Nacional > ENTREVISTA A SILVANA GIACHERO

"Hay más suicidios en hombres víctimas de acoso que en mujeres"

La psicóloga especializada en acoso laboral habló de cómo se trata esta problemática
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28 de enero de 2018 a las 05:00

En el año 2016 el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social recibió 309 denuncias por acoso laboral. Sin embargo, esos números apenas reflejan el 10% de los casos totales que se dan en el país, asegura Silvana Giachero, especialista en Psicología Social y Recursos Humanos, además de desempeñarse como perito forense en casos de mobbing y bullying. Desde el año 2006 comenzó a trabajar en estas áreas, al punto que tiene en su haber tres libros: Por la salud mental de nuestros hijos (2003), Manual de acoso psicológico laboral (2013)y Bullying & Mobbing (2017) . Cuando el presidente Tabaré Vázquez defendió públicamente a Raúl Sendic sosteniendo que el exvicepresidente estaba sufriendo "el bullying más fantástico" que vio en su vida, Giachero respondió. "Me dio un poco de vergüenza que el presidente no supiera qué es bullying, cuando en Uruguay se viene trabajando el tema hace mucho. Se banaliza un tema gravísimo", contestó la profesional. En entrevista con El Observador, Giachero habló sobre cómo se trata el acoso laboral y como ha aumentado el cibernético a través de las redes sociales.

¿Cuándo se da una situación de acoso laboral?

Consiste en una dinámica de abuso emocional perversa que se da de forma sistemática y repetitiva y que busca destruir a otro trabajador. Se dan conductas enmarcadas en diferentes situaciones, que pueden ser difamación, generar intrigas para que el grupo se separe de la víctima, convencer a los demás de que es un mal trabajador, sacarle tareas o trasladarlo a lugares que nadie quiere ir. Pueden darse burlas o vacíos no dirigiéndole la palabra.

¿Cuándo se trata de una víctima de mobbing?

Hay que tener en cuenta que cuando una víctima llega ya lo hace con un daño. Cuando se empieza a sufrir acoso laboral lo primero que se hace es negar la situación, mientras el proceso continúa. Se creen que el problema son ellos, hasta que se dan cuenta de que algo está pasando. Lo primero es ver si realmente está siendo víctima de acoso laboral y a partir de ahí ver cuál es la mejor estrategia para elaborar.

¿Qué planteos se hacen?

A veces la persona quiere denunciar rápidamente y eso puede llevar a un sumario o traslado en lo público o a un despido en un empleo particular porque enseguida se activan las defensas institucionales. Y como la persona cuando llega a tratarse ya está deteriorada, es fácil de culpar: que llega tarde, que falta, que es un mal trabajador o vive con licencia psiquiátrica. Es más sencillo ir contra la víctima que ya está destruida que ir contra todo un equipo armado porque cuánto más avanza el acoso más gente se va sumando.

¿Cómo se trata?

Ahora lo que se utiliza es un tratamiento que tiene solo 28 años llamado EMDR, que consiste en un abordaje terapéutico para el estrés postraumático. Está avalado por la Organización Mundial de la Salud y la Asociación Internacional de Psiquiatría. Lo que ocurre es que el estrés postraumático desarrolla patologías. Se apunta en primer término a curar el estrés, que logra que después la patología desaparezca. Se intenta ir al núcleo, que es como pelar una cebolla hasta que llegas al centro. El EMDR no trabaja pasado, sino que se enfoca en el presente y de ahí va hacia atrás y hacia el futuro. Se le pide a la persona que elija la imagen más perturbadora de la situación que generó el estrés. Al identificar cuál es la creencia negativa que tiene de si mismo en relación a esa imagen, se activa el sistema de reprocesamiento natural a través del movimiento de ojos, de rodillas o de sonidos.

¿Movimiento de ojos?

Mientras dormimos movemos los ojos y nuestro cerebro trabaja la amígdala y el hipocampo. Toda la información, imágenes y emociones que vivimos durante el día el cerebro las formatea y las transforma en aprendizaje, pero cuando tienes acontecimientos en la vida que por su impacto o su persistencia en el tiempo el cerebro no puede reprocesar se congelan para mantener el equilibrio. Quedan guardadas tal cual se vivieron. Por ejemplo, si se sufre un tornado, cada vez que hay viento se puede sufrir una crisis de pánico porque no se aprendió. Después un fuerte movimiento de árboles puede tocar esa herida y la activa haciendo que el cerebro sienta que se está viviendo nuevamente un tornado. Ese encapsulamiento es cada vez más profundo, al punto que la personas se olvida que sufrió un tornado.

¿Hay algún perfil de víctima en particular?

No. Las personas construyen la creencia de que si su hijo o hija no tienen ese perfil están a salvo. Además incide otro aspecto, todas las personas en algún momento de su historia de vida formaron parte de un grupo de acoso ya sea por miedo, indiferencia o porque les pareció divertido. Lo que hace un hostigador es hacer creer a los demás que la víctima se lo merece. Elimina el sentimiento de culpa y pasa a ser algo divertido porque los une a todos. Genera comunión y empatía mientras se le está destruyendo la vida a alguien. Al poner la culpa en la víctima, se busca y genera un perfil para justificarlo.

¿No pueden existir personas que por sus propias inseguridades puedan sentirse víctimas?

Son individuos que pueden tener un trastorno que es la paranoia. A partir de determinados hechos que interpretan de la realidad, arman una especie de delirio de que los están persiguiendo. En estos casos como profesional te das cuenta enseguida, porque algunos incluso te llaman desde teléfonos con números privados o te preguntan con insistencia si no los estás grabando. A veces puede aparecer también el efecto contrario. Personas que se llevan el mundo por delante, pero en el fondo se trata de alguien muy inseguro. De hecho, los narcisistas son personas muy inseguras y de baja autoestima.

¿Puede darse el caso de que sea una equivocada percepción de la persona entonces?

Sí. Pero también está investigado y puede pasar que una víctima de mobbing desarrolle como consecuencia una paranoia, aunque se da la particularidad de que aparece vinculada al trabajo y no a otros aspectos de la vida.

¿Pueden existir casos en que el acosador se presente como víctima?

Hay casos de victimistas. Incluso dentro del perfil psicopático integrado a la sociedad, tenés el paranoide, al perverso y al victimista. Éste último se victimiza para manipular. Por ejemplo, el año pasado me tocó ser perito en un caso en el que había denuncias cruzadas. La que se hacía pasar por víctima se había quedado con el cargo de la persona y le hizo una denuncia por acoso laboral. Entonces, la real víctima después que sufrió de todo y se entera que la otra hizo la denuncia, hace lo mismo. Al final, la verdadera víctima era la acusada de acosadora en primera instancia.

¿Existen más probabilidades de que alguien que fue víctima de bullying sea más adelante víctima o victimario de mobbing?

No, eso es un mito: que quien sufrió violencia ejerce violencia. No hay una correlación. De hecho, los niños que han sufrido abusos en la infancia muchas veces cuidan a sus hijos de una manera particular. Una persona que sufrió de abuso sexual no necesariamente se convierte en abusador. Ni siquiera te dan los números, porque las más abusadas son niñas, mientras que los más abusadores son hombres. Es un mito creado para justificar una violencia que a los que no lo somos nos cuesta entender. Lo que si ocurre es que en los hombres víctimas de mobbing hay más alto porcentaje de suicidios que en las mujeres.

¿Por qué?

Las mujeres si tienen hijos van a evitar hacerles más daño del que ya están pasando. En cambio, a partir de la cultura machista que también perjudica porque tiene sus mochilas, en el hombre se genera una presión de que tiene que ser el sostén de la familia. Cuando un varón sufre de acoso laboral se le corta el desarrollo de su carrera y empieza a tener síntomas de estrés postraumático, sumado a que suelen no consultar porque se piensa que solo se sufre después de un accidente, una catástrofe o una violación, cuando psicológicamente la violencia sistemática y repetitiva también lo genera.

¿Y qué puede ocurrir?

El cerebro no puede reprocesar esa información y la encapsula. Al estar triste le mandan antidepresivos y como no puede dormir toma medicación para hacerlo. Ambas medicaciones generan trastornos en la libido y eso comienza a afectar su vida sexual. Entonces al sentir que no puede mantener a su familia, que no sirve como hombre, empieza a sentirse como una carga. Llega un momento que terminan diciendo: "saben una cosa, los libero de mí".

¿Cómo ve el fenómeno de las redes sociales?

En las redes sociales existen ciertos dictámenes que generan represión, porque en definitiva lo que pasa es que no se está tolerando que otras personas piensen diferente. Lo viven como una amenaza y justamente este tipo de violencia se dispara cuando alguien se convierte en una amenaza para un depredador o depredadora. Se busca una vulnerabilidad de esa persona que se convirtió en víctima sin siquiera saberlo y se lo presenta en las redes de esa forma para generar así mimetismo y se termina por ejercer violencia. La gente no conecta muchas veces. Capaz que alguien está acosando a otra persona en el trabajo y se horroriza porque un niño se suicidó por bullying. Las personas víctimas de violencia no están a salvo de no practicarla. Lo que no se logra entender es cuales son los mecanismos de la violencia psicológica, que es mucho más destructiva que la física.

¿Más destructiva?

Sí. Primero porque es invisible y segundo porque se reproduce rápidamente. Por ejemplo, en redes sociales se reproducen fenómenos de masa desde el mimetismo. Según René Girard -historiador y filósofo francés-, el ser humano se unió en sociedad a través de los chivos expiatorios. Para dejar al dios tranquilo y que no ataque, se buscaba a quien sacrificar para vivir después por un año tranquilo. La unión se fue dando de una forma primitiva, de supervivencia. Incluso el concepto mobbing viene del mundo animal. Cuando un animal es percibido como amenaza para otro, los demás se unen porque son más débiles. Si escrachas a alguien en las redes pero nadie te replica, muere ahí. Está ahí la clave, se alimenta de la unión del grupo. La psicopatía integrada va destruyendo los vínculos sociales, generando odio y violencia. Pero lo más importante es que la dinámica se da por los cómplices.

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