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Gobierno estudia incorporación de nuevos tipos de visa para "ordenar" la inmigración

Representantes del Estado, y de los extranjeros coincidieron en algunas de las fallas que hoy arrastra Uruguay en esa materia
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27 de abril de 2018 a las 05:00

Fidel no vino por turismo ni por negocios. Es cubano, tiene 54 años y dos hijos gemelos de seis meses que están enfermos. En enero llegó a Uruguay escapando de una difícil situación económica y con la esperanza de conseguir nuevas oportunidades en este país. Tenía una casa donde alojarse, algo de dinero que le había enviado un amigo de Estados Unidos y, en poco tiempo, consiguió trabajo en una empresa de limpieza que ofrece servicios al Palacio de la Luz.

Se considera un afortunado y, entre lágrimas, agradece a las autoridades de Migraciones y del Mides por el trato recibido. Pero no todos los inmigrantes gozan de la misma suerte, y sus inquietudes no siempre se resuelven tan rápido como las de Fidel.

Si no es por turismo o por negocios, por ahora no hay otra opción. Si un inmigrante pretende ingresar a Uruguay, y necesita visa, solo puede acceder a ella alegando alguno de esos dos motivos. Pero la directora de la Dirección Nacional de Migración, Myriam Coitinho, anunció este miércoles que está en etapa de análisis un decreto para diversificar los motivos de obtención de visas para ingresar al país.

De prosperar la iniciativa se habilitarán otras opciones como estudios, trabajo o razones humanitarias. El anuncio se dio en el ámbito de una mesa de diálogo sobre movilidad humana, convocada por el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDDHH).

"Eso nos va a permitir ordenar los flujos migratorios", dijo Coitinho, y añadió que de esta forma se evitaría "el abuso de gente sin escrúpulos". La noticia despertó aplausos y silbidos entre el público, mayoritariamente cubano.

Los requisitos están a estudio de las autoridades de Migración, pero se prevé que para la visa de trabajo –que estiman que será la más solicitada– se pida un contrato firmado o una promesa de trabajo.

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El presidente del instituto de derechos humanos (INDDHH), Juan Faroppa, reclamó que el Estado uruguayo no tiene una política pública específica para la movilidad humana. Durante su exposición en la mesa de diálogo recordó el caso ocurrido en octubre del año pasado, cuando llegaron cuatro inmigrantes nigerianos a Uruguay por el puerto de Montevideo.

Los cuatro jóvenes arribaron en la madrugada de un sábado, y se contactaron con un teniente de Prefectura. Pero nadie sabía cómo ayudarlos, dónde podían dormir o acceder a un plato de comida. Sin haber cometido ningún delito, pasaron su primera noche en Uruguay en un calabozo. Esa fue la única solución que se les brindó en el momento.

En esta línea, el académico de la Facultad de Derecho de la Udelar, Juan Ceretta, dijo que "si habían cometido un delito, el Estado sí tenía una respuesta" para ellos. Hubiese sido, probablemente, el mismo calabozo al que se envió a los nigerianos por ser inmigrantes. Pero la ironía que quiso remarcar Ceretta es que exista un protocolo para los delincuentes que ingresan al país, pero no para los inmigrantes que vienen en busca de oportunidades.

Uruguay recibe cada vez más inmigrantes, de todas partes del mundo. La crisis en Venezuela hizo que en los últimos años miles de ciudadanos de el país caribeño decidieran radicarse en Uruguay. En 2017, la cantidad de venezolanos que inmigró a Uruguay superó por primera vez a los argentinos.

Según Rinche Roodenberg, presidenta de la asociación Idas y Vueltas, Uruguay debe prepararse porque la demanda es muy grande. "El Estado no tiene capacidad para adaptarse rápido a nuestras necesidades y nos seguimos sintiendo muy solos", dijo, y mencionó situaciones de refugiados que viven en carpas en algunos campings.

Cuando llegan, según Roodenberg, "no tienen a dónde ir, ni qué comer, ni saben dónde encontrar un trabajo".

Demoras para obtener la cédula

Varios cubanos presentes en la sala del INDDHH realizaron preguntas e intervenciones. También algunas quejas. Un tema recurrente fueron las dificultades y demoras en obtener su cédula de identidad. Sin ella, se les hace muy difícil conseguir trabajo. Muchos de los cubanos que llegaron al mismo tiempo que Fidel, o incluso antes, dijeron que tenían fecha para tramitar su cédula en agosto o setiembre.

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El inmigrante cubano dijo que en la Dirección Nacional de Identificación Civil hay demora y que cuando se presentan migrantes a solicitar sus cédulas se les da prioridad a los que vienen del Mercosur. "¿Por qué le dan la cédula a los del Mercosur antes que a los cubanos?" reclamó Fidel. "¿Por qué no somos todos personas iguales?", insistió.

Las autoridades, por su parte, respondieron que se está trabajando para agilizar los trámites para aquellos que no son nacionales del Mercosur. Coitinho explicó que el trato preferencial para los ciudadanos del Mercosur se debe a que existen acuerdos de residencia.

Acceso a la educación

La educación de los migrantes, desde la infancia hasta la universidad, es otra preocupación entre los cubanos en Uruguay. Karla Mateluna, de la asociación Idas y Vueltas del Chuy, relató varias situaciones de vulnerabilidad, como algunos casos de niños que no pueden acceder a la escuela pública, ya sea por no tener su cédula o porque ninguna de ellas les hace un lugar.

Pero la directora de Educación del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), Rosita Angelo, dijo que "no hay ni un solo niño migrante que llegue y no tenga asignado un lugar en una escuela pública" y que el ministerio recibe, año a año, solicitudes de "miles de niños migrantes".

Entre el público había médicos, arquitectos, abogados. Pero muchos de ellos no pueden ejercer su profesión en el país, porque no tienen forma de demostrar sus estudios o porque no pueden apostillar su título.

Angelo explicó que no es fácil acreditar que la persona ha recibido una determinada formación si no hay documentos que lo prueben. En muchos casos, son los países de origen los que dificultan el viaje del título a Uruguay, o cobran costos muy elevados.

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Para quienes sí logran traer sus comprobantes de estudios, el MEC está trabajando en responder más rápido a las solicitudes de apostillado y reválidas.

El decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Udelar, Álvaro Rico, admitió que no existe una ventanilla única de consulta para quienes vienen a realizar sus estudios universitarios a Uruguay. Las consultas se atienden por facultad, lo que implica que el extranjero desconozca qué se estudia en cada una de ellas. "No estamos resolviendo un fenómeno que en la Udelar llegó para instalarse", dijo.

Inmigrantes y representantes del Estado y la sociedad civil coinciden en que la avalancha se avecina. Llegarán cada vez más extranjeros, como Fidel, en busca de oportunidades. El gobierno se prepara para recibirlos, y responder a sus necesidades a la mayor brevedad posible. Mientras tanto, Fidel y muchos otros claman para que así sea.


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