Recientemente, el Centro de Documentación Histórico del Carnaval de Cádiz le entregó una distinción... ¿en qué consiste la misma y por qué se la adjudicaron?
La necesidad de contar con un Centro de Documentación Histórico del carnaval gaditano fue uno de los principales motivos para el nacimiento del Aula de Cultura del Carnaval de Cádiz. Se trata de una asociación fundada hace casi 25 años que investiga, estudia y comparte la historia de la fiesta más importante de Cádiz. El Aula de Cultura fue creciendo y logrando hitos en sus avances de investigación. Realizó varias publicaciones históricas y de registro. En 2011 recibí una distinción por la difusión del carnaval gaditano que me fue entregada en Montevideo, durante la visita del presidente y varios integrantes del Aula y ahora tuve el honor de recibir la insignia del Aula por la colaboración en las actividades que realiza la asociación en trabajos de investigación y de intercambio con los carnavales de nuestro continente y en particular con Montevideo, como Coordinador del Aula para Latinoamérica y por el trabajo que realizamos desde Carnaval en Fotos con Alicia Teibo. Este tipo de gestos justifican la dedicación y renuevan las ganas. Tuve la suerte de que mi pasión por el carnaval se despertara desde muy chico. Tengo recuerdos clarísimos de mi infancia y el carnaval: ensayos y tablados cerca de mi casa y la murga particularmente estaba presente siempre. Por eso, que desde el propio carnaval y de los amigos que el carnaval me presentó me llegue este reconocimiento es muy importante".
En diciembre, además, expuso en el XX Congreso del Carnaval que se realizó en Cádiz. ¿Qué temas abordó?
A principios de diciembre de 2017 se realizó el XX Congreso del Carnaval, organizado por la Universidad de Cádiz. En alguna edición anterior había participado con trabajos de investigación. En esta oportunidad se fijó un eje temático que fue la censura en el carnaval, a los 80 años de la prohibición general de la fiesta carnavalera por parte de las autoridades franquistas, en plena Guerra Civil, que impuso un paréntesis que parecía sin fin para el carnaval de toda la península. Participé con dos propuestas. La primera de perfil metodológico tuvo que ver con conceptos y definiciones de centro de documentación: qué es un centro de documentación y qué no es, mostrar el componente de investigación que lo diferencia de una biblioteca o de una colección, porque un centro de documentación implica agregar valor de investigación a cada registro, incorporar relato, el relacionamiento con los otros registros, con método, con procedimientos modernos y con tecnología adecuada, para reconstruir historia. La otra ponencia estuvo directamente relacionada al tema central y si bien la consigna sobre la censura en carnaval nos induce a hacer foco fundamentalmente en el período de la dictadura, intenté abarcar los diferentes perfiles de la censura que debió resistir nuestro carnaval a lo largo de su historia y a los que sobrevivió como fiesta y expresión popular, aunque no fue fácil y no le resultó gratis; el carnaval no salió ileso de todas las batallas contra la censura. En la exposición se presentaban diferentes perfiles de la censura: moral, político, corporativo, económico y social, se referenciaba la proscripción y un punto particular para la autocensura, como una situación que se contrapone completamente con la esencia primordial del carnaval. Son realidades que impactaron en todas las fiestas populares y por más que en el análisis se aludían ejemplos particulares del carnaval de Montevideo, desde el siglo XIX hasta la actualidad, buscaba y se logró que los participantes relacionaran los diferentes perfiles de censura con experiencias de sus propios carnavales.
El año pasado también participó en un congreso en Colombia, donde desarrolló una muestra fotográfica.
Estuvimos en el Congreso Nacional e Internacional de Carnaval "Voces de Carnaval", en Bogotá, participando en una mesa de trabajo, explicando las características sociales y culturales de nuestra sociedad y cómo influyeron a través del tiempo en el formato que tiene nuestro carnaval. Y participé con la exposición "Lo que canta la murga...", que con fotografías de diferentes murgas pretendía mostrar el desarrollo de un espectáculo murguero, su estructura, sus personajes, etcétera. Esa exposición al igual que las que se montaron en España y quedaron itinerantes a disposición del Aula de Cultura, quedó en este caso a disposición de la Universidad Nacional de Colombia y de la embajada de Uruguay en ese país.
¿Qué responsabilidades involucra ser el Coordinador para Latinoamérica del Aula de Cultura del Carnaval de Cádiz?
Fundamentalmente hacer foco en difusión, intercambio y relacionamiento. La difusión del Carnaval de Cádiz, sus características sociales, culturales y artísticas, su relevancia histórica y en particular el trabajo que realiza el Aula de Cultura desde su accionar como entidad cultural carnavalesca y de su Centro de Documentación, que es semilla fundamental para el Museo del Carnaval de Cádiz. También difundir en el sentido de ida, dando charlas sobre nuestro carnaval, su historia y su presente. Di charlas en la Universidad de Cádiz, en colegios a niños y estudiantes trazando comparativas entre los carnavales infantiles o adultos, así como en distintas peñas carnavalescas de Cádiz y San Fernando. Estaría bueno poder generar acá este tipo de instancias para que se conozca más historia y actualidad del carnaval gaditano, que no solamente es el concurso y que tiene en su verdadera esencia la participación. También tengo la responsabilidad de promover el intercambio con otros carnavales por intermedio de contactos, eventos, publicaciones, exposiciones, etcétera. Un ejemplo importante es la Muestra Virtual Internacional de Carnaval que lleva seis ediciones, participan distintos carnavales del mundo a través de artistas, agrupaciones, autoridades, medios de prensa, organizaciones o carnavaleros en general, cada uno mostrando su carnaval desde su propio lugar. Se muestran los carnavales propios y se conocen otros participantes. Desde Montevideo han participado una buena cantidad de contenidos en todas las ediciones. Mi aporte a la muestra es difundirla y facilitar la participación de contenidos de Montevideo y de los distintos carnavales latinoamericanos. En cuanto a relacionamiento, es algo que se desprende directamente de estas dos actividades anteriores. Tiene que ver con generar puentes para una correspondencia fluida y enriquecedora, de ida y vuelta entre las distintas fiestas carnavalescas y proponer disparadores que despierten interés en conocer características de otros carnavales.
Desde 2009 ha estado concretando emprendimientos culturales con el Carnaval de Cádiz... ¿cómo podría resumir lo realizado entre las partes?
Creo que se resume en estar permanentemente atentos a las inquietudes de artistas, conjuntos, técnicos, autoridades, organizaciones, prensa o carnavaleros en general para facilitar el contacto, en ayudar a conocer la forma de interpretar nuestro carnaval para el que llega y los códigos del carnaval de Cádiz para el que va por temas relacionados con el carnaval.
Este relacionamiento le ha permitido conocer no solo el Carnaval de Cádiz, también el de otras zonas del mundo, ¿cuáles por ejemplo y qué visión se tiene en esos carnavales del resto del mundo sobre nuestro carnaval?
El carnaval de Montevideo es mirado y percibido con mucha admiración por los carnavaleros del mundo, como expresión artística completa. Cada carnaval es único por generarse a partir de las particularidades de cada sociedad y comunidad. Nuestro carnaval montevideano, siendo un carnaval de ascendencia europea, se fue conformando dentro de una sociedad laica y adoptó ese atributo, frente a los carnavales típicos europeos o de inmigrantes europeos, fundamentalmente litúrgicos. Además, siendo un carnaval latinoamericano, por conformación de la sociedad cuenta básicamente con las vertientes europea y afro, mientras que el resto de los carnavales del continente tienen una fuerte influencia de su vertiente indígena (y eso se ve claramente desde la estética y desde el posicionamiento del intérprete carnavalero). Si a esto le sumamos que nuestra sociedad se identificó siempre fuertemente con el teatro, cuando uno expone al principio de cualquier ponencia estas características, los participantes comienzan a decodificar e interpretar el carnaval montevideano como expresión artística, donde lo esencial del carnaval que es "lo que se dice" y "cómo se dice" se rodea de componentes teatrales que en determinados casos lo potencian como espectáculo completo, y en otros lo quitan de foco.
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