La frontera que Uruguay comparte con
Brasil es una de las más vulnerables por la falta de controles que allí existe. Es por esto que ir de un país a otro es tan fácil como tomarse un taxi y sin pasar necesariamente por ningún puesto migratorio.
El
contrabando es practicado en la frontera como una actividad más. De él dependen varias familias que llegan a Brasil para conseguir productos más baratos y sostener así su
economía. En Quaraí los contrabandistas arriesgan su vida cruzando el río a caballo, modalidad conocida como "picadas".
En la frontera, el idioma que se aprende primero y que todos hablan es el portuñol. De hecho la mayoría de los niños que viven del lado uruguayo, aprenden español cuando ingresan a la escuela.
La fusión que existe entre ambos lados de la frontera, hace que muchos ciudadanos tengan "doble chapa", es decir doble nacionalidad. La unidad que se ve en esta zona tiene su máxima expresión en el asentamiento que se encuentra sobre la línea divisoria y en donde sus pobladores utilizan servicios de ambos países, aunque no tienen claro a cuál pertenecen.