas. Los estudiantes pueden incidir en la conformación del currículum seleccionando lo que quieren aprender y cómo hacerlo a través de asignaturas, temas y proyectos afines a sus motivaciones e inquietudes.

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...