El hombre que le saca millones a la guerra por el streaming

En meses recientes, la batalla entre las élites hollywoodenses y los gigantes de los medios de transmisión en vivo ha provocado grandes cambios en la industria del entretenimiento, por lo que han aumentado los precios de las grandes estrellas y los productores de series mientras las empresas tradicionales quedan en riesgo de perder relevancia.

El efecto de los innovadores digitales en la economía de Hollywood tuvo su gran revelación en agosto cuando Netflix anunció un acuerdo de varios años y un valor estimado de US$ 100 millones con la productora Shonda Rhimes, que ganó fama en ABC, de Disney, gracias a Grey's Anatomy y Scandal.

En noviembre, Apple –un nuevo participante en la guerra de las emisiones en continuo– venció a Showtime y a Netflix al obtener los derechos de una serie en la que Reese Witherspoon y Jennifer Aniston, las protagonistas, interpretan a las conductoras de un programa matutino de entrevistas. ¿El costo? Un estimado de US$ 240 millones por 20 episodios.

El mismo mes, Amazon Studios entró a la escena del mercado masivo de manera dramática con la promesa de gastar cerca de US$ 200 millones en una serie basada en El señor de los anillos. Antes de eso, había seguido una estrategia que daba prioridad a complacer a los críticos con programas de presupuesto medio, bajo la batuta de directores como Todd Haynes, Richard Linklater y Jill Soloway.

En esta atmósfera sobrecalentada, Ryan Murphy, de 52 años, el productor detrás de éxitos comerciales alabados por la crítica como Glee y American Horror Story, estaba en los últimos meses de su contrato con 21st Century Fox, su antiguo hogar corporativo. Aprovechó por completo el cambio en la economía hollywoodense el martes, cuando aceptó irse de Fox y mudarse a Netflix, que le ofreció un acuerdo de cinco años valuado en cerca de US$ 300 millones.

Murphy estaba en una posición ideal para las negociaciones, no solo porque tiene una fértil imaginación capaz de producir una serie exitosa tras otra, sino también porque Apple y Amazon últimamente han demostrado que están dispuestas a invertir para abrirse camino y competir con los estudios cinematográficos y las televisoras tradicionales.

Ted Sarandos, el director de contenido de Netflix, inició el desafío hace cinco años cuando dijo: "La meta es convertirnos en HBO antes de que HBO se convierta en nosotros".

Esa declaración sonaba poco probable, sobre todo de la boca de un ejecutivo que apenas acababa de empezar a supervisar la programación original de una empresa mejor conocida por enviar DVD en sobres rojos de franqueo pagado.

Demos un salto al presente: Netflix está valuada en cerca de US$ 115.000 millones y tiene 110,6 millones de suscriptores en todo el mundo. Ha demostrado su poder contratando a David Letterman mediante un acuerdo que, según reportes, tuvo un valor de US$ 2 millones por episodio de su nueva serie de entrevistas, dándole a Chris Rock una cifra reportada de US$ 40 millones por dos especiales de comedia y entregándole a Jerry Seinfeld la cantidad reportada de US$ 100 millones por su programa Comedians in Cars Drinking Coffee y espectáculos de monólogos de comedia.

Dana Walden, una codirectora ejecutiva del grupo televisivo Fox, dijo que el acuerdo con el que Sarandos contrató a Rhimes evidenció un cambio profundo en Hollywood.

"Lo que hizo Ted fue extremadamente innovador y le envió un mensaje a toda la comunidad de talentos: hay un nuevo modelo que supera a los viejos acuerdos que parecían increíblemente lucrativos en ese entonces", dijo Walden.

"El valor de cualquier creador excepcional ha aumentado diez veces, y la excelencia de un productor como Ryan se ve una vez en la vida".

Hulu, otro competidor en la industria en expansión de la emisión en continuo –un servicio que solo está disponible en Estados Unidos–, ganó impulso hace poco con series originales como la galardonada The Handmaid's Tale y ahora tiene 17 millones de suscriptores. Aunque eso no se compara con Netflix, la empresa ha crecido en cada uno de los dos últimos trimestres.

Apple es el comodín. La empresa ha estado comprando proyectos a toda velocidad mientras comienza a desembolsar más de US$ 1.000 millones para la creación de programación original. Además, conforme Amazon incursiona en el género internacionalmente aceptado de la fantasía con El señor de los anillos, se ha equipado con un liderazgo fresco gracias a Jennifer Salke, la respetada ejecutiva de NBC. (A principios de este mes, reemplazó a Roy Price, que renunció como director de Amazon Studios en octubre después de que lo acusaron de acoso sexual.)

Ahora que el viejo modelo de Hollywood ha quedado trastornado, o quizá roto, Disney, Fox, CBS, Viacom y Time Warner se han apresurado a aumentar su escala a través de iniciativas para competir con las empresas emergentes de grandes recursos.

A la espera de una aprobación gubernamental, Disney adquirirá gran parte de 21st Century Fox mediante un acuerdo de US$ 52.400 millones al que llegaron las dos empresas en diciembre. CBS y Viacom, que fueron parte de la misma corporación de 2000 a 2006, están en charlas para volver a fusionarse.

Además, AT&T está en negociaciones para adquirir Time Warner, un acuerdo que está en peligro debido a una demanda que interpuso el Departamento de Justicia como medida antimonopolio.

Por ahora, las fusiones y adquisiciones que se están llevando a cabo discretamente son una fuerza desestabilizadora en la industria del entretenimiento, una que tal vez contribuyó a la decisión de Murphy de irse del viejo Hollywood y mudarse al espacio de la emisión en continuo.

"Si nunca hubiera ocurrido el acuerdo con Disney, creo que habría estado cerca de llegar a un nuevo acuerdo con nosotros", dijo Walden, la ejecutiva de Fox que ha trabajado de cerca con Murphy.

"Si la decisión de Disney hubiera sucedido hace un año, la transacción ya hubiera finalizado y nosotros ya fuéramos parte de Disney Co., creo que él estaría con nosotros".

Murphy rechazó hacer comentarios para este artículo.

Disney un copropietario de Hulu que está creando nuevos servicios de emisión de contenido en continuo bajo el mando de su nuevo director ejecutivo, Robert A. Iger, ha citado en repetidas ocasiones la capacidad de 21st Century Fox para crear programación popular como una de las principales razones por las que buscó comprarle esta empresa a Rupert Murdoch. El propio estudio de televisión de Disney no ha sido un proveedor confiable.

Un día después de que Netflix se llevó a Murphy, John Landgraf, el director ejecutivo de FX, que es parte de 21st Century Fox, señaló el largo historial de producción de talento que tiene la televisora, incluyendo a Donald Glover (Atlanta) y a Pamela Adlon (Better Things).

"Con más de 20 series originales en nuestra programación o de próxima aparición, FX ha tenido un historial exitoso de identificación y desarrollo de escritores talentosos que han producido series galardonadas, y eso seguirá haciendo", comentó.

Ahora la pregunta es durante cuánto tiempo más las empresas de emisión de contenido en continuo seguirán gastando dinero como si fueran George Streinbrenner en su búsqueda de talento.

El mes pasado, Netflix les dijo a los inversionistas que había generado ganancias netas de más de US$ 559 millones en 2017, pero dijo que tenía un flujo de efectivo negativo de US$ 2.000 millones, una cifra que podría dispararse a US$ 4.000 millones este año, señaló la empresa.