Opinión > EDITORIAL

Inédito alivio tributario

La Intendencia de Montevideo resolvió una reducción voluntaria de impuestos
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25 de mayo de 2018 a las 05:00
Pese a lo magro de su volumen, es una grata sorpresa que desde el Frente Amplio se haya resuelto por primera vez una reducción voluntaria de impuestos, como acaba de anunciar la Intendencia de Montevideo. La carga impositiva bajo la alianza de izquierda tiene una historia negativa. Durante la campaña electoral el presidente Tabaré Vázquez prometió no aumentarla, pese a lo cual se sucedieron incrementos en varios impuestos a medida que flaqueaban las cuentas fiscales.

Y cuando se decidió alguna rebaja, como en el precio del gasoil para algunos pocos sectores, nunca fue una medida voluntaria sino impuesta por las presiones de la rebelión civil del agro. Incluso la prometida rebaja del IVA quedó restringida a algunos rubros y sujeta al pago con tarjetas para promover la cuestionada obligatoriedad de ley de inclusión financiera.

Es diferente el inédito anuncio de la intendencia de que, como resultado de un pequeño superávit financiero por segundo año consecutivo, aliviará algo el peso de un impuesto. No hará mucha diferencia en el bolsillo de los contribuyentes, ya que la reducción estará limitada al tributo domiciliario, el menos gravoso de los muchos que paga la población, no incluyendo a la más voluminosa contribución inmobiliaria.

La razón de la medida es un superávit de US$26 millones en 2017. De ese total, US$10 millones se destinarán a la rebaja impositiva, además de obras para mejorar, con asfaltado e iluminación, el acceso a barrios cuyas calles en mal estado impiden el ingreso de ambulancias, bomberos o intervenciones de la Policía.

La intendencia destacó que el superávit más que triplicó el de US$7,5 millones presupuestado para el año pasado. La mejora se debió al aumento de recaudación por patentes de rodados, con el ingreso de 55.000 vehículos nuevos al parque automotor. Señaló además que los gastos de funcionamiento fueron 8% menos de lo previsto y bajaron también 1,6% las erogaciones por salarios, presumiblemente por vacantes no llenadas ya que esa área es una recurrente pesadilla municipal por la constantes presiones sindicales de Adeom.

A diferencia de lo que ocurre con el gobierno nacional, abrumado por un déficit fiscal que tiende a ir en aumento, todo apunta a un cuidadoso saneamiento de las cuentas de la intendencia capitalina bajo un programa de recorte de gastos iniciado en 2015 por el intendente Daniel Martínez.

Esta evolución le permite ahora el gesto de un cierto alivio tributario dispuesto en forma voluntaria. El ahorro para la gente es reducido. Está limitado a perdonarle a las viviendas más modestas, el 20% del total, una de las seis cuotas anuales del tributo domiciliario, lo que equivale a bajar en 16% el volumen de ese impuesto. Para el restante 80% de las viviendas de mayor valor catastral la rebaja será de media cuota, equivalente al 8%.

La administración Martínez sigue sin solucionar los problemas que más aquejan a los montevideanos, como la recolección de basura y un tránsito cada vez más caótico por ausencia de obras suficientes de mejoramiento vial. Pero al menos los datos aportados en torno a la rebaja de un impuesto muestran una tendencia al orden en el manejo de los recursos a nivel municipal, que lamentablemente no se contagia a los dispendios del gobierno central.

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