La brutal crisis económica de Venezuela no solo provocó un colapso de la atención médica en los hospitales y una inédita escasez de
medicamentos, sino que hizo rebrotar enfermedades como la difteria, malaria y sarampión, algunas de las cuales traspasan la frontera y afectan a la población de países limítrofes.
El lunes 16, el informe de actualización epidemiológica de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) alertó sobre un brote de difteria en Venezuela que se inició en julio de 2006 y que "sigue activo", con una tasa de letalidad acumulada de 14,5%. Desde entonces se han notificado 1.602 casos sospechosos, de los que se reportaron 238 este año.
De los seis casos en estudio en Brasil, por lo menos uno, en el estado de Roraima, se detectó que fue importado de Venezuela.
Un cuadro más preciso se registró en Colombia, en el departamento de La Guajira, con un menor de 3 años de nacionalidad venezolana, que finalmente murió.
La vacunación es clave para prevenir casos y brotes de difteria, una medida muy difícil de implementar en una Venezuela con una profunda crisis también sanitaria.
El sarampión es otra enfermedad en ascenso, pero que afecta a muchos más países de América, y Venezuela es por lejos el que presenta más casos confirmados con 279 pacientes.
La mayoría de los venezolanos que padecen esta enfermedad son del estado de Bolívar, y los menores de 5 años son la población más afectada.
El gobierno ha distribuido más de 6 millones de dosis de vacuna contra el sarampión y otras enfermedades, como rubeola y paperas "con miras a interrumpir la circulación del virus", según consigna la OPS.
En Brasil, también en el estado de Roraima, la mayoría de los infectados son inmigrantes venezolanos, que incluyen indígenas de la etnia warao, según surge de un reporte de la OPS del viernes 6. Hubo dos muertes por sarampión y eran dos niños venezolanos del municipio de Boa Vista.
En Colombia, las autoridades de la Salud y Protección Social confirmaron un caso importado de sarampión desde Caracas, un niño de 14 meses cuya familia está radicada en Medellín.
También la malaria es un tema de preocupación entre las autoridades sanitarias de la región. El último reporte completo es de 2017 y muestra un
aumento respecto a los casos registrados en 2016: de 240.613 enfermos se pasó a 319.765, y el estado de Bolívar es el más afectado con unos 175 mil casos este año.
El presidente Nicolás Maduro reconoció el problema cuando dijo a fines de marzo que habían llegado a su país medicamentos provenientes de la India para atacar la enfermedad.
En ese complicado ambiente sanitario, los diputados opositores que controlan el Parlamento denunciaron la semana pasada que el país sufre desde hace varios años de fallas en la vacunación de la población, lo que ha derivado en la exportación de enfermedades debido a la salida de los venezolanos que huyen del país.
Los miembros de la Asamblea Nacional criticaron al
gobierno por descuidar la inmunización de la población y ser responsable de que hayan resurgido enfermedades que estaban bajo control.
Según datos del Observatorio Venezolano de la Salud, ya en 2016 –último dato conocido– en los hospitales faltaban 76% de medicamentos básicos, 81% de insumos quirúrgicos y 34,8% de las camas estaban inoperantes