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Donación histórica de EEUU empañada por reclamo sindical
Gobierno recibió US$3,2 millones para construir lavadero y cocina de Ceremos, ex colonia Etchepare y Santín Carlos Rossi
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23 de junio de 2018 a las 05:00
Surgió de una charla informal en 2006. Francisco Wins, representante de la Comisión Honoraria de Administración de Obras del Centro de Rehabilitación Médico Ocupacional y Sicosocial (Ceremos), le dijo a la entonces jefa de la oficina de Cooperación de Defensa de la Embajada de Estados Unidos que tenía la ilusión de contar con su apoyo para realizar obras en las colonias Etchepare y Santín Carlos Rossi, donde se atienden pacientes psiquiátricos.
Lo que hoy lleva el nombre de Ceremos era un predio de más de 300 hectáreas en las que funcionaba "un depósito de gente", según Wins.
La situación cambió de forma visible desde ese entonces a la actualidad. Este viernes, doce años después, la embajadora de Estados Unidos, Kelly Keiderling, cortó la cinta del nuevo edificio para el funcionamiento del lavadero y la cocina de Ceremos.
La inversión, que fue de US$ 3,2 millones es la más grande que Estados Unidos realiza en materia humanitaria en el continente sudamericano.
Una historia con idas y vueltas
Ya estaba próxima a su retiro en 2006, cuando sucedió esa charla con Wins, y regresó a su país con el tema dando vueltas en su cabeza. En 2009, representantes del Comando Sur del Ejército de Estados Unidos visitaron Uruguay y conocieron las colonias. Allí surgió un proyecto para recuperar dos sectores en los que Etchepare y Santín Carlos Rossi tenían sus más grandes carencias: cocina y lavadero.
A partir de entonces hubo algunas idas y vueltas entre Estados Unidos y Uruguay. El proyecto estuvo a punto de concretarse, pero luego cayó. En 2010, Haití sufrió un terremoto que dejó un saldo de cientos de miles de muertos y más de un millón de damnificados. Ese país necesitaba ayuda internacional, y Estados Unidos les destinó los fondos que tenía previstos para las colonias en Uruguay. "Las esperanzas se iban diluyendo", contó Wins.
Años más tarde, la oficina de Cooperación de Defensa volvió a contactarse con él. Evaluaron el proyecto y la parte estadounidense dio una cifra de US$ 900.000. Dijo que quizás podía ser un poco más, pero por ahí quedó la charla. El proyecto inicial constaba de reciclar unas edificaciones muy deterioradas, que hacía más de 100 años estaban deshabitadas.
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Cuando el proyecto comenzó a tomar forma, la idea del reciclaje se desmoronó. Había que construir de cero. La iniciativa, sin dudas, superaba el presupuesto que había mencionado la representante de Cooperación de Defensa. Pero la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) había reservado un monto para destinar a la construcción de un nuevo edificio para lavadero y cocina en Ceremos y podría hacerse mediante una cooperación entre los dos organismos.
Al tiempo llegó la buena nueva. Estados Unidos se haría cargo del total de la inversión necesaria para la construcción de la nueva obra. Para Keiderling, fueron "años y años de proponer, de trabajar en conjunto", y de encontrar en ASSE "socios" a los que les resultaba necesario "ayudar" porque "se preocupan por el pueblo uruguayo".
Reivindicación
Mientras Wins y Keiderling contaban todo esto, se acercó al micrófono Mary Gesto, secretaria general de la Comisión Interna de Ceremos, con un papel entre manos. Dijo que quería entregar una nota a la gente de la mesa. Allí estaban la embajadora y Wins junto al presidente de ASSE, Marcos Carámbula; su vicepresidenta, Marlene Sica; el gerente general de ASSE, Alarico Rodríguez; y el director de Ceremos, Federico Sacchi. Gesto dejó los papeles y se fue.
La nota era una carta dirigida a los directores de Salud Mental de Ceremos y el equipo de gestión, en la que se presentan una cantidad de reclamos. "Hoy decimos: no a la inauguración ficticia de esta planta física", decía uno de ellos. Gesto dijo a la prensa que la comisión teme que el edificio quede vacío por un largo tiempo, y que la inauguración no es válida porque no está el equipamiento para poner a funcionar la nueva cocina y el nuevo lavadero.
ASSE asumió, desde los inicios del proyecto, el compromiso de compra del equipamiento y Wins anunció que antes de fin de año se hará una segunda inauguración, con la cocina y el lavadero ya en funcionamiento. "Porque de nada sirve tener un gran edificio si no está funcionando a pleno", dijo.
En la misma línea, Carámbula aseguró que ASSE se encuentra en "proceso licitatorio" para proveer a la cocina y el lavadero de Ceremos del equipamiento necesario, que llegarán "lo antes posible". El director de ASSE no quiso estimar una fecha para no ser "prisionero" de ella.
Pero, según Gesto, hace un año y medio que ASSE comenzó los trámites de compra de las maquinarias y equipos, y aún no llegaron. "Los trámites están trancados, se perdieron, fueron mal hechos, otros hubo que volverlos a hacer. Y no están. La maquinaria no está".
La sindicalista contó que pasó lo mismo sucedió en la Unidad Médico Quirúrgica que, luego de inaugurada formalmente, estuvo dos años vacía. También pasó con la escuela que se encuentra en el predio, dijo.
Gesto aseguró que las máquinas con las que funciona el actual lavadero tienen más de cien años, y Wins se refirió a esa misma antigüedad en su exposición.
La carta da un plazo de 20 días al equipo de gestión de Ceremos para que brinde solución a los problemas planteados. Cuando eso suceda, retomarán el diálogo que hace tiempo se perdió.
