Tal vez el televidente ni se dio cuenta, pero lo que estaba viendo anoche era un
documental, género prácticamente ajeno a la televisión abierta local.
El origen: humor rioplatense (canal 12), que explora una parte de la historia del país y la sociedad uruguaya a través de los programas humorísticos, emitió el segundo de los cuatro capítulos de su segunda temporada.
La televisión en Uruguay, tradicionalmente basada en algunos contenidos propios, una buena cantidad de repeticiones de programas argentinos y telenovelas de procedencias variadas, tuvo en una época su mayor destaque en el humor y sus cómicos. Esa etapa fue la que repasó
El origen los últimos dos domingos, con los protagonistas vivos y familiares de los que fallecieron de
Telecataplum,
Decalegrón y
Plop!Para estas dos temporadas,
El origen habló con más de cien personas, una cifra que a los ciclos de televisión diarios que incluyen entrevistas les tomaría unos seis meses de aire alcanzar. Pero además, fueron entrevistas cuya preparación previa –que se ve en el producto final– demandó una cantidad de horas de trabajo que la televisión uruguaya no está acostumbrada a tener.
Por todo eso, la producción de un programa como
El origen es muy cara, y rara vez los canales se arriesgan a destinar tanto dinero a un ciclo cuya inversión solo podrán recuperar en siete emisiones (tres en la primera temporada, cuatro en la actual).
Tampoco es frecuente que un canal haga un programa para investigar el éxito de un ciclo que fue parte de otro canal con el que compite, como sucedió ayer con el extenso repaso de
Decalegrón, de canal 10. Y menos usual aún es que incluyan el testimonio de un periodista contando cómo lo presionaron cuando estaba en ese mismo canal y del que se terminó yendo, como fue el caso de Jorge Lanata en el primer episodio de este año.
La televisión uruguaya es, en general, mucho más barata. El riesgo de poner al aire una lata o un programa de entretenimientos de bajo presupuesto es sensiblemente menor. Incluso emitir un ciclo de entretenimientos que demande una inversión elevada es menos riesgoso que producir
El origen, que insumió más de un año de trabajo.
El origen fue el programa más visto del día cuando estrenó su segunda temporada el domingo 2 (10,4 puntos) y probablemente en su segundo capítulo registró cifras de audiencia similares, que se conocerán este lunes.
Conseguir niveles de rating de dos cifras en la televisión de estos días –en la que los consumidores prefieren cada vez más elegir qué ver y cuándo– es más que difícil. No lo logra Tinelli con su
Showmatch,
Bailando por un sueño y un circo de mujeres con cuerpos voluptuosos,
freaks, personajes populares, escándalos y solo 10 minutos de baile por emisión. Tampoco Susana Giménez. Solo unos pocos programas como
Escape perfecto o
MasterChef, con formatos extranjeros probadamente exitosos, lo alcanzan.
Un ciclo documental como
El origen es más propio de la televisión pública que de la privada. Pero en un país donde ni siquiera a la directora de TNU le gusta como televidente lo que su canal emite, como dijo semanas atrás a
El Observador, por suerte existe esta apuesta privada y el público la acompaña.