La historia de Al-Dawsari, la figura de Arabia que apenas alterna en Villarreal

Gregory Wilcox
Arab News

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El fútbol de Arabia Saudita siempre ha sido un misterio para aquellos que no pertenecen a Medio Oriente. A diferencia de muchos países que, aún sin grandes logros en los mundiales tienen algún jugador muy conocido (como el colombiano Carlos Valderrama en la Copa del Mundo de 1990 o el búlgaro Hristo Stoichkov en la de 1994), cuando se pide que nombren una estrella de los Halcones Verdes muchos fanáticos del deporte, incluso aquellos que se consideran enciclopedias del fútbol, tendrían muchos problemas para nombrar a uno.

Sami Al-Jaber, el gran saudí que jugó para Wolverhampton en el 2000, podría ser uno de los nombrados. Tal vez Saeed Al-Owairan, el anotador de uno de los grandes goles de EEUU 94, puede ser otro. Pero las posibilidades más altas son de una respuesta en blanco.

Pero una vez más, al igual que lo que sucede en la política del país, los tiempos están cambiando.

Los futbolistas de Arabia Saudita, que hasta ahora solo jugaron para la Liga Profesional Saudita, están desplegando sus alas. A principios de este año se hizo un acuerdo entre la Federación de Fútbol de Arabia Saudita y La Liga española para prestar a nueve jugadores del Reino a clubes de España. Salem Al-Dawsari fue uno de ellos. Él, quizás más que cualquier otro jugador, personifica los cambios que tienen lugar en el fútbol saudita.

Sin miedo a lucir un nuevo peinado de moda y tan a la moda como vienen, se lo puede ver regularmente con su mochila Gucci. Al-Dawsari no se vería fuera de lugar en un autobús de la Premier League, donde la moda es solo menos importante que la finura futbolística. Es integrante de la nueva generación de jugadores sauditas en los que Juan Antonio Pizzi, tiene mucha fe.

Se trata de un delantero con un buen control de pelota y la capacidad de hacer fantasmas a los jugadores anteriores. Al-Dawsari es un talento que Arabia Saudita necesita para emular al equipo de Al-Owairan y compañía.

Su tiempo en España, donde fue prestado a Villarreal, generó un gran debate en Arabia Saudita.

Había quienes pensaban que jugar en España le quitaría a él, y a los otros dos internacionales (Fahad Al-Muwallad en Levante y Yahya Al-Shehri en Leganés), del tiempo de juego y la forma física que indudablemente tendría en su club local de Riad.

Del otro lado estaban quienes sostenían que la exposición diaria a los métodos de entrenamiento y jugadores de un importante club europeo sólo podría ayudar al desarrollo de uno de los mejores talentos del país, algo que podría beneficiar al equipo de Pizzi en Rusia.

Obviamente, solo el tiempo dirá qué lado del argumento es correcto, al menos a corto plazo. Pero ver a Al-Dawsari ayudando a convertir en el partido del Villarreal contra el Real Madrid en mayo es un buen presagio para los Halcones Verdes.

Después de haberse sentado en el banco o en las gradas desde que se mudó al Submarino Amarillo, el jugador de 27 años salió al campo a falta de 33 minutos del partido que marcó su debut en la liga española. Impulsado luego de anotar para su país en un partido amistoso 2-0 sobre Grecia unos días antes, Al-Dawsari inyectó energía en el Villarreal que, en ese momento, perdía 2 a 0.

En el minuto 70 recogió el balón cerca del círculo central, intercambió pases con Rodri, luego con Pablo Fornals, creó espacio con el primero para dejarle servido a Roger Martínez el primer gol del equipo. Al-Dawsari luego vio a Samu Castillejo anotar el empate a los 85 minutos. Con ese empate y ese punto, Villarreal logró terminar quinto.

Si bien esa pequeña experiencia no hace de él una figura, sería tonto subestimar su impacto potencial en el jugador. El único problema que tiene Arabia Saudita cuando llega a las Copas Mundiales es que la exposición de los jugadores a equipos y jugadores de primera calidad siempre ha sido marginal en el mejor de los casos. Si esa media hora y su tiempo prolongado en España le dan incluso un poco más de confianza cuando la pelota cae a sus pies, podría ser la diferencia para Arabia.

Fuera del terreno de juego Al-Dawsari se adaptó bien a la vida en España. Hace tres años, Al-Hilal lo multó con un mes de salario por tratar de golpear a un árbitro al final del derbi de Riyadh contra Al-Nassr. Ahora más maduro y con su experiencia española, no sería un shock si el delantero llega a los títulos de los diarios por los motivos correctos en Rusia.

Al-Dawsari es quizás una visión del futuro del fútbol saudí, más internacional en su perspectiva y con mejores resultados. Quién sabe, la próxima vez que aparezcan los Halcones Verdes en la Copa del Mundo, los nombres de los equipos podrían ser más conocidos por el resto del planeta.