Claudio Rojo, como El cupletero de antes, en Los Saltimbanquis.<br>

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¿Humor zafado o políticamente correcto? La polémica de este carnaval

La primera tormenta se generó tras la apuesta de algunos conjuntos a generar risas en base a estilos que parecían archivados
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03 de febrero de 2018 a las 05:00
Las aguas en el mar del carnaval suelen agitarse en cada febrero y esta vez la tormenta en el concurso del Teatro de Verano –la primera, por ahora– la ambientaron un par de propuestas humorísticas.

La murga Los Saltimbanquis genera más de una ovación con El cupletero de antes, interpretado por Claudio Rojo, una óptima recreación de los cuplés de fines del siglo XX, muy eficientes a la hora de generar risas mediante un humor pícaro, zafado y/o subido de tono.

En un momento el coro canta: parece noticia vieja que renunció el vicepresidente / se hicieron todos los chistes pero fue un hecho sin precedentes, y el cupletero responde: queriendo aportar el mío y esperando que a mal no se lo tome / le dicen huelga de hambre porque seguro a escondidas come.

En los 13 minutos del cuplé hay varios de esos, efectivos a la hora de generar ya no risas, sino carcajadas.

Rojo dijo que "el cuplé –escrito por Maxi Pérez– es un infierno en los tablados, la gente se mata de la risa y yo disfruto que la gente, que tiene tantos problemas, al menos por un rato la pase bien".

Reflexionó que en tiempos en los que la mayor parte del humor se crea "muy fácil, agarrando cosas de internet, con un mismo chiste contado de 14 maneras distintas porque cada uno le pone su toque, rescatar ese humor de antes, 100% creado de la nada, es algo sano".

Remarcó que "es tan válido el humor y la risa de aquellos cuplé como cosas que hacen los botijas de ahora, de las murgas jóvenes por ejemplo, con mucha inteligencia".

Rojo pidió que todos ayuden a preservar la variedad, "para que haya distintos fabricantes de humor que la gente, el cliente de esas fábricas, pueda aprovechar".

E instó a "que el carnaval no pierda su hermosa libertad de criticar lo que sea y a quien sea".

Lamentó, a la vez, "que se hayan ido perdiendo códigos, como el que tenía (Carlos) Modernell, que le escribía un conjunto pero no tenía problema en aconsejar al cupletero de otro conjunto porque el que ganaba era el carnavalero y la gente".

La verdadera discusión

Marcelo Fernández –periodista de carnaval– entiende que la discusión no debe pasar por encasillar al humor en "de antes o de ahora", sino en "si es eficiente, si divierte, si hace reír o no". Aclaró que "no todo el humor de antes en el carnaval era grosería y no todo el de ahora es fineza", que "estamos más pacatos, inciden la inclusión, la equidad y la diversidad, pero también estamos más hipócritas, con las antenas muy alertas a lo que pueda generar lo que digamos".

Añadió que "la gente se sigue riendo de las groserías y para comprobarlo basta con prestarle atención a las redes sociales".

Para Fernández, "el carnaval tiene entre sus componentes a una dosis de salvajismo, seguramente por su génesis", siendo un ámbito propicio para toda clase de humor.

Tras aclarar que "no vale todo" para hacer reír, reconoció que "Claudio (Rojo) es un excelente actor, ideal para ese tipo de humor, lo hizo muy bien y nos reímos muchísimo". Y opinó que ese estilo se ha ido desterrando "no por un tema de censura", sino porque "se crearon otros caminos y se fue dejando de consumir, "pero cuando reaparece llama la atención".

Saber reírse de sí mismo

Los Bergoglios se convirtió en el primer conjunto de humoristas en incluir a un componente trans, Ro Sosa, quien participa de varias escenas en las que se utiliza su decisión sexual para generar chistes. Ese recurso se utiliza con otro actor, Fernando Álvarez, aunque en ese caso en base a su sobrepeso.

Claudio Ramos, director de Los Bergoglios, dijo que "en un asado te hacen un chiste donde el protagonista es una persona trans y te reís, pero claro, si te para una periodista de un noticiero y te pregunta qué te parece ese chiste, lo más probable es que salgas con un discurso armado, diciendo que es horrible, pero antes, en el asado, te mataste de la risa", argumentó.

Agregó que "el carnaval tiene entre sus objetivos reflejar sobre un escenario a la sociedad, y en la sociedad la verdad es que la mayoría de la gente se mea de la risa con un chiste homofóbico".

Subrayó que no cambiará nada del libreto y sobre aprovechar el sobrepeso de un componente para hacer chistes aclaró que "él es una persona divina y el primero en reírse de sí mismo, algo que no todos tienen la capacidad de hacer".

Ro Sosa
Ro Sosa, en Los Bergoglios de este año.
Ro Sosa, en Los Bergoglios de este año.

Esta semana Ro Sosa, luego de la polémica, publicó en Facebook un video en el que explica que "el nuestro es un humor picaresco (...) eso se ha ido cortando y las veces que se hizo se lo criticó". Tras remarcar que "no voy a cambiar nada de lo que he hecho", destacó que con su actuación y ese estilo de humor ve "niños que se ríen", que "cada uno se gana su dinero como puede", que "no le hago mal a nadie" y pide "que no se pongan límites al humor".

En el concurso debutaron los cuatro humoristas. El estilo de Los Bergoglios en su show Cosas que pasan contrasta con el del resto, donde son mínimos o inexistentes los chistes zafados: los bicampeones, Cyranos; el más ganador de toda la historia, Sociedad Anómina, y Los Chobys, que sin ser campeones han sido señalados varios años por tener el libreto más reidero. ¿Ejemplos de esos chistes no tan zafados? En Cyranos un componente da pistas a otro para que adivine nombres de calles, por ejemplo, "la calle del pato que se va a dormir" dice, y un compañero adivina: "Camacuá".

Un superhéroe que dio que hablar


Walter Cucuzú Brilka
Cucuzú, como Gayman, en C4 en 2013.
Cucuzú, como Gayman, en C4 en 2013.

En 2013, integrando el conjunto de humoristas C4, Walter "Cucuzú" Brilka interpretó al superhéroe Gayman. El Observador vio cómo en 18 de Julio, en el desfile, la gente se rió a carcajadas. También en los tablados. Pero no todos quedaron felices. El coreógrafo, bailarín y director Martín Inthamoussu denunció la promoción de una actitud homofóbica.

Consultado este viernes, Brilka dijo que recordaba aquello con molestia y dolor, "porque yo vivo del humor. Acá hay mucha hipocresía, mi laburo es hacer reír y vos podes elegir verme o no, nadie te obliga; no veo tanta queja cuando se pagan fortunas para ver cosas muy bizarras en los teatros, pero claro, son argentinas y eso es arte".

Dijo que "es una papa darle palo al carnavalero, hay pseudomoralistas y pseudointelectuales que te cuestionan y pagan precios de ópera para ver mujeres en bolas (sic) en el show de Stravaganza".
Y advirtió, "si vas a ver a Corona no esperes cuentitos de María Elena Walsh".

Las frases

"Es una papa darle palo al carnavalero (...) te cuestionan y pagan precios de ópera para ver mujeres en bolas (sic) en el show de Stravaganza"
Walter Cucuzú Brilka, carnavalero
"Estamos más pacatos, inciden la inclusión, la equidad y la diversidad, pero también estamos más hipócritas, con las antenas muy alertas a lo que pueda generar lo que digamos"
Marcelo Fernández, periodista de carnaval
"Que el carnaval no pierda su hermosa libertad de poder criticar lo que sea y a quien sea"
Claudio Rojo, carnavalero

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