La invasión de las series españolas

En la televisión uruguaya siempre hubo espacio para las producciones españolas, pero hoy los sitios de streaming se han convertido en una fuente constante de acceso a propuestas de esa procedencia. Algunas que ya habían tenido pasajes por los canales locales (Velvet, El tiempo entre costuras), y otras novedades hasta ahora no vistas, como Merlí o Gran Hotel. Y gradualmente se han ganado su espacio entre la avalancha constante de programas, consolidando una firme base de seguidores.

El punto cúlmine de esta tendencia es el estreno el próximo 28 de abril de la primera producción original de Netflix realizada en España, Las chicas del cable, que demuestra también el creciente interés en ese mercado y en la producción que allí se realiza.

Netflix ya dispone de otras series españolas en su catálogo, pero con el estreno mundial de esta historia sobre cuatro mujeres que trabajan en una compañía telefónica en la década de 1920 (las recreaciones de época son habituales en las series españolas más populares), resalta también su intención de generar contenidos procedentes de distintos rincones del globo.

El sitio de streaming no es el único jugador internacional de la televisión en poner un pie en la península ibérica. HBO se estableció en noviembre del año pasado en ese país europeo, por lo que no sorprendería que, al igual que ocurrió en América Latina, en el corto plazo comience a preparar sus propias producciones allí.

La globalidad de Netflix o las ferias internacionales de televisión en las que los canales compran "enlatados" hacen que sea más sencillo el acceso a la programación española, pero esta tiene algunos factores que la hacen llegar con mayor facilidad a las pantallas de Uruguay y del resto del mundo, donde se experimenta una explosión similar.

Por un lado está la cuestión del precio. José Miguel Barrera, de la productora Grupo Ganga, responsable de la serie Cuéntame como pasó, explicó en abril de 2014 a la radio Cadena Ser que en relación con productos de otras procedencias, las series españolas tienen un costo menor. La comparación establecida por Barrera marcaba que mientras que una serie de BBC llega a comercializarse a US$ 50 mil por capítulo, una serie española se vende a US$ 10 mil por episodio.

Por otra parte está la calidad de las producciones, cuidadas y con detalles en vestuarios y ambientaciones bien logradas, pero que no exigen presupuestos descabellados.

Y en tercer lugar, las historias que cuentan. Teresa Guitart, responsable de ventas del canal español TV3, dijo al diario El Mundo que España es "un país cuyas ficciones tienen siempre una base familiar, y esto hace que sean muy internacionales, porque el lenguaje de la familia en todos sus ámbitos es común a cualquier tipo de cultura".

Los dramas familiares, las historias de amor y los conflictos personales son los ejes de estas historias, que han llegado a pantallas en lugares tan dispares como Bulgaria, Tailandia, Nigeria y Turkmenistán.

A pesar de eso, los canales españoles aún reconocen algunos detalles que impiden un crecimiento mayor, como la limitante del idioma o la duración de las series. Los programas del prime-time español duran 70 minutos por capítulo, una longitud mayor que, por ejemplo, la de la programación estadounidense. De todos modos, el streaming (tanto como plataforma de difusión como de creación) ha llevado a que se produzcan episodios más cortos o que la longitud no sea un problema.

La salida de BBC Entertainment de las grillas de los cables locales llevó a que el canal Atreseries (de Antena 3, y que ofrece programas como Vis a vis o Gran Hotel), que ya estaba presente en DirecTV, llegara a Nuevo Siglo.

Televisión Española también creó a fines de 2015 un canal propio para América dedicado a sus series, denominado Star HD, aunque todavía no está en las grillas de televisión paga local.