Estilo de vida > TRAGEDIA EN ARGENTINA

La noche y el debate sobre las drogas sintéticas

La muerte de un uruguayo planteó la discusión en torno al consumo de sustancias de diseño
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20 de abril de 2016 a las 05:00
El sábado, los diarios argentinos comenzaron a difundir la noticia de que cinco jóvenes habían muerto en una fiesta de electrónica en la noche del viernes.

A las pocas horas, la noticia comenzó a cambiar de forma en busca de esclarecer el misterio: eran cinco jóvenes fallecidos en una fiesta de electrónica en la noche del viernes, presuntamente a causa de una intoxicación. Sobre la tarde del sábado, el hecho adoptó la versión aparentemente final, y que se mantiene hasta hoy: la intoxicación era producto de una droga sintética, y, entre los muertos, había un uruguayo. Martín Bazzano tenía 22 años y se había trasladado junto a una decena de amigos a la capital argentina para festejar el cumpleaños de uno de ellos. Allí asistieron a la fiesta de música electrónica celebrada en la zona de Costa Salguero. Bazzano murió poco después de llegar al hospital al que ingresó con un cuadro de fiebre muy elevada, según indicaron los diarios argentinos La Nación y Clarín. El joven uruguayo, perteneciente a la Liga Universitaria, trabajaba como asistente contable en una firma privada.

Con la confirmación de que la intoxicación fue producto del consumo de drogas, a las pocas horas se inició la búsqueda de un responsable que pudiese dar explicaciones a la tragedia.

Según publicó La Nación, la investigación policial parte de la hipótesis de que los jóvenes compraron la droga pensando que se trataba de éxtasis –cuyo principal componente es el DMDA, una sustancia que produce la sensación de euforia–, pero que en realidad se trataba de pastillas alteradas y con una elevada carga de PMMA. Esa droga es conocida como "Superman" (la forma de la pastilla imita el escudo del superhéroe) y tiene una estructura química más potente y más tóxica.

Esa droga comienza a actuar en el cuerpo a una hora de ser consumida causando hiperactividad, euforia, desinhibición y confusión. También aumenta la temperatura corporal en forma excesiva y puede provocar la muerte.

Tanto el éxtasis como el Superman son consideradas drogas sintéticas o de diseño, ya que se fabrican a través de procesos químicos cuyas materias primas, a diferencia de otras drogas como la cocaína o la marihuana, no se extraen directamente de un vegetal, sino que se generan a partir de cambios moleculares realizados en laboratorios para lograr efectos que alteren el sistema nervioso de quienes las consumen.

En particular, la pastilla Superman surgió hace algunos años en países del norte europeo como Bélgica y Holanda, y desde entonces causó 14 muertes en Reino Unido. Según detalló La Nación, la droga cuesta en Argentina entre $ 800 y $ 1.200 la dosis.

Una encuesta sobre el consumo de drogas en estudiantes universitarios del Uruguay, cuyos resultados fueron publicados en 2015 por la Junta Nacional de Drogas (JDN), mostró que el 2,8% de los 3.060 estudiantes encuestados consumió éxtasis en algún momento de su vida.

El periodista argentino Alfredo Leuco llegó a escribir en una publicación editorial que en las fiestas electrónicas se consume "tanta droga como música" y que "las drogas de diseño corren como el agua que necesitan (los consumidores) para no morirse de hipertermia o de deshidratación" (ver apunte). Y no fue el único que se sumó al debate de una opinión pública que unánimamente asocia las drogas de diseño con las fiestas de electrónica. ¿Por qué?

Para Matías Carreño, DJ residente de Enjoy Conrad, estas drogas están presentes en "todos los ambientes", no solo en el de la música electrónica. A su vez, Carreño explicó a El Observador que la popularidad que tienen estas fiestas hoy atrajo a un público nuevo, joven e inexperiente, que se está enfrentando a esa droga por primera vez y con consecuencias nefastas. "Las drogas son de la gente, no son de la música ni de la electrónica", dijo. Y aseguró que la vinculación entre una cosa y la otra no tiene fundamentos reales: "yo no consumo ningún tipo de drogas y soy fanático de la electrónica".

Nicolás Chirico, productor de La Terraza, uno de los eventos de música electrónica con mayor convocatoria de Uruguay, se mantuvo en la misma línea, al sostener que "mucha gente va a estas fiestas y se droga. No lo vamos a ocultar", agregó a El Observador. Sin embargo, señaló que esto "no tiene nada que ver con la esencia del evento" y que se trata de fiestas que únicamente buscan rendirle culto a la música.

Por otro lado, un productor uruguayo de fiestas de música electrónica –que prefirió mantener el anonimato– dijo a El Observador que el vínculo entre drogas sintéticas y fiestas electrónicas es "un tema de miedo y mala información respecto a qué se utiliza y cómo se utiliza".

Para el productor, "las sustancias ilícitas existen en cualquier tipo de medio hoy" y es importante "concientizar de que no necesitás una pastilla para disfrutar", sino que una persona puede "salir y divertirse sin tomar nada".

Pergolini, Alfredo Leuco y dos opiniones polémicas

El periodista argentino Mario Pergolini realizó en su programa de la radio Vorterix un espacio editorial en referencia a la muerte e intoxicación de los jóvenes en la fiesta de electrónica Time Warp el pasado viernes.

En un editorial que llamó "El dealer no es amigo" y que el diario argentino La Nación replicó en su sitio, Pergolini indicó que se está poniendo el foco en el lugar equivocado al apuntar al consumo de drogas frecuente en los eventos de ese género musical. "No es la fiesta electrónica. No era nuestro rock en los 80 lo que nos hacía consumir cocaína. No fue el reggae el que nos decía que teníamos que fumar porro. Es uno y su contexto", dijo el periodista a lo largo del monólogo. También escribe: "No es Tame Impala el que me hace ir a los ácidos. Es uno. Es cierto, es uno y su contexto. A la larga, casi todo es así. Porque hermanos mellizos, separados y educados con distinto contexto, comunmente son distintos. Pero no es la música. ¿Pueden ser las condiciones? Ok. Pueden ser las condiciones. Y todos sabemos que el dealer no es amigo, ¿no? El dealer nunca es amigo. Nunca."

Alfredo Leuco fue otro periodista argentino que publicó una editorial con respecto al tema y que fue replicada miles de veces en las redes sociales. "Hay que decirlo con todas las letras: no hay droga buena. Hay que decirlo de la manera más descarnada posible: no hay droga buena porque no hay muerte buena. Y la droga mata. Todas las drogas matan: más temprano o más tarde. Algunas matan en forma fulminante y otras lo hacen por goteo: primero te esclavizan, te hacen adicto, te dominan hasta que finalmente, cuando menos lo esperas, te clavan un puñal por la espalda", leyó al aire el periodista en su programa en radio Mitre, Le doy mi palabra. "El que consume droga no es piola ni inteligente. Es un enfermo que se lastima todos los días de su vida. Y no hay excusa que valga. Algunos se autoengañan pensando que toman y salen. (...) Es una trampa que se tienden a sí mismos".

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