En una época, las canciones oficiales de los Mundiales de fútbol tenían alguna conexión con el país donde se jugaba el torneo. O estaban cantadas en el idioma local, o usaban ritmos tradicionales, o al menos usaban algún recurso que daba a entender que hacía diferente a ese torneo de los demás. El quiebre fue
La Copa de la Vida, la canción que Ricky Martin cantó para Francia 1998. La globalización ya era real, y comenzó allí la tendencia (que luego se intensificó) de recurrir a cantantes y ritmos de moda más que a lo autóctono.
Rusia 2018 no será la excepción. Este viernes se publicó oficialmente Live it up, la canción oficial del torneo, cantada por el reguetonero estadounidense Nicky Jam, el actor y cantante Will Smith, y la artista Era Istrefi, oriunda de Kosovo y una figura en ascenso en el pop europeo. El tema cuenta además con la producción del
DJ Diplo.
"Esta canción representa la armonía, los sabores eclécticos y la unión de géneros. Al final del día, solo queremos ver al mundo bailar", dijo Smith en el anuncio oficial de la canción realizado por la FIFA.
Live it up tiene un ritmo playero, que fusiona la electrónica, el rap y el reggae, para confeccionar un producto pop, en la línea de los temas más recientes de la Copa del mundo.
El primer mundial en contar con una canción oficial fue el de Inglaterra en 1966, con un tema dedicado a la mascota de ese torneo, el león Willie. Pero no fue hasta 1986 que se realizaron canciones con un enfoque más pop. La más recordada es Un' estate italiana, canción oficial del Mundial de Italia 1990. La más reciente es We are one (ole ola); cantada por Pitbull, Jennifer López, y la brasileña Claudia Leitte.