El petróleo básicamente va a disminuir de 32% de la mezcla energética (global) a 29%, el gas va aumentar del 22% al 26% y el carbón también va a disminuir dramáticamente de 27% a 20%" hacia 2040, dijo este martes el secretario General del Foro de Países Exportadores de Gas (FPEG), el iraní Mohammad Hossein Adeli, durante la apertura de la reunión anual en Santa Cruz.
Aunque por el momento se considera que los
combustibles fósiles mantendrán el dominio del mercado, se cree que en los próximos 23 años la demanda de gas natural puede crecer en un 53%. "El mundo va a necesitar más gas", precisó Hossein.
Hossein hizo esta afirmación basándose en un estudio realizado por el FPEG en 56 países en los últimos 15 años, en los que el organismo pudo verificar que en los lugares donde se utiliza el gas "han podido reducir, mitigar la emisión de dióxido de carbono".
Los países productores consideran que este recurso es mucho menos contaminante que otros combustibles y que la tendencia mundial es buscar alternativas más amigables en favor del medio ambiente.
Explicó que en los últimos años, el ritmo de
consumo de gas ha crecido en torno al 2% mientras la producción lo ha hecho en 1%. "Necesitamos ser los más competitivos posibles", consideró.
El representante del foro resaltó el compromiso del organismo y sus países miembros para garantizar la provisión de gas natural en los próximo 23 años "de una forma muy confiable", contribuyendo "a la estabilidad y sostenibilidad del mercado".
El Foro de Países Exportadores de Gas (FPEG) reúne a Argelia, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Guinea Ecuatorial, Libia, Nigeria,
Bolivia, Venezuela, Rusia, Irán, Qatar y Trinidad y Tobago, y como observadores a Holanda, Iraq, Omán, Perú, Noruega, Kazajstán y Azerbaiyán.
Del encuentro también participan ejecutivos de la rusa Gazprom, la española Repsol, la francesa Total, la británica Shell y la argentina YPF.
El foro, que concluye el viernes con un encuentro de presidentes y jefes de Estado, también discutirá el deseo de sus miembros por definir una política de precios, a fin de dejar de depender exclusivamente de la cotización del barril de petróleo.
Bolivia y otros países consideran la posibilidad de que el precio esté indexado al del Gas Natural Licuado (GNL) internacional.