El intendente de
Artigas, Pablo Caram, tomó una serie de medidas drásticas que volvieron a sacudir una interna del Partido Nacional que ya venía convulsionada con hechos similares ocurridos en otros departamentos donde los blancos son gobierno.
Caram había sido electo por el sector de
Jorge Larrañaga (Juntos) pero recientemente se pasó a las filas de Luis
Lacalle Pou (Todos).
Pero, además de dar ese paso que fue considerado como una traición por parte de los larrañaguistas, en los últimos meses el intendente fue relevando de los cargos a directores y personal de confianza de Larrañaga.
Los cambios se fueron sucediendo en forma lenta pero persistente, a tal punto que hoy en el gabinete no hay ningún representante de Juntos (antes llamado Alianza Nacional).
Una situación similar vivieron recientemente los blancos en el departamento de San José, donde cuatro directores de Larrañaga fueron cesados pese a su buena gestión, como lo reconoció el intendente José Luis Falero, que pertenece al sector de Lacalle Pou.
En ese caso, el jefe comunal removió a los jerarcas luego de que ediles de Larrañaga se negaron a votar un préstamo ante el Banco República como lo pidió el intendente.
La determinación de Falero le valió fuertes criticas del sector de Larrañaga, en particular del senador Carlos Camy, hombre de San José, quien consideró autoritaria la actitud de su correligionario.
Cambio
En Artigas pasó algo similar a lo ocurrido en San José. El intendente Caram, a mitad de año, despidió al secretario general de la comuna, Sergio Arbiza, un empresario y dirigente del ala wilsonista que había sido director del Banco de Seguros del Estado (BSE).
La presencia de Arbiza en ese cargo formaba parte de los acuerdos electorales que llevaron a Caram a la intendencia, quien hasta entonces era un comerciante con poca militancia.
Arbiza dijo este martes a El Observador que tenía diferencias con el intendente y la gota que derramó el vaso fue su negativa a firmar un pago para una obra donde encontró irregularidades administrativas.
También advirtió sobre el ingreso a la comuna de familiares y allegados al intendente.
Caram contrató como asesor externo a un periodista y llevó a su sobrina, Valentina Dos Santos, como directora general, "un cargo que no existía", dijo Arbiza.
Otros del sector de Larrañaga que debieron irse de la intendencia son Raúl Zapata, director de Comunicación; Marisa Meirelles, encargada de Turismo, y Rosana Apaolaza, directora de Desarrollo Social.
El diputado larrañaguista Mario Ayala habla de traición. "Caram traicionó a la gente, a Larrañaga y a mí", al irse con Lacalle Pou y al echar a los directores del sector y a funcionarios que eran simpatizantes del grupo, dijo el legislador.
Ayala dijo que había advertido al Directorio del Partido Nacional de lo que estaba sucediendo en su departamento. Sostuvo que los jerarcas de la intendencia no vuelcan aportes al partido y la deuda supera los $ 800 mil.
Al ser consultado por El Observador, el intendente Caram no quiso entrar "en polémica" con sus correligionarios, pero sostuvo que los cambios en el gabinete sucedieron cuando aún pertenecía a las filas de Larrañaga y estuvieron motivados por "razones de servicio".
El camino que tomó Caram pone un nuevo punto de enfrentamiento entre los líderes de las dos corrientes mayoritarias que ya habían tenido varias diferencias en el correr de 2017.
Por ejemplo, Larrañaga no dudó en acusar a Lacalle Pou de desplegar una estrategia que "afecta la unidad del partido" cuanto se cuestionó al intendente de Soriano, Agustín Bascou, quien compró combustible para la comuna en estaciones de servicio de su propiedad.