La decana de la música tropical

El periodista Diego Recoba conoció a la Sonora Borinquen cuando era niño. Pero entre la música que sonaba en su casa, las voces de Carlos Goberna y Óscar Leis se confundían con las de otras orquestas. Recién pudo ponerle el rostro a la música cuando comenzó a salir y se encontró en varias ocasiones con la Borinquen en vivo.

El fotógrafo Agustín Fernández, por su parte, conoció a la orquesta de los Goberna en julio de 2012, cuando con Recoba se propusieron acompañarlos durante una noche y vivir en carne propia la rutina de una orquesta que, casi pisando los 50 años, se mantenía con una vigencia intacta.

En 1964, Carlos Goberna decidió abandonar la escola de samba donde cantaba. La popularidad del género estaba en declive y optó por cambiar de estilo. El 28 de febrero se presentó con su nueva banda, Sonora Borinquen, con Óscar Leis acompañándolo en las voces. Con el tiempo, la Borinquen se transformó en un negocio familiar. Primero entró Carlos Goberna Jr., que se ganó el público con una larga lista de temas con su voz, y con el tiempo tomó el rol de mánager. Luego ingresó su hermano, Pablo Goberna, que llevó a la salida de Leis.

Desde ese 1964, la Borinquen atravesó modas y estilos. Sobrevivió al éxito arrollador de Karibe con K y al fenómeno popular del pop latino. Su fórmula fue mantenerse fieles a su estilo, tocar incansablemente, siempre en vivo, y atravesar la crisis con la frente en alto.

Esa noche de 2012, Recoba y Fernández acompañaron a los músicos con la idea de realizar un informe extenso para La Diaria. "Hace mucho tiempo andaba con ganas de trabajar sobre el género", contó Recoba a El Observador. "Y pensamos en una orquesta que no solo se quedara en salir una noche con ellos y ver cómo es la movida. Queríamos que fuese una orquesta que fuese rica por varios lados, que nos diera mucho material para trabajar. Y a la Borinquen podíamos entrarle por mil lados. Pensábamos que eran como los Buena Vista Social Club uruguayos", dijo el periodista. "Pero nos dimos cuenta que eran los Rolling Stones uruguayos", secunda Fernández. "Cuando empezamos a compararlos con otras bandas, vimos que tenían dos años menos que los Rolling y sin sus millones de dólares".

Pero en esa primera salida, se dieron cuenta que la historia de la Borinquen daba para mucho más que una sola nota. Ese 2012, cuando todavía faltaban dos años para cumplir los 50, el aniversario empezaba a pesar en el grupo. "Carlos decía siempre: 'Quiero llegar'. Vimos que era algo que estaba en ellos. No tenían ni idea qué iban a hacer con el espectáculo de aniversario, pero era una cosa muy fuerte, sobre todo para Carlos. Y nosotros nos contagiamos de eso. Nos dimos cuenta que era algo especial", afirmó Recoba.

Cuando la idea del libro se transformó en un plan, fue Carlos Jr. que les pidió a los periodistas que se incluyera, además de las crónicas, parte de la historia de la orquesta.

"Accedimos a trabajar el tema histórico pero no queríamos que fuese solo eso", afirmó Recoba. "Por eso tampoco nos enloquecimos por un rigor con las fechas. Hay datos que algunos ubican en una fecha y otros en otra. No nos interesaba chequear cuál de los dos tenía razón. No queríamos que fuera un libro de historia, sino sobre cómo la banda vive su historia".

Así surgió ¡Hasta Borinquen! Medio siglo de La Decana, un libro que, entre crónica y entrevistas, relata la historia de supervivencia de Sonora Borinquen. Recoba y Fernández estuvieron con ellos en ensayos y charlas, en pizzerías de barrio, boliches y en el Teatro de Verano, donde en 2014 festejaron sus esperados 50 años junto a una decena de cantantes invitados, como Marihel Barboza, Rolando Paz, Yesty Prieto y Gerardo Nieto.

Años de noche

Si contar cómo vive la noche una de las orquestas más populares del país fue el primer motivador, el segundo fue encontrarse con la falta de publicaciones sobre la música tropical uruguaya. "Cuando vimos que no había bibliografía, nos dimos cuenta que había que hacerlo", explicó Fernández. "La idea fue romper con un montón de mitos. ¿Es así como se dice? ¿Es tan así el ambiente? ¿Son tan así los músicos? Y en el caso de la Borinquen al menos, no. Son laburantes, súper profesionales. Y para meter ocho shows en una noche, en la camioneta duermen y no toman alcohol", agregó.

Esa fue una de las cosas que sorprendió al dúo: su profesionalismo. "Hubo algo que pasó en la primera noche y me llevó a sacarme el sombrero por la rigurosidad y profesionalismo", contó el fotógrafo. "Fue en el cuarto show que tocaron, a las 3:30 de la mañana en Viejo Mitre, un boliche de la Ciudad Vieja con un público veinteañero, casi adolescente, y todos bastante adobados, que agitaban hasta el cumpleaños feliz. Toca la banda, suenan bárbaro, salen y veo que Goberna padre estaba discutiendo con el de las congas. Le preguntamos a Carlitos y nos cuenta que el músico, como se había lastimado los dedos, estaba tocando con leuco y Carlos lo estaba increpando que sonaba bajo. El tipo tenía ese nivel de exigencia ante un público que no era exigente. A todos había que darles lo mismo".

Ese rigor a la hora de presentarse es una de las cartas de presentación de la Borinquen. Dar todo en el escenario es su deber.

Estilo intacto

Ya cruzado el umbral de los 50, la Borinquen ingresa temas nuevos a su repertorio, pero se mantiene fiel al estilo que forjaron desde 1964. "Se siguen vistiendo igual que en sus comienzos", destaca Fernández, de traje negro y camisa blanca. "Lo que priorizan es la música".

Su patriarca, con 75 años y ciudadano ilustre de Montevideo, se mantiene como el espíritu y el líder de la orquesta. Lo que lleva a preguntarse, ¿podría existir la Borinquen sin Carlos Goberna?

"Carlos va a cantar hasta que pueda, hasta que lo sienta", dijo Recoba. "Creo que sí puede haber una Borinquen sin Carlos. En los últimos 20, 25 años los éxitos de la orquesta son cantados por Carlitos. Y hay mucha gente que tiene esos éxitos escuchados. Se puede seguir, pero se va a extrañar la presencia de Carlos. Es el que levanta a la gente", agregó.

"Goberna padre es irreemplazable", afirmó Fernández. Es un plenero que suda tango. Él lo que escucha es Clarín todo el día y tiene gestos y una impronta recontra tanguera. Hasta que el médico le prohíba cantar, va a seguir cantando".

Lo que sí es seguro es que la Borinquen quedará en familia. Marcel, hijo de Carlos Jr., es el siguiente en la lista de sucesión. Mientras sigue de cerca a la orquesta como utilero, se muere por cantar.

¡Hasta Borinquen! repasa su historia, relata el presente y deja abierto su futuro. "Ojalá que el libro también dé la idea de que lo que falta sobre la noche se tiene que completar yendo", explicó Recoba. Y agregó: "Lo que es la noche no te lo va a dar el libro, eso lo tenés que vivir vos".