Opinión > CARTA DEL DIRECTOR/ RICARDO PEIRANO

El tráfico y la insistencia en el hoy y no en el mañana

La falta de visión sobre el futuro en un tema como el del tránsito en la Interbalnearia es solo una muestra de que estamos estancados en el hoy y no miramos el mañana, que está a la vuelta de la esquina
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14 de enero de 2018 a las 05:00

En estos frenéticos días turísticos, con sobrecarga de tránsito en rutas hacia el este y continuos colapsos, no deben haber pasado desapercibidas las declaraciones que formuló a El Observador el director del Vialidad del Ministerio de Transporte (MTOP), Leonardo Cola, sobre los planes para solucionar dicho problema. Al parecer el MTOP considera que el congestionamiento se genera en solo cuatro fines de semana –Navidad, Año Nuevo y cambios de la primera y la segunda quincena de enero– del año. A partir de ese diagnóstico consideran que no se puede pensar en adecuar la Interbalnearia para todo el año y que ello sería una "acción de locos". También creen "impensable" diseñar una nueva ruta Interbalnearia que, según las autoridades, solo sería de provecho en estos cuatro fines de semana. Proponen, en cambio, el uso de rutas alternativas que corren en paralelo, como la ruta 8 y la 101, lo cual si bien alarga el trayecto supuestamente aligera el flujo de la principal ruta al este.


Todo ello es discutible y seguramente los ingenieros de tránsito tendrán varias opciones para mejorar la calidad del viaje de los usuarios. Con todo, me animaría a afirmar que el problema de la congestión en la Interbalnearia no es solo de cuatro fines de semana al año. Cualquiera que viaje en cualquier época del año notará el tránsito pesado desde La Floresta hasta el peaje Pando por lo menos y viceversa. Y durante el verano ello ocurre un día sí y otro también. Es decir, el problema es más serio de lo que parece con los "cuatro fines de semana". Y cualquiera señalará el trancazo que ocurre siempre en el semáforo de Salinas y que en cambio se evita gracias a los tréboles de Atlántida y La Floresta, que han agilizado mucho el tránsito. Quizá invertir en más tréboles no sea una mala idea, aunque sí costosa para las flacas arcas del Estado a pesar de la buena recaudación que generan los dos peajes.


Pero el punto de esta carta no es debatir sobre el tránsito, aunque sí hay que señalar que la infraestructura vial de Uruguay necesita un urgente y profundo arreglo para compensar años de desinversión y descuido, donde no se hizo prioridad en la inversión pública. Más allá de ese punto, es preocupante el modo de razonar "mecanicista" o "industrial" del MTOP. Solo parece que se piensa en la demanda actual y no en la que podría haber si las rutas fueran confortables y el tránsito fluido. Se piensa en una demanda estática y no en el potencial que podría tener con condiciones más adecuadas. Me hace acordar a aquella empresa de calzado que mandó dos vendedores al África a estudiar el mercado in situ. Uno volvió diciendo que no había mercado porque toda la gente iba descalza y el otro dijo que había un mercado potencial enorme, precisamente porque la gente iba descalza.


Pues aquí pasa lo mismo: nos contentamos con poner parches al problema, con "buscar rutas alternativas" que simplemente amortigüen el problema. Pero no hay una visión de país por la cual, sabiendo que el turismo es una prioridad, se dediquen recursos a hacer más amigable el camino de los turistas. Estamos como estancados en el hoy y no miramos el mañana. Un mañana que está a la vuelta de la esquina. Y además no miramos los notables ahorros indirectos (tiempo, combustible y hasta menos accidentes, y por tanto más vidas salvadas) que ello generaría.


Nos falta esa mirada magnánima que tiene, por ejemplo, un grupo de empresarios que quieren hacer un salto de gigante en infraestructura si el Mundial 2030 sale adelante y nos quedamos en la chiquita de cómo desatascar el tránsito en "cuatro fines de semana por año".


Por alguna razón, si no hacemos el esfuerzo de ponernos metas altas, los seres humanos tendemos a conformarnos con medias tintas. Y en este caso ocurre lo mismo. Mejor navegar en las medias tintas del hacer algo pero no mucho, de no pensar en grande, de no pensar en los próximos 10 años. No se trata de arreglar un problema de tránsito sino de pensar el desarrollo del país. Si seguimos así, seguiremos volando bajo. Y no iremos a ninguna parte.

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