Larrañaga olvidó el dolor y volvió a su "casa" en busca de más aliados

Pasaron tres años y casi nueve meses desde que el senador nacionalista y líder de Alianza Nacional, Jorge Larrañaga, subió las escaleras del Directorio del Partido Nacional "por última vez". Fue aquel 1 de junio de 2014 en el que se acercó hasta la sede de la calle Juan Carlos Gómez para abrazar a su contrincante en las elecciones internas, Luis Lacalle Pou, quien acababa de haber sido electo como candidato por el Partido Nacional. Días después, Larrañaga terminó aceptando integrar la fórmula presidencial, pero su promesa de no volver a subir las escaleras del edificio blanco fue cumplida, hasta este lunes.

La palabra "unidad" retumbaba en cada peldaño de ese lugar al que llama "casa". Larrañaga quiso volver a una reunión del Directorio para demostrar que el Partido Nacional está unido y, como prueba de ello, dejó un documento con lineamientos programáticos que serán analizados primero en la interna blanca y luego se conversarán con otros líderes de la oposición.

Para los miembros del Directorio, la sesión extraordinaria de este lunes tuvo, precisamente, poco de ordinaria. No solo recibían un documento con ideas para un programa de gobierno de cara a las elecciones de 2019 que se los había entregado en mano Larrañaga, sino que su propuesta estaba siendo escuchada también por el senador y líder de Todos, Luis Lacalle Pou. Para los participantes, lo importante era mostrarse unidos, en calma y con ideas para enfrentar al oficialismo en la próxima contienda electoral.

Larrañaga pudo haber hecho llegar sus lineamientos programáticos de otra forma y evitar volver a la casa del Partido Nacional. Pero prefirió hacerlo personalmente y "hacer a un lado" situaciones del pasado.

"Somos conscientes de que más allá de lo que expresamos hace tres años y ocho meses en un momento especial para nosotros. Debimos hacer a un lado todo lo que significa situaciones que pasaron y dar un esfuerzo más por este instrumento que se llama Partido Nacional, para que sea constructor de una respuesta a los uruguayos", dijo en rueda de prensa una vez finalizada la sesión del Directorio.

El líder de Juntos destacó "el destino del Partido Nacional como herramienta fundamental para construir más y mejor democracia y más y mejor república". "La política y los partidos son más importantes que los destinos de las personas", reflexionó y recordó aquella oración cargada de dolor en la que anunciaba que era la última vez que subía esas escaleras que este lunes volvieron a recibirlo: "Yo dije lo que dije en un momento de dolor por una coyuntura de público conocimiento, pero me parece que cualquier orgullo en ese sentido tiene que dar paso a algo superior. Y que ese algo superior pueda cumplir con el rol de tener un mejor país, una mejor sociedad".

Lacalle Pou también quiso remarcar el concepto de "unidad" de los nacionalistas y, en ese sentido, consideró esa sesión del Directio como "un hecho importante". "La armonía interna existe", remarcó.

En rueda de prensa, Lacalle Pou manejó conceptos como el "consenso" que buscan alcanzar en la interna nacionalista pero también con el resto de los opositores al gobierno y la necesidad de "tender puentes y caminar sobre ellos para encontrar otras opiniones". "Esto no es dejar de lado la esencia, tenemos que entender a más gente y darnos cuenta de que a veces nuestras ideas no son las únicas ni son las mejores", dijo.

Las propuestas de Larrañaga serán analizadas en un plazo de 60 días por parte del Centro de Estudios del Partido Nacional y luego de hacer una evaluación y llegar a un acuerdo, se harán extensivas a los demás partidos.

Entre los puntos que se destacan en materia de seguridad, Larrañaga incluyó "la creación de fuerzas de seguridad con efectivos provenientes de las Fuerzas Armadas", la "transformación del sistema penitenciario" y la "recuperación de los territorios en manos del narcotráfico".

En el resumen del documento, destaca que en lo que tiene que ver con la economía "el principal desafío del próximo gobierno será demostrar que está en condiciones de administrar eficazmente una nueva composición de poder político, sin mayorías parlamentarias", con el foco en una reforma fiscal y un "Estado más eficiente y menos pesado". En ese sentido, propone crear una regla fiscal que defina un límite al crecimiento del gasto "en términos del balance estructural del sector público", que cree fondos de estabilidad fiscal, que establezca "cláusulas gatillo que flexibilicen la regla en momentos de caída pronunciada extraordinaria". Sobre las tarifas públicas, indica que "deben responder a los costos de producción y funcionamiento y sus mecanismos de fijación deben ser transparentes".

En el caso de la enseñanza, plantea una reforma educativa con el foco –entre otros aspectos- en la jerarquización y formación docente, en el que se modifique el actual sistema de elección de horas y cargos que, sostiene, coloca los docentes más calificados y experimentados en instituciones mejor ubicadas, y a los docentes de menor acreditación y mínima experiencia en las instituciones de zonas carenciadas.