Netflix estrenó
El mecanismo y prendió la mecha. La serie, creada por José Padilha -el responsable detrás de
Tropa de Elite y
Narcos- presenta la investigación por el escándalo Lava Jato, que sacude
Brasil, le costó el puesto a la presidenta
Dilma Rousseff, y que puede llevar a su antecesor, Luiz Inácio "Lula" Da Silva a la cárcel.
Como es lógico, ni a Rousseff ni a Lula les ha caído en gracia la serie del servicio de streaming, y la exmandataria se dedicó a señalar sus errores; considera que la producción es una injerencia indebida en la política de su país, de cara a las elecciones presidenciales de octubre, en las que Lula puede ser
candidato, a menos que termine preso.
"Netflix no puede hacer campaña política, y si lo está haciendo en Brasil lo puede hacer en tu país. Le diré eso a todos los líderes políticos con los que me encuentre; están haciendo campaña de forma indebida", dijo Rousseff el lunes en una conferencia de prensa en Río de Janeiro.
Entre las incorrecciones señaladas por la expresidenta se cuenta la adjudicación a Lula de un reclamo por un acuerdo secreto para frenar las detenciones de políticos, cuando en realidad lo dijo Romero Jucá, la mano derecha del presidente actual, Michel Temer.
Cuando ese pedido se conoció causó sorpresa y fue un escándalo en Brasil, ya que Jucá reconocía que Rousseff había sido apartada de su cargo por una movida política, más que por una cuestión judicial.
"Netflix no puede hacer campaña política, y si lo está haciendo en Brasil lo puede hacer en tu país. Le diré eso a todos los líderes políticos con los que me encuentre; están haciendo campaña de forma indebida", dijo Rousseff el lunes en una conferencia de prensa en Río de Janeiro.
La expresidenta remarcó que no tiene una amistad con Paulo Costa, directivo de Petrobras y uno de los primeros en ser encarcelados como parte de esta trama de escándalo llamada Lava Jato, como se muestra en la serie; dijo además que el origen del caso se produjo en 1996, y no en 2003, durante el gobierno de Lula, como lo ubica la serie.