La fiscal Mónica Ferrero confirmó este viernes que las versiones que involucraban a dirigentes de
Nacional con el traslado de las banderas existieron. En el dictamen en el que pidió el procesamiento por receptación dejó constancia de que, en el juzgado, el indagado dio una versión distinta a la que había dado ante la policía, "donde había expresado que las mencionadas banderas estaban en los sótanos del Club Nacional de Fútbol, y después de los hechos de Santa Lucía (...) para cortar con las provocaciones decidió sacarlas de allí, llevándolas a su casa".
El presidente del Club Nacional, José Luis Rodríguez había dicho este viernes a la prensa al salir del juzgado que esas eran versiones "absolutamente estúpidas". Y agregó: "Ni siquiera en la
Justicia están esas versiones".
Rodríguez responsabilizó a El Observador de "sacar una noticia que no tiene nada que ver con nada" e incluso señaló que evaluaba realizar una demanda por daños y perjuicios. "Lo que dijeron en el diario El Observador, que había dirigentes de Nacional que ponían plata, verdaderamente a uno le sacan las ganas de hablar con los medios", agregó.
Sin embargo, la fiscal dejó en claro que esas versiones fueron declaradas ante la policía por el indagado aunque no las ratificó en la sede judicial. Ante la jueza
Dolores Sánchez y la fiscal, afirmó que "él había arreglado para que se las llevaran en un bolsón, para quedarse con ellas y cortar con la provocación".
La policía incautó más de 30 banderas de la casa del procesado.
Ferrero señaló que esa versión resulta poco creíble. "Si su intención primaria luego de los trágicos hechos de Santa Lucía era evitar provocaciones, debió desprenderse antes de las referidas banderas y no continuar con el acopio de las mismas", afirmó en su dictamen.
Sin embargo, las llevó al estadio y las desplegó sabiendo "que podía generar un problema", concluyó la fiscal.